Las cajas de la felicidad: el formato más lúdico del delivery
Una caja de cartón cerrada y misteriosa. Como esos regalos en el arbolito de Navidad, con la familia esperando la hora de abrirlos. Esta misma sensación es la que ofrece el formato de delivery que gana terreno en la gastronomía actual. Cajas armadas por restaurantes, panaderías, cafeterías e incluso chocolaterías, repletas de los mejores productos de cada casa. Pura felicidad entregada a domicilio.
"Estamos en la Patagonia, a 1500 kilómetros de donde vive el 70% de la población de Argentina. Pensamos entonces cómo invertir los roles: si el resto del país no puede venir a visitarnos, nosotros les llevamos a sus casas la identidad patagónica en una caja", cuenta Matías Carzalo, parte de la familia fundadora de Mamuschka, la chocolatería nacida en Bariloche. Bajo el nombre "cajas de la felicidad" incluyen tres combos que hacen agua la boca. La Caja Golosa, por ejemplo, tiene bombones, timbales, tabletas, chocolate en rama, animalitos y ositos rellenos de dulce de leche. La Infaltable suma nueve de los grandes éxitos de la marca (entre ellos, unos adictivos alfajores sin TACC). Y la Caja Saludable se completa con productos de alto porcentaje de cacao y menor cantidad de azúcar. "Es más que enviar un chocolate; es mandar los valores que tenemos, la magia, la alegría, la calidad de la marca. Y eso lo perciben del otro lado: muchos nos mandan fotos de cuando reciben el envío y ves la alegría que tienen. Es como si llegase Papa Noel", dice Matías.
La lógica que explica el éxito de las cajas tiene componentes comerciales, logísticos, gastronómicos y emotivos. Una de las grandes debilidades del delivery es el costo que implica la entrega. Estas cajas permiten amortizar ese valor en un único envío de más tamaño y variedad. "El cliente habitual de Malvón es impulsivo. Es alguien del barrio que pasa por la vidriera y se compra una croissant. Luego esa misma persona pasa de tarde y compra una baguette", explica Darío Muhafara, uno de los socios detrás de la conocida panadería y cafetería de Villa Crespo. "Estas cajas resuelven esas compras de una vez, con mejor precio y variedad. En un sólo envío recibís los panes y pastelería para toda la semana, con instrucciones de cómo guardar cada producto para mantenerlo en perfecto estado". La caja grande incluye prepizzas de masa madre (con su porción de queso y salsa de tomate), scones salados, budín de naranja y amapola, brownies, alfajores de masa de almendra, panes integrales, bagels, croissant y panes de chocolate bien crujientes.
Las cajas ganan rápido terreno en el delivery de la pandemia. Hay cajas multimarcas como las que arma la publicación Amo Villa Crespo, que traen ravioles de Salgado Alimentos, panes y pastelería de Malvón, tartas y pizzas de Hasta La Masa, cócteles de la barra de 878 y vermú de La Fuerza. O las que ofrece Caja Madre, con delis de pequeños productores como pepinos agridulces, pan esenio, chocolate al 70% y frambuesas en almíbar, entre más ítems. Están las cajas de brunch del hotel Home Buenos Aires (con bagels de salmón y de lomito, scones, croquetas de acelga y de jamón crudo, budines, brownies, rolls de canela y jugo de naranja); y también las tentadoras cajas para desayunos y meriendas de Mada Patisserie, con infusiones, madeleines, cookies, scons dulces, financiers con frambuesas, alfajores de almendra, delicados macarons y mini cake elección. Santi Cheese ofrece variedad de "boxes", entre ellas la Lover Box con cheddar, mini camembert, azul danés, manchego nacional, emmenthal y un cacciotina de cabra de un aroma increíble. Canta el gallo presenta su Kit Parrillero, que incluye tira de asado, ojo de bife, bife de chorizo, entraña y un vino Nicasia. Y la genial parrilla La Carnicería lanzó su Cajita Feliz, que trae dos kilos de ojo de bife, cinco kilos de verdura orgánica de La Anunciación, cuatro chorizos y una botella de Malbec orgánico de Saint Felicien, suficiente para cocinar una semana en casa.
El lujo en caja
Así como los perfumes más exclusivos vienen en cajas preciosas, los mejores restaurantes de Buenos Aires -esos que hacen culto a la calidad y la creatividad, empujando al resto de la gastronomía argentina- también recurren a este formato para sus deliveries. La última novedad es la del genial Aramburu, de Gonzalo Aramburu, que presentó la semana pasada sus Arambox, cajas compartimentadas que parecen guardar joyas culinarias. Abrir esa caja genera un efecto de sorpresa similar al que provoca entrar al restaurante, en este caso con un menú de cinco pasos con opciones como magret de canard con maíz verde cremoso; cochinillo con dátiles, ciruelas, especias y cuscús; o pesca de anzuelo, con miso, coco y limas.
"Queremos repetir la experiencia de comer en nuestra casa", dice Gabriel Oggero, chef y propietario de Crizia, el restaurante que desde hace más de una década recorre los sabores de Argentina a través de productos como ostras, cordero, pescados y mariscos, conejo y quesos de pequeños productores. Este lugar arrancó el mes con su Crizia in the box, una caja con menú degustación de cuatro pasos, con best sellers como las ostras Rockefeller gratinadas, el cordero patagónico braseado y un membrillo casero confitado con mascarpone y crocante de almendras, entre más opciones. "Junto a la caja va un instructivo de cómo servir cada plato. Algunos van directo a la mesa, otros requieren que los armes en el momento. Hay algo de juego e interacción. Lo que más nos sorprendió es la cantidad de personas que nos pidieron la caja para que la enviemos a amigos como regalo. Incluso le ponemos una tarjeta con el mensaje que nos dictan", cuenta Oggero.
Un ejemplo más, la "caja de hits" de Julia, el restaurante del cocinero Julio Martín Báez. Pensada para dos personas, y con una relación precio calidad imbatible, tiene pan de masa madre, manteca con algas en vinagre de arroz y soja, terrina de cerdo y almendras, paté, pickles, hummus con pepinos asados y castañas de cajú al curry, porotos y morrones en escabeche, roll de repollo relleno con arroz, maní y cilantro; tartare de remolacha, nduja y provolone; bondiola braseada con repollitos de bruselas, togarashi y avellanas; y de postre un queso y dulce súper cremoso. "Armé una caja así para lograr un precio competitivo. Creo que en este momento de incertidumbre todos cuidamos el bolsillo, y yo me incluyo en eso. A su vez, me da la posibilidad de ofrecer una degustación de todos los hits de nuestra carta desde que abrimos", explica Julio.
En medio de la pandemia, las cajas de delivery prometen una cuota de felicidad a domicilio mientras esperamos que los restaurantes vuelvan a abrir sus puertas.
Temas
Más leídas de Lifestyle
Un palacio sobre rieles. El tren que nació por una historia de amor y se convirtió en una obra maestra de logística y lujo
Revolucionario. Buscaba tener dinero y descubrió una fórmula que cambió al mundo para siempre
Superalimento. La semilla que regula el azúcar en sangre, reduce el estrés y ayuda a dormir mejor