Las chicas de Jean Anouilh
Horacio Fontova y Jean François Casanovas contaron a VIA LIBRE porqué vuelven a enredarse con las faldas en Orquesta de señoritas , la pieza más difundida del dramaturgo francés, que se estrena esta noche
Me dicen que soy coqueta/ por la gracia de mi andar,/ mi donaire al caminar/ parece el de una princesa...", canta Gabriel Goity mientras se desplaza como puede -pesadamente- por el escenario, buscando el tono más adecuado a su personaje, Hortensia, la directora alemana de Orquesta de señoritas .
El panorama es alentador. Siete hombres arriba de un escenario y sólo uno vistiendo como tal. Las voces graves se aflautan, las zapatillas quedan arrumbadas a un costado del escenario, los tacones llevan las de ganar. Y aquí aparece la diferencia.
Jean François Casanovas se mueve con la gracia, la soltura y el glamour que más de una mujer envidiaría. Patricia, su personaje, es la única que se anima a los tacos aguja de diez centímetros de alto, mientras sus compañeros/as se conforman con unos zapatones número 45 que apenas -y con mucho esfuerzo- se despegan del suelo.
Otro que también supo vestir faldas es Horacio Fontova, pero luego de seis años en la piel de Sonia Bragueti -en Peor es nada - está más que contento con la idea de ser él, en esta oportunidad, el único que permanece con los pantalones puestos.
La oportunidad no es otra que la que empieza a rodar esta noche con el estreno de Orquesta... , la obra de Jean Anouilh que, con adaptación y dirección de Manuel González Gil, subirá al escenario de la sala Pablo Neruda, del Complejo La Plaza.
Como sucedió por primera vez en 1974, y con el arrollador antecedente de un éxito que llegó a cumplir 20 años, esta noche también serán hombres los que se hagan cargo de los roles femeninos.
-¿Por qué creen que una obra que se concibió para mujeres pegó tan fuerte con hombres?
Fontova: -Acá importa y tiene mucho que ver el sabor de lo grotesco que aporta el hombre en un rol femenino.
Casanovas: -Lo hace más divertido y eso se contrapone con mayor efectividad a lo dramático de la historia. Todo es divertido y amargo a la vez. Los racontos de cada una de las integrantes de la orquesta son agridulces; el caramelo va primero, al carozo lo encontrás después.
-¿En lo personal dónde resuena eso de interpretar roles travestidos?
Casanovas: -En esta obra es difícil decirlo porque ¿qué tipo de mujer estás viendo arriba del escenario? Son todos casos clínicos, no hay una mujer normal y corriente, son todas extremistas.
-¿No es una visión machista de la mujer?
Fontova: -No creo, no hay mujeres cuidadas estéticamente, acá hay mucho olor a juanete, a naftalina.
Casanovas: -Es una orquesta de señoritas -y lo remarca-, todas de 40 años para arriba, edad que en los años 40 (cuando Anouilh escribió la obra) significaba que ya eran viejas. Son casos existenciales. A saber:Hortensia, la directora, es viuda y nunca se volvió a casar. Patricia tiene una madre de 90 años a la que tortura. Mi personaje tiene como 50, pero es cuidadita porque es medio putona. Susana es celibatoide. Hermelinda es tullida y renga. Y Leona, que también pasó los 40, tiene problemas con un amante que ni la mira.
Fontova: - Como verás no hay ninguna cochinel acá, que ésa sí sería una imagen machista de la mujer.
Casanovas: -Lo importante es que detrás del dibujo de cada personaje hay una tremenda soledad. Y ése es un eje en la obra. Es cruel.
-Pero la gente va a venir pensando en qué se va a divertir...
Fontova: -Es que lo patético es muy gracioso.
Casanovas: -La gente se va a divertir, pero también le van a pasar otras cosas.
-¿Artísticamente qué los atrajo del proyecto?
Casanovas: -A mí, saber que participaba Fontova, Gustavo Garzón y Gabriel Goity. Es mí segunda experiencia en teatro con texto. La primera fue una obra de Copi donde eran sólo insultos y a los gritos, por lo que no era muy complicado. Pero esto es otro mambo. La obra tiene textos importantes y hay que saber oler los pies de risa, y yo no sé hacer nada de todo eso, estoy aprendiendo. Pero hacer algo nuevo apoyado con gente que tiene años de experiencia me dio ánimo para atreverme. Para mí es de lo más fácil vestirme de mujer, pero hacerla hablar es otro tema.
-¿Y cómo lo llevás?
Casanovas: -No lo sé, por momentos me siento bien y por momentos terrible. Cuando viene la parte de mi diálogo grosso , tiemblo. Tengo miedo de hacerlo mal.
-Lo bueno es aceptar un nuevo desafío
Casanovas: -Sería un error no aprovechar esta oportunidad, porque quizá nunca se me presente otra vez. Y quizás haciendo esta experiencia pueda salir de la etiqueta que yo mismo me puse.
Fontova: -A mí me pasa algo parecido. Yo tampoco tengo mucha experiencia en teatro, sí en televisión pero con algo que no tiene nada que ver con esto, siempre fui el bufón televisivo. Esta es mi tercera experiencia en teatro y para mí es como andar por otros carriles. Esto de componer un personaje no es fácil. Quizás hacer una payasada en la tele me sale fácil, básicamente porque la cámara es fría, pero acá en el teatro o haciendo música no hay vuelta atrás, no hay segundas tomas, está el corazón en vivo frente a la gente. Y no quiero hacer monigotadas, quiero hacerlo bien, sentir el personaje, y ahí me viene el miedo. Pero creo que tener miedo significa que uno se está ocupando de la cosa y eso lo percibo como un buen síntoma.
El director, notebook en mano -sigue al detalle la letra de los actores-, llama a Fontova y a Casanovas para continuar con el ensayo. Las risas nerviosas, impostadas, se mezclan con carcajadas estertóreas por un firulete nuevo en la danza de alguna de las señoritas. Los actores se despiden amablemente y se suben al escenario para reunirse con el resto del grupo que ya está listo para comenzar a hacer lo que más disfruta: jugar. Y esta vez tienen con qué. Pueden estar en remera y jeans, pero nunca olvidan las pelucas, el rouge o los tacos. Es que las chicas están listas para salir a escena.
Orquesta de señoritas, de Jean Anouilh. Dirección: Manuel González Gil. Viernes y sábado, a las 22; domingo, a las 20.30. Sala Pablo Neruda del Complejo La Plaza, Av. Corrientes 1660; 4323-7200. Entrada, $15.