Las bodegas ahora apuestan por la arquitectura
En consonancia con el paisaje, ofrecen más que una experiencia vitivinícola
El paisaje arquitectónico del vino está cambiando. Los primeros pasos se dieron cuando comenzaron a llegar capitales internacionales al Valle de Uco, en Mendoza. A comienzos de 2000, con las nuevas inversiones y la proliferación de nuevas propuestas vínicas, la antigua impronta de las grandes casonas centenarias del vino evolucionó hacia una estética más pura en consonancia con la naturaleza y con el paisaje circundante, la Cordillera.
El estudio de Bormida & Yanzón fue pionero en la búsqueda de la unión del diseño artístico en función de las necesidades tanto de la producción del vino como del servicio al visitante. El desarrollo del turismo del vino de los últimos años también llegó con estos nuevos vientos de cambio.
“Comenzamos en el tema de bodegas a fines de los 90, cuando Mendoza entraba en los mercados globalizados y algunos pioneros del mundo del vino empezaban a virar hacia los vinos de alta gama y a interesarse por el enoturismo. Proyectar pensando en las experiencias del espacio arquitectónico fue la clave. El manejo muy consciente de las secuencias espaciales, la escala, la luz y la sombra, los materiales y los estímulos provenientes de todos los sentidos nos abrió el camino para innovar y seducir, sin perder jamás el carácter industrial que tiene esencialmente una bodega”, explica Eliana Bórmida. Fueron los primeros que comprendieron junto con los productores que el vino nace en la tierra, y para ello concibieron una arquitectura del paisaje.
En las nuevas propuestas hay también otro aspecto diferencial: la sustentabilidad. El uso responsable del agua, la construcción con materiales locales, el ingreso de luz y conservación de la energía térmica son algunos de los conceptos que están hoy dentro de las propuestas, búsquedas en las que el edificio potencie el desarrollo humano y respete la naturaleza.
Los espacios completan la experiencia del visitante a la hora de realizar el recorrido con la copa en la mano. Tal es así que la red global Great Wine Capitals ofrece anualmente reconocimientos a las mejores prácticas relacionadas con el turismo del vino y la arquitectura en una de sus categorías. Zuccardi Valle de Uco fue la que obtuvo el Premio de Oro en la última edición, certamen en donde compitió con las mejores del mundo.
El creador de la nueva bodega que la familia tiene en Paraje Altamira, Valle de Uco, fue el arquitecto Fernando Raganato. La bodega está integrada a su entorno y construida con materiales del lugar: piedras de la Finca Piedra Infinita, agua y arena del río Tunuyán. Las paredes tienen una curvatura que la identifica con la Cordillera que la enmarca. La bodega tiene mucha luz durante el día, lo que hace posible no utilizar iluminación artificial.
“En el diseño se buscó participar con las formas y las ocurrencias de la montaña, como las laderas, las quebradas y los acarreos. El recorrido está pensado como una experiencia para el visitante. Después de la recepción, se lo invita a conocer y participar. Desde el patio de vendimia, el traslado de la uva en cubones, la descarga en piletas, la guarda en barricas, el descanso en botellas, con un final teatral bajo la cúpula como coronación que le da sentido de unidad y de lo universal”, describe Raganato.
En su interior se destacan las vasijas de hormigón para separar las uvas y vinificar de manera diferenciada. En el sector de guarda y estiba de botellas hay una enorme piedra que se encontró cuando comenzó a construirse y quedó como símbolo del proyecto.
En el Valle de Uco, pero en un microterruño del distrito Los Chacayes, a 1120 msnm, se encuentra Súper Uco, una pequeña bodega con el sello de los hermanos Michelini. Como cuenta Maximiliano Matheu, su arquitecto, “el proyecto surgió de una manera descontracturada, al estilo de los propietarios. En una parcela de dos hectáreas se desarrolló el programa, que consta de una bodega, un restaurante, una huerta, corrales para animales y algunas otras dependencias. La conceptualización del proyecto vino a través del estudio de la vitivinicultura biodinámica. El diseño de la finca introduce al usuario en la experiencia de este tipo de vitivinicultura a través de un recorrido, de forma circular, que nos hace atravesar las viñas y finalmente confluye en la parte central, donde se ubica la bodega”.
La edificación se ordena con una planta octogonal donde cuatro de sus lados se encuentran orientados a los puntos cardinales. Esto, además de darle una forma característica, permite tener vistas en todas las direcciones y apreciar la Cordillera hacia el Oeste o mirar el valle hacia el Este.
El espacio más importante es el de la zona central, que también es el centro del viñedo, y donde finalmente tenemos la posibilidad de experimentar los vinos de Súper Uco.
“Las formas circulares nos permiten guiar al visitante a través de un recorrido donde experimenta el viñedo, y todo el proceso de la producción de vino de una manera más vivencial. En este caso se decidió utilizar el hormigón armado al natural porque es un material noble de bajo mantenimiento, y esto fue una premisa fundamental para el proyecto”, dice Matheu.
Con un formato más estructurado, pero con el mismo giro hacia lo biodinámico, el arquitecto Roberto Busnelli fue el realizador de la nueva Luna Austral en San Carlos, también Valle de Uco.
En busca de una visión totalizadora el edificio, materializa el centro geométrico y energético del conjunto, en donde los cuarteles de viñas también tiene forma curva, orgánica, que por un lado acompaña el movimiento del sol y por otro genera visuales y perspectivas dinámicas.
“La idea fue minimizar el impacto de la arquitectura generando una relación armónica y equilibrada entre edificio y naturaleza. Tanto la arquitectura como la enología están enmarcadas dentro de la filosofía biodinámica. La arquitectura trató de interpretar y transferir los principios biodinámicos que impactan de manera decisiva en la construcción de un imaginario arquitectónico holístico, donde el hombre y la naturaleza son el centro y el edificio trata de interactuar de la manera más armónica con ellos”, dice Busnelli, que utilizó el ladrillo cerámico típico de la zona de Mendoza para minimizar la estructura de hormigón.
Bodega Salentein, creada por Bormida & Yanzón en 2006, fue la que provocó el gran giro de las bodegas icónicas argentinas, un proyecto que incluyó la capilla, la posada y el Killka (centro de visitantes, restaurante, bar de vinos y una sala de arte). En la nueva línea, la bodega Solo Contigo (2016) representa la modalidad naciente de casa-bodega. El desafío próximo es el diseño de estructuras sismorresistentes no convencionales y a la vez sensatas. La cubierta con vigas en cruz de bodega Salentein, la gran sombrilla en voladizo de la nave de O. Fournier y el movimiento del diamante en la bodega DiamAndes son algunas muestras de ello.
Temas
Más leídas de Lifestyle
Magnesio. Qué son los "hilos" blancos de la mandarina y por qué no deberías quitárselos jamás
Para considerar. El alimento que un cardiólogo recomendó no incluir jamás en el desayuno
Secreto de jardín. El fertilizante ideal para hacer crecer las plantas en tiempo récord: se prepara en casa y es barato