La tragedia de Saladillo. El caso que atormentó a Olga Naum en sus últimas horas; la situación judicial de su hijo y su nieto
Junto a la carta de despedida, dirigida a sus familiares, la Policía de la Ciudad encontró un recorte de diario con una nota sobre un caso policial reciente que involucra a dos miembros de su familia
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Olga Naum tuvo una vida marcada por tragedias. Primero debió sobreponerse al asesinato de su hermano, Emilio Naum, víctima del clan Puccio. Después sufrió un golpe devastador: la muerte de uno de sus nietos, que cayó por el hueco de un ascensor. Pero hubo un tercer acontecimiento dramático, ocurrido el 18 de diciembre pasado, que habría definido la decisión de terminar con su vida, según ella misma dejó saber en su carta de despedida, que fue hallada en la mesa de luz del hotel Up Recoleta, en la tarde del 24 de diciembre. Junto a la carta de despedida dirigida a sus familiares, Naum dejó un recorte de diario con una nota sobre un crimen en Saladillo, provincia de Buenos Aires, que involucra a su nieto mayor, Joaquín Salgado, y a su hijo Ezequiel Emilio.
La noticia fue oportunamente publicada en la sección Seguridad/Policiales de los principales medios del país. En su momento, ningún periodista relacionó a los protagonistas del caso con Olga Naum porque llevan el apellido Salgado, del marido de la diseñadora. LA NACION publicó la crónica con el título “Campo, rock y muerte. Estaban ensayando y comenzó a disparar: mató al hijo de una edil e hirió al hijo de una fiscal”. A continuación, él texto de la nota:
“Apareció con un arma y empezó a tirar”
Se habían juntado a tocar, a hacer algo de música. Hasta que el más joven del trío, que había ido a la cocina por un momento, regresó con un arma y, sin que aún se sepa por qué, abrió fuego y desató una tragedia de la que hoy hablan todos en Saladillo, por la magnitud del drama y, además, por el tenor de los protagonistas.
Uno de los tiros mató a Lorenzo King, hijo de la concejala del Frente de Todos Silvina Cotignola. Otro disparo, que parecía tener el corazón como destino, impactó en el brazo de Tomás Santopolo, hijo de la fiscal de Saladillo Patricia Hortel. Otros dos jóvenes llegaron más tarde y eso los salvó.
Quién los llevó al hospital fue el propio dueño del establecimiento rural en el que se desarrollaba el ensayo, Ezequiel Emilio Salgado; él era el propietario de la pistola que gatilló su hijo, Joaquín, de 19 años. El chico quedó solo en la casa cuando su padre voló en su camioneta para buscar asistencia para los heridos. Amenazó a los que llegaron tarde y los echó. Luego lo detuvo la policía.
Padre e hijo fueron detenidos. El joven, por el homicidio y la tentativa de homicidio; el mayor, por la tenencia y portación ilegal de arma de guerra, ya que en su camioneta llevaba un revólver Smith & Wesson calibre 38.
La intervención policial se inició alrededor de las 7 del domingo en el hospital de Saladillo, donde ingresaron heridos de bala tanto King, con una herida en el abdomen que luego le causó la muerte, y Santopolo, con otra superficial en uno de sus brazos.
Según las fuentes, el hecho ocurrió a la madrugada en el establecimiento rural San José, propiedad de la familia Salgado, situado en Cuartel IX, paraje El Mangrullo, a unos 40 kilómetros del caso urbano de Saladillo, a la altura del kilómetro 209 de la ruta 205.
Las fuentes explicaron que tanto las víctimas como los imputados “se conocían” y estaban reunidos en un quincho donde ensayaban, ya que todos son músicos y estaban formando una banda de rock.
“Todo hace indicar que estuvieron consumiendo alcohol y drogas, y, aparentemente, eso incidió para que el joven Salgado entrara a la cocina con una de las armas que allí había cargadas y en disposición inmediata de uso, y abriera fuego contra sus conocidos”, dijo a la agencia de noticias Télam una fuente judicial.
Fue Salgado padre quien trasladó a los baleados en una camioneta hasta el hospital de Saladillo, mientras su hijo Joaquín fue detenido más tarde, cuando llegó al campo personal de la comisaría de la jurisdicción.
En el lugar del hecho, la policía secuestró una pistola marca Bersa calibre .40 –es la que habría empleado el imputado para balear a sus conocidos– y una escopeta Maverick calibre 12.
También fue requisada en el hospital adonde había llevado a los heridos la camioneta Hyundai Tucson propiedad de Salgado padre, y allí se incautó un revólver Smith & Wesson calibre 38.
Los restos de King –que tenía 37 años, una hija y, además de músico, era chef y había trabajado como guardavidas– fueron inhumados esta mañana en el cementerio de Saladillo y su padre habló con Télam.
“Mi hijo tocaba la guitarra muy bien. Me había contado que no hacía mucho que se frecuentaba y quería tocar con esta gente. Todavía no sabemos muy bien qué sucedió, pero Tomás, el amigo de mi hijo que resultó herido, me dijo que en un momento apareció el hijo del dueño del campo con un arma y empezó a tirar”, contó Mario King.
“Cualquiera puede decir quién era Lorenzo, un pibe de bien. Ahora vengo de enterrarlo y lo único que quiero es que se haga justicia”, reclamó el papá del joven asesinado.
Si bien el padre de la víctima fue quien había señalado en sus redes sociales que los imputados son parientes de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, la propia magistrada desmintió hoy a esta agencia esa información.
“No tengo familiares en Saladillo, la información es falsa. No tengo familiares que se llamen Ezequiel ni Joaquín”, aclaró Arroyo Salgado en diálogo con Télam.
El padre de King reveló que los dos imputados eran quienes “decían que eran parientes de la jueza” y agregó: “A mí particularmente me lo dijo el padre, con quien estuve en tres o cuatro oportunidades”.
El caso es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 de Saladillo, que naturalmente es la fiscalía de la madre del herido, pero en este momento es subrogada por la fiscal Norma Pippo, de Cañuelas, quien se quedará con la instrucción de la causa.
Pippo dejó aprehendidos a los dos Salgado: Joaquín como presunto autor del “homicidio” de King y la “tentativa de homicidio” de Santopolo, y su padre Ezequiel por la “tenencia y portación de arma de guerra”.
“Tenía alguna documentación de las armas, pero toda vencida de hace mucho tiempo”, señaló un vocero judicial.
Padre e hijo fueron indagados hoy por esos delitos y se negaron a declarar ante la fiscal Pippo, quien luego pidió ante el juzgado de Garantías la detención formal de ambos, confiaron fuentes judiciales.
A su vez, la fiscal ordenó que se realicen análisis de sangre para ambos imputados.
El bloque del Frente de Todos de Saladillo emitió por redes sociales un comunicado en el que lamentó el episodio y se solidarizó con la concejala madre de la víctima.
“Concejales y concejalas del Frente de Todos expresan su más sentido pésame a su compañera concejala Silvina Cotignola, y en ella, a toda su familia y seres queridos, acompañándola en este momento de pérdida y dolor irreparables”, señala el texto.
Detenidos, en La Plata
Según pudo saber LA NACION, once días después de la tragedia, Joaquín Salgado y Ezequiel Emilio Salgado se encuentran detenidos por disposición de la fiscal que interviene en el caso, el primero, en la Alcaldía Departamental de La Plata y el segundo, en la Alcaldía Roberto Pettinato
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