Las luces de Marfa: el fenómeno inexplicable que tiene en vilo a un pueblo desde hace 140 años
Una pequeña comunidad ubicada en Texas convive desde hace décadas con un extraño enigma que enfrenta a científicos y curiosos
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Aparecen, flotan, parpadean, se mueven y, así como llegan, se van. Las luces de Marfa son un fenómeno documentado desde finales del siglo XIX que despierta mucho interés y, de la misma manera, desconcierta. ¿Qué son y cuál es la explicación desde la ciencia? Año tras año, miles de personas se acercan a las afueras de este diminuto poblado de Texas para apreciarlas.
Con una mezcla de locación típica de los Westerns y la escultura creada por el danés Michael Elmgreen y el noruego Ingar Dragset que emula una exclusiva tienda de Prada, Marfa es una de las localidades más pequeñas del estado de Texas. Próximo al límite entre lo Estados Unidos y el estado mexicano de Chihuahua, este pequeño poblado está ubicado 700 kilómetros al sur de Austin. Y de acuerdo con los censos poblacionales residen allí menos de 2000 personas.
A unos pocos kilómetros de Marfa, cerca de la vecina localidad de Alpine, miles de personas acuden año tras año para ver eso que, si bien nadie puede explicar, maravilla a todos por igual. Las misteriosas luces.
Durante los instantes previos a la llegada de la noche o en los minutos anteriores al amanecer, luces del tamaño de una pelota de básquetbol se pueden apreciar a la distancia, sobre la llanura desértica y sobre las elevaciones, en dirección a la montaña Chinati. Por ello el Centro de Observación de las Luces de Marfa (MLVC, por sus siglas en inglés) es la cita obligada.
Hay quienes las relaciones con el fenómeno OVNI; algunas personas, con el cambio de temperatura en los gases de la atmósfera. Otras aseguran que no son más que la reflexión de las luces de la autopista lindera.
Kendra Jones es la directora de la agencia Laka Consulting y vive muy cerca del Centro de Observación de la Luces de Marfa. En diálogo con LA NACION explica que se genera mucho misterio en torno a las luces y la interpretación que de ellas se hace es subjetiva. “Parecen como los faros o las luces de los automóviles. También hay historias sobre ellas que se remontan hace mucho”, precisa. Y si de tiempo se trata el primer registro data de finales del siglo XIX, época anterior al invento de Carl Benz.
De finales del siglo XIX a la actualidad
Para hablar del primer registro más o menos documentado de la aparición de las luces de Marfa tenemos que remitirnos al 26 de marzo de 1883, dos años después de la mismísima fundación del pueblo. En aquel tiempo, un baquiano de 16 años llamado Robert Reed Ellison se encontraba descansando junto a su ganado en algún punto de Texas entre Anteolope Springs y Paisano Pass. De acuerdo a las anotaciones en sus memorias, reproducidas en el sitio Texas Historical Association (TSHA), el adolescente observó cómo si las montañas distantes se le hubieran acercado. Sin saberlo, ese fue el primer registro del fenómeno.
Como reproduce ese blog especializado, su hija Julia Plumley reflexionó sobre a qué le atribuyó Ellison el origen de los destellos: “[…] Pensaron que probablemente eran una fogata encendida por indios Apaches u otros viajeros. Pero nunca encontraron restos de cenizas ni nada que pudieran haber prendido y, a lo largo de lo años, continuaron apareciendo. La noche siguiente estuvieron allí, y la noche siguiente, y la semana y el año siguientes. Y estoy seguro de que empezaron a preguntarse, ¿qué diablos eran esas luces?”.
Dos años más tarde, en 1885, Sally y Joe Humphreys fueron también pioneros pobladores de Marfa y aseguraron haber visto las misteriosas luces en 1885. Lo mismo ocurrió con muchos ganaderos que vieron el fenómeno sobre las largas extensiones de tierra hacia 1919.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos que entrenaban en la pista aérea cercana a Midland divisaron las “luces misteriosas”. Pero al buscar cuál era la fuente de esa luminosidad no pudieron encontrar nada.
A comienzos de la década de 1970, turistas de distintos lugares se acercaban a este lugar desértico en busca de esas luces. A fuerza de tradición, o quizás para perpetuar el mito, los propios pobladores también divulgaron su propia leyenda: afirmaban que un jefe apache había sido asesinado en las llanuras y desde entonces iluminaba el cielo con una luz errante.
Marfa, también reconocida por la película Gigante (1956) que protagonizó James Dean o, más cerca en el tiempo, las escenas de No es país para viejos (2007), con las que Javier Bardem ganó el Oscar al mejor actor de reparto, siguió con su ritmo a través de los años. En la actualidad, a más de 100 años del primer avistamiento documentado de las luces, hay quienes ofrecen más de una explicación sobre su origen.
Algunas teorías científicas sobre el origen de las luces
Como ingeniero aeroespacial retirado, James Brunnell ha dedicado gran parte de su vida a observar las luces y ha escrito libros sobre el fenómeno. Como publica el sitio Las Provincias, tras haber instalado cámaras y haber hecho numerosos registros de 24 horas en el área se enorgullece de contar con la mejor colección visual y probatoria del fenómeno.
Para Brunnell hay una explicación sobre por qué se producen los destellos. Según él, las luces de Marfa se originan en una zona otrora volcánica y donde la materia sólida del suelo, principalmente rica en cerámica, cristales y minerales, crearía una carga eléctrica muy potente.
En agosto de 2011, el investigador Karl Stephan junto a un grupo de colegas publicaron un estudio en el Journal of Atmospheric and Solar-Terrestrial Physics con el que buscaban arrojar luz sobre el enigma. De acuerdo con el estudio, la fuente de las luces eran los faros de los vehículos que circulaban por la autopista 67, una ruta ubicada unos 20 kilómetros al sur de la zona de visualización.
Por medio de espectrómetros extremadamente sensibles infrarrojos y ultravioleta descubrieron que, en las afueras de Marfa, las condiciones atmosféricas eran capaces de deformar las luces provenientes de la carretera. Según Stephan y su equipo, al momento en el que las luces llegan a ser percibidas por el ojo humano desde el Centro de Observación ya no asemejan a las típicas luces de los automóviles. Por lo tanto, los especialistas concluyeron que la densidad del aire, la temperatura y la humedad en la zona crean las condiciones perfectas para que se distorsione la luz de esta manera tan desconcertante como inusual.
Otra explicación posible sobre el fenómeno es la refracción de la luz que se genera por las distintas capas de aire a diferentes temperaturas. A esto se lo denomina “Fata Morgana” y genera una suerte de ilusión óptica que tiene lugar cuando una capa de aire cálido descansa sobre otra de aire más frío.
También hay quienes sostienen que las luces pueden estar asociadas a los gases que se generan cerca de los pantanos, como es el caso de la fosfina (PH3) y el metano (CH4). Bajo determinadas condiciones, estos gases pueden llegar a encenderse en contacto con el oxígeno. Pero para hablar del último pantano en la zona donde se produce el fenómeno deberíamos remontarnos millones de años atrás.
Un festival con todas las luces
Más allá del misterio que a lo largo de estos más de 130 años no ha sido desentrañado, el interés por las luces de Marfa continúa en ascenso. Y desde 1987 se organiza en el ciudad el Marfa Lights Festival, una celebración que si bien no se relaciona con el fenómeno sí toma prestado su nombre.
Abby Boyd es la directora de Turismo de Marfa y presidenta de la Cámara de Comercio de ese poblado tejano. Por primera vez está a cargo de la organización del festival que se desarrollará entre el viernes 3 y el sábado 4 de septiembre próximos.
En diálogo con LA NACION, Boyd augura un buena concurrencia y destaca los cuidados que se implementarán para extremar al máximo la propagación de la Covid-19. “En comparación con otros lugares, la pandemia ha afectado mucho menos a Marfa. Somos una comunidad remota con una gran cantidad de espacios abiertos y actividades al aire libre, la gente nos ve como un ‘lugar seguro’ para viajar. El condado de Presidio, al que pertenece nuestro pueblo, tiene la tasa de vacunación más alta de Texas, pero, por supuesto, aún recomendamos precaución debido a la propagación de la variante Delta. Como nos apasiona proteger a la comunidad y a los turistas pedimos que se sigan las pautas de los Centros de Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés)”, comenta.
A través de los años, la celebración de festiva se ha ido arraigando y muchas personas, además de disfrutar de la música y la comida típicas aprovechan para intercambiar información o supuestos sobre el fenómeno que ocurre a pocos kilómetros. “A los turistas les fascinan las luces de Marfa, así como también el festival. Las preguntas sobre las luces las formulan más frecuentemente aquellas personas que viene desde lejos. El MLVC, en las afueras de la ciudad, siempre está lleno de visitantes. Por su parte, el festival atrae tanto a visitantes como a lugareños porque es una tradición en nuestro pueblo”, diferencia.
Consultada sobre si alguna vez se podrá explicar el fenómeno de las luces que atrae a Marfa tanto a locales como turistas, a estadounidenses como personas de distintas partes del mundo, Boyd lo niega. “No hay una explicación científica para las luces. Es un misterio que aún hoy continúa y eso hace que año tras año la concurrencia sea mayor”, concluye.
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