La frase es comúnmente asociada al escritor español; sin embargo no hay registros de ella en Don Quijote de la Mancha
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“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”, es una expresión que se utiliza para hacer frente a las críticas. Se infiere que si la gente opina es porque lo que se está haciendo no pasa desapercibido, sino que es importante y da que hablar. A lo largo de la historia, este refrán fue atribuido a Don Quijote, el protagonista de la obra literaria española publicada hace más de 400 años. Sin embargo, su origen es confuso y nada tiene que ver con el ingenioso hidalgo y su escudero.
“Paréceme Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: ‘Donde una puerta se cierra, otra se abre’”, dice el Quijote a su escudero (Capítulo XXI). La novela escrita por Miguel de Cervantes Saavedra y publicada el 16 de enero de 1605, está colmada de numerosos refranes que la llevaron a ser considerada una las obras importantes de la literatura universal. Se han vendido más de 500 millones de ejemplares y fue traducida a 140 idiomas, superado solo por la Biblia.
Entre las expresiones que transcendieron la barrera del tiempo y es común de escuchar aún en nuestros días: “La codicia rompe el saco”, “Ojos que no ven corazón que no quiebra”, “La ingratitud es hija de la soberbia”, entre otras.
Sin embargo, la expresión “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”, que muchos asociaron a la novela de Miguel de Cervantes, en ninguna parte del texto aparece o se hace referencia alguna.
La confusión es tan común que en 2010, durante el discurso de inauguración de la nueva sede de la Federación Nacional de Peones de Taxis, la vicepresidenta Cristina Kirchner, entonces Presidenta, llegó a decir: “Recordaba a Cervantes, cuando le decía a Sancho: «Ladran, Sancho, señal que cabalgamos». Lo voy a adaptar a una versión cristinesca : ‘Ladran Sancho, señal que son perros’”.
La confusión llegó incluso a la pantalla grande en la película versionada por Orson Welles, estrenada en 1992, en la que Don Quijote le dice a su escudero: “Déjalos, que si ladran significa que cabalgamos”.
Aunque se desconoce el origen de la equivocación, no es arriesgado aventurar que probablemente haya surgido porque el escudero del protagonista, Alonso Quijano o Don Quijote, se llama Sancho Panza, a quien el hidalgo lo llama simplemente “Sancho”.
El verdadero origen de la frase
Algunos atribuyen el origen de la expresión al poema “Kläffer” (Labrador) del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethede, de 1808. En su frase final, en su versión en español, dice: “Y el fuerte sonido de sus ladridos solo prueba que estamos cabalgando” (Und seines Bellens lauter SchallBeweist nur, daß wir reiten).
Para otros, la frase la popularizó a finales del siglo XIX el nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío. “Cuando los perros ladran es señal que cabalgamos Sancho amigo”, cuentan que el poeta solía decir de forma despectiva a quienes lo criticaban por ser mestizo. Para muchos, Darío, gran admirador de Cervantes, inspirado en la famosa novela del español, incorporó a “Sancho” en su irónica expresión. Un juego literario que nunca imaginó tendría tanta difusión, seguramente diría citándose: “señal que cabalgamos”.
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