Las mujeres del Islam
El trato increíble al que someten, en Afganistán, los talibanes a las mujeres hace que el resto del mundo se pregunte cómo viven las musulmanas y si realmente son víctimas de su fe.
L as mujeres sólo pueden salir a la calle totalmente cubiertas por una túnica llamada burka , que tiene un trozo de tela un poco más transparente a la altura de los ojos y que cuesta el salario mensual de un funcionario. Si no la pueden comprar, deben permanecer en sus casas. Se les ha prohibido que vayan a la escuela o a trabajar. Los hombres tienen que usar largas barbas. Todos deben orar obligatoriamente cinco veces por día.
La milicia destruye los televisores y advierte que estos "aparatos del mal" transmiten perversidades occidentales. A los ladrones se les corta una mano y, si reinciden, un pie. A los adúlteros se los lapida.
Esta es la información que horroriza al mundo occidental desde que el 27 de septiembre último los talibanes, una milicia fundamentalista que interpreta el Corán a su manera, tomó Kabul, capital de Afganistán, después de ahorcar y linchar al ex presidente comunista Mohamed Najibullah. Ellos declaran que su misión es aplicar estrictamente la Sharia, ley musulmana basada en el Corán. Amparados en un régimen totalitario que regula la vida social, religiosa y privada de las personas, tomaron medidas que parecen surgir de una película de terror.
El ligero velo negro cubre apenas la cabellera azabache de Zarmina. La penumbra de la sala no logra ocultar ni la mirada afiebrada de la joven afgana ni su brazo ceñido por un espeso vendaje. Al día siguiente de la conquista de Kabul por los talibanes, Zarmina, de 18 años, se inyectó en el codo una dosis de insecticida. "No había otra salida. Soy demasiado pobre para irme al exterior." Devorada por el deseo de aprender, ella había querido escapar mediante el suicidio de la ley de los fanáticos de Alá. Este testimonio fue recogido por la revista francesa L´Express.
Unas 150.000 kabulíes, tan desesperadas como Zarmina, emprendieron el éxodo hacia las provincias del Este o hacia Paquistán. En este momento, los talibanes están negociando su política y prometen, para afirmarse en el poder, que las mujeres retomarán sus tareas y que las niñas volverán a la escuela.
La mayoría de los musulmanes dicen que lo que está sucediendo allí no tiene nada que ver con las verdaderas enseñanzas del islam. En el mundo, hay 1300 millones de personas que profesan esta religión que se sienten mal juzgadas por el resto de la civilización a causa de lo que se publicó en la prensa este último tiempo.
La realidad es que los seguidores del profeta Muhammad (Mahoma) son cada vez más. Se calcula que cada diez años 30 millones de personas se convierten al islam. Entre ellas, personalidades como Anthony Quinn, Cat Stevens, Mohammed Alí, Jacques Cousteau. La misma lady Diana parece estar enamorada de un musulmán. Esta religión es la segunda en cuanto a la cantidad de adeptos después de la budista, que tiene 1550 millones de creyentes. En tercer lugar, la religión católica, con 1150 millones de fieles. Hay 70 países islámicos. Son 195 millones de personas en Indonesia; 80 millones, en China; 70 millones, en Rusia; 30 millones, en Europa; ocho millones, en los Estados Unidos.
En la Argentina no hay estadísticas serias, pero viven entre 700 mil y 900 mil árabes, de los cuales no todos son musulmanes.
La realidad es que los seguidores del profeta Muhammad (Mahoma) son cada vez más. Se calcula que cada diez años 30 millones de personas se convierten al islam
¿Cómo se ve en el islam a la mujer? "De la manera más sublime", responde Abdul Karim Paz, director de la mezquita At-Tauhid. "Esta es una religión que desarrolla la esencia del hombre: su espíritu, sus valores morales, su cuerpo y todas sus dimensiones. La mujer es creada igual que el hombre, no inferior. En el islam, el matrimonio es visto como un paso necesario en la perfección. A tal punto, que la oración del casado vale setenta veces más que la del soltero. Yo creo que el amor y el respeto pleno a la mujer en el caso del hombre está muy ligado con su evolución espiritual. Es antiislámico no permitir que la mujer se eduque y trabaje."
E n el capítulo 7 del libro La civilización hispano-árabe , de Titus Burckhardt, se da esta visión con respecto a la relación hombre-mujer: El islam no menosprecia a la mujer, sólo distingue rigurosamente entre los dos sexos, adjudicando su rango a cada uno de los dos: como ser humano, dotado de un alma inmortal, la mujer no es, desde el punto de vista islámico, inferior al hombre; si no, no podrían existir en el islam mujeres veneradas como santas; como hembra, sin embargo, queda sujeta al hombre, no porque éste haya de ser necesariamente mejor que ella, sino porque la naturaleza femenina encuentra su realización en la obediencia, al igual que el hombre tiene que hacerse cargo del deber de mandar; la naturaleza humana está por encima de los sexos, pero el hombre se realiza por medio de su hombría y la mujer por medio de su femineidad. Según esto, el islam separa decididamente el mundo de las mujeres del mundo de los hombres...
Básicamente, los musulmanes creen en Dios, en los profetas Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad y en el sagrado Corán (del siglo VII). Allí está la síntesis de todos los libros, y allí se fundan casi todas las leyes, tanto las civiles y penales como las religiosas. Es el principal libro de texto en las escuelas y norma casi todas las acciones de la vida.
Pero, ¿cómo vive una mujer islámica? La revista consultó a Masuma Assad de Paz, directora del área femenina de Mujeres Musulmanas de la mezquita At-Tauhid (vestida con el hiyab islámico); a la doctora Amira Alí, presidenta del Consejo Superior de Mujeres Musulmanas de la República Argentina, y a otras mujeres musulmanas pertenecientes a la institución que intervinieron esporádicamente. Amira prefiere, como muchas musulmanas en la Argentina, vestirse a la usanza occidental.
La reunión se realizó en la sede del Consejo, en el barrio de Floresta. En la sala, varias fotos del ayatollah Khomeini. Al fondo, una sencilla mezquita en donde se realizan las cinco oraciones diarias. Allí, hay que entrar sin zapatos y el área de las mujeres está separada de la de los hombres para evitar distracciones .
-Aunque se sabe que el caso de Afganistán no es representativo de la cultura islámica, algunas reglas que acatan los musulmanes, en especial con respecto a las mujeres, llaman la atención desde el punto de vista de Occidente.
Masuma: -Occidente interpreta el islam con los mismos ojos con que ve sus propias leyes, pero no se puede mirar así. El islam es un conjunto de normas relacionadas entre sí. Y no son tan rígidas. Se proponen para evitar los excesos.
-Entre las muchas reglas vistas como rígidas, se prohíben el alcohol y la infidelidad, se regula la vestimenta...
Masuma: -Acá, en Occidente, dicen que los musulmanes obedecen leyes que tienen 1400 años y que son unos retrógrados. No es que el islam quiera volver al período histórico del profeta, sino regirse por lineamientos básicos compatibles con todas la épocas. Algunas leyes son de vanguardia. Por ejemplo, el divorcio está aceptado desde hace 1400 años, al igual que el derecho al voto. Los intereses de los bancos están prohibidos. Lo que propone el islam es la ganancia a través del trabajo, de lo que se produce.
-¿Por qué las mujeres deben cubrirse el pelo?
Masuma: -Hay que cubrirse toda, menos el rostro y las manos. Cuando el islam propone a la mujer que se vista recatadamente y que sea pudorosa no es porque no le da valor o porque la relega a un plano de inferioridad con respecto al hombre. Al contrario, como la mujer debe participar activamente en la sociedad, se le pide que vista recatadamente y que exponga toda su belleza únicamente ante su marido. La concepción del sexo en el islam es muy bien vista, pero siempre dentro del matrimonio. De esta manera se dignifica.
Amira: -La vestimenta occidental que llevamos muchas de las integrantes del consejo habla de una identidad con el entorno cultural que tenemos. Más importante que la vestimenta son la fe, la piedad, el recato, el temor a Dios. Son las máximas virtudes que puede tener un ser humano.
Salma: -El uso de la vestimenta es una decisión personal. No es fácil en un país occidental adoptar la vestimenta islámica. Pero si se camina por la calle como una señora pudorosa es como si se estuviera vestida a la usanza islámica. Laboralmente, en este país ya me siento discriminada por tener 33 años y dos hijos. Te imaginás que si me pongo el chador, como realmente es mi obligación islámica, no me tomaría nadie.
Las mujeres musulmanas deben cubrirse el cuerpo entero, excepto la cara y las manos. Sin embargo, más importante que la vestimenta son la fe, la piedad, el recato y el temor a Dios.
-¿ Q ué pasaría en un país islámico si una mujer saliera a la calle sin el chador?
Masuma: -Se le llamará la atención y se le pedirá que por favor se vista bien, pero no se la va a linchar por eso. Acá se recibe mal la información. No hay un policía en cada cuadra para controlar si la mujer se tapa o no el pelo.
-Comparando a la mujer musulmana con la occidental...
Masuma: -Creo que a la occidental le faltaría profundizar más en la parte espiritual para poder valorarse plenamente. Hoy, la mujer se está desarrollando mucho en su aspecto físico y económico. Pero no veo que haya logrado un equilibrio ni que tenga el estado real que se merece. Me parece que es víctima del sistema que se está imponiendo en el mundo. Vemos cada vez más casos de anorexia y esto también es producto de la sociedad de consumo. Es decir, cambió, pero no se liberó. Quizá pasó de una opresión a otra opresión. La liberación tendría que ser interior, para después manifestarse en lo exterior.
-¿Ustedes piensan en la mujer occidental como objeto?
Masuma: -Hoy, la imagen de la mujer se utiliza para vender cualquier producto. Para eso se la desnuda. Nosotros creemos que no se debería valorar a la mujer por su cuerpo, sino por lo que es en su interior y por lo que pueda llegar a aportar a la sociedad.
-¿La mujer musulmana puede ser profesional y trabajar?
Amira: -La religión justamente nos manda instruirnos. Del consejo forman parte ingenieras, arquitectas, abogadas, etcétera, que ejercemos nuestras profesiones habitualmente. La religión establece el recato, el pudor y la fe. Por lo demás, somos como cualquier otra mujer occidental.
-El hecho de ser mujer y tener hijos, ¿no influye en la cuestión laboral en un país islámico?
Amira: -En todos los países islámicos la mayoría de las mujeres que son profesionales trabajan, no importa la edad que tengan ni la cantidad de hijos.
Masuma: -Allá se considera mucho a la mujer y le ponen todo a su disposición. Las mujeres que tienen hijos no son discriminadas, sino que tienen guarderías en sus empresas para que puedan trabajar tranquilas sabiendo que sus hijos están bien atendidos.
-¿Qué pasa con el dinero que ganan?
Masuma: -Para el islam, el hombre tiene la obligación de mantener el hogar porque la mujer tiene otras responsabilidades. Lo que gana la mujer es para ella.
-¿Cuáles son las ventajas de tener leyes tan estrictas?
Amira: -No existe la madre soltera, no hay mujeres golpeadas, no hay mendicidad ni mortalidad infantil por desnutrición. No existen la pornografía ni el SIDA. No hay robos.
-Porque las reprimendas son terribles...
Masuma: -No... eso es lo que se trata de hacer conocer. Pero en realidad hay todo un entorno educativo que no lleva al hombre a esa degradación.
-Pero de todas maneras no sería por elección, sino por mandato.
Amira: -En el islam hay un sistema de premios y castigos. En nuestra ley existe un sistema disuasivo y retributivo. Es retributivo porque causa un daño al que ofendió a la sociedad con un delito. Es disuasivo por eso mismo. Sí, al que roba reiteradamente se le amputa un dedo, pero no se ve gente así. No hay delito.
Masuma: -Los sistemas carcelarios de la Argentina, ¿en qué condiciones están? ¿Cómo viven los presos? Habría que preguntarse cuál de los dos sistemas es el más severo.
-¿Es cierto que no pueden mirar a los hombres a los ojos?
Masuma: -No se puede mirar con intencionalidad sensual a los hombres a los ojos. Se pide el recato en la mirada. Muchas veces bajamos la mirada por pudor. Si yo tengo que hablar con un musulmán, como hay un código de conducta, tal vez baje la mirada por pudor y respeto. En el código del islam se ve de esta forma, pero si hablo con un occidental que no se rige por estas reglas y sé que no hay ningún problema, no.
-¿Pueden utilizar anticonceptivos?
Masuma: -Sí, todos los métodos. Lo que no se permite es el aborto.
-¿Qué función cumple el Consejo de Mujeres Musulmanas?
Amira: -Es una institución eminentemente cultural, formada por ochenta mujeres. Nos vemos obligadas muchas veces a difundir comunicados para hacer esclarecimientos públicos, porque se ataca demasiado nuestra forma de vida.
-En general, en los países islámicos, ¿se necesita la autorización del marido para salir del país?
Masuma: -Sí. Desde el punto de vista occidental tal vez se vea un poco cerrado, pero en el contexto de la vida dentro del islam se ve como una protección hacia la mujer y la familia. Cuando se habla de los musulmanes se tiene la imagen de que son cerrados, fundamentalistas, terroristas. Nos atribuyen eso porque hay una oposición política más que un defecto en la ley islámica. De hecho, los musulmanes no se revelan contra esto y somos cada vez más. Quienes rechazan el islam no son los propios musulmanes, sino los que lo no conocen.
¿Oriente versus Occidente?
" Y o te saludo con la mano en mi corazón", dijo el director de la mezquita At-Tauhid cuando entró en la habitación en la que se iba a realizar la nota. Estas palabras indican que hombres y mujeres de la cultura islámica no pueden saludarse de otra manera.
Santiago Paz Bullrich es un argentino, profesor de Filosofía y Letras de la UBA, que comenzó siendo católico, al igual que su familia de origen, pero que se convirtió al islam y tomó el nombre de Abdul Karim Paz. Hoy dirige la mezquita At-Tauhid, que quiere decir la unicidad de Dios. "Yo soy un hombre que conoce un poco de las dos culturas, la islámica y la occidental, y creo que se necesitan mutuamente", dice Karim Paz.
"Al mundo islámico le vienen muy bien los progresos técnicos, científicos, y algunas cuestiones en las que Occidente ha avanzado. Y Occidente necesita imperiosamente de una fuerza que lo vuelva a conectar con Dios, pero que sea de una religiosidad lógica.
"Cuando conocí el islam, me di cuenta de que por un lado otorgaba una libertad y una confianza en el hombre en sí mismo, pero que también le ponía límites. Le enseñaba qué es lo que lo podía perjudicar con sabiduría y autoridad.
"Hoy hay una crisis de valores, de orientación y del sentido profundo de la vida. Pero la crisis se ve también como un período de crecimiento. La pérdida del sentido de la vida, el malestar, la no satisfacción, los grandes problemas de corrupción y demás tienen un límite a partir del cual el hombre va a empezar a reaccionar. Pienso que se va a volver a los valores trascendentes, pero esta vez con una visión mucho más equilibrada. Considero al islam una alternativa en este sentido."
¿Qué mujer propone el islam?
L a Revista consultó al profesor Norberto Méndez, que dicta en la Facultad de Ciencias Sociales el seminario El factor islámico en la política mundial.
"El problema de Afganistán no se puede trasladar a toda la cultura islámica -dice el profesor Méndez-. Hay que tener en cuenta que no hay un solo islam, de la misma manera que no hay un solo Occidente."
La situación en Afganistán expuso a un país muy atrasado en los términos de desarrollo cultural, tecnológico y económico que conocemos en Occidente. Dentro de Afganistán, el talibán es uno de los grupos más rígidos. La burka es propia de ellos. En Irán, un Estado que es acusado de fundamentalista, no la utilizan. Las mujeres van cubiertas, pero participan en el trabajo. Hay médicas, hay políticas, es una sociedad totalmente diferente.
Si nos atenemos estrictamente al Corán, no existe ninguna referencia restrictiva con respecto a la mujer. Incluso en algunas cuestiones, parece una religión más liberal. Por ejemplo, en la religión cristiana y judía la mujer nace de la costilla de Adán. En el Corán, la mujer y el hombre se crean de la misma manera.
Pero hay un versículo en el Corán que dice que el hombre tiene autoridad sobre la mujer. Eso es una traducción. Otras interpretaciones aseguran que el hombre debe proteger a la mujer. ¿Por qué hay diferentes lecturas sobre un mismo texto? El Corán está escrito en el siglo VII. Era una época en la que se utilizaba una forma poética. Los primeros que interpretan el Corán son muy conservadores y fijan posiciones restrictivas con respecto a la mujer.
El caso del talibán es un ejemplo extremo de una sociedad muy atrasada. Para obligar a las mujeres a cubrirse totalmente, utilizan una parte del Corán que dice que la mujer debe vestirse modestamente y que no tiene que usar adornos. Por lo general, el islam dice que la mujer es diferente del hombre y que tiene un pudor y una timidez que no tienen que mostrarse. Deben cubrirse porque de otra manera se considera un llamamiento hacia el hombre, que naturalmente la va a buscar. Pero paralelamente, y a diferencia del cristianismo y del judaísmo, tienen una concepción del sexo más liberal.
-¿Por qué parece que los talibanes estuvieran ensañados con la mujer?
-"Acá lo vemos así, pero para ellos esto es natural. No es en contra de la mujer, sino que se supone que la protege. Desde su concepción, la mujer es una flor que hay que cuidar.