¿La Tierra corre riesgo de ser tragada por un agujero negro?
Estos fenómenos ejercen una fuerza gravitacional inédita sobre los objetos cercanos, pero tendrían que combinarse varios factores para que nuestro planeta se vea amenazado
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Los agujeros negros son uno de los fenómenos más misteriosos de nuestro universo. Se trata de espacios invisibles presentes en todas las galaxias conocidas, que tienen una masa tan densa que generan una fuerza gravitatoria tan fuerte que ni siquiera la luz, la entidad más veloz conocida en el Universo, puede evitar caer dentro suyo. Según su tamaño y origen, se clasifican en tres tipos: supermasivos, estelares y de masa intermedia.
Todos los tipos de agujero negro comparten este poder de atracción. Cada uno de esos fenómenos posee lo que se conoce como “Zona de no retorno”, u “horizonte de sucesos”, que es el límite a partir del cuál los objetos o las entidades espaciales como la luz colapsan dentro de su abismo. Esta característica destructiva de los agujeros negros estimuló la imaginación distópica de los seres humanos por generaciones, al elucubrar qué ocurriría si la Tierra se viera cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro: ¿Podría ser tragada por él?
La respuesta corta es que sí, pero que es muy poco probable. El astrofísico Fabio Pacucci, de la Universidad de Harvard, invita en una charla Ted a analizar los distintos tipos de agujero negro que la Tierra podría encontrar: “Los tipos de agujero negro de los que hablamos comúnmente son los estelares y los supermasivos”.
En cuanto a los primeros, el astrofísico teórico los descarta sin demasiado temor: “Los agujeros negros estelares tienen una masa casi 100 veces superiores al sol, y se forman cuando una estrella consume todo su combustible y su núcleo colapsa. Aunque observamos muchos de ellos a distancias de tres mil años luz, no deberíamos preocuparnos, ya que solo tienen un radio de 300 kilómetros, haciendo que sus chances de choque con nosotros sean mínimos”.
Pero Pacucci también explicó de qué otras maneras los agujeros negros estelares podrían afectar la vida en la Tierra: “Los agujeros negros también afectan la órbita de los objetos que están por fuera del horizonte de sucesos, por lo que podrían ser peligrosos incluso sin una colisión directa. Si uno se acercara a Neptuno, por ejemplo, la órbita de la Tierra podría modificarse con resultados letales. Sin embargo, la combinación de lo pequeños que son estos agujeros y lo vasto que es el Universo no nos dan mucho de qué preocuparnos en su caso”.
La situación con los agujeros supermasivos es distinta, según el astrofísico: “A diferencia de los agujeros estelares, los supermasivos permanecen quietos en los centros de las galaxias. El agujero negro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, se llama Sagitario A, y está a 25.000 años luz del planeta, lo que nos deja a salvo. Sin embargo, una colisión con otra galaxia podría dejarnos cerca de su agujero supermasivo, que podría tragarse al planeta”.
Esta colisión no es sólo hipotética, sino que los científicos tienen un tiempo estimado para que ocurra: “se calcula que dentro de 4 mil millones de años la Vía Láctea va a chocar con la galaxia Andrómeda, lo que podrían no ser grandes noticias para nuestro planeta”.
Mientras eso no ocurra, los agujeros negros continuarán siendo objetos que causen la fascinación de astrónomos, astrofísicos y otras personas desde la distancia segura que hoy tienen con la Tierra.
Qué pasaría si una persona entra en un agujero negro
Las preguntas sobre qué sucede con los objetos que los agujeros negros tragan ha fascinado a los científicos por décadas. Por eso, se ha teorizado mucho sobre las posibilidades de llevar un ser humano dentro de un agujero negro.
El primer obstáculo para eso es que la persona en cuestión probablemente sufriría una muerte terrible. El consenso científico es que un cuerpo humano sufriría del fenómeno que se conoce como “espaguetización”, que ocurre cuando la fuerza gravitacional afecta de manera diferente a distintas partes del cuerpo, causando su estiramiento de manera alargada a la manera de la pasta.
Sin embargo, un grupo de científicos del Grinnell College, en Estados Unidos, hallaron la manera en la que una persona podría entrar a un agujero negro para descubrir lo que se esconde del otro lado. De todas formas, también fueron claros en que la persona que teóricamente podría lograr esto no sería capaz de salir del agujero negro ni de comunicarse con alguien fuera de él.
Para lograr este hito, los expertos aseguran que el agujero tendría que ser supermasivo y estar lo suficientemente aislado, para que el horizonte de sucesos esté más lejos de la fuente central de energía gravitacional.
Esto significa, señalaron, que la diferencia de gravedad entre la cabeza y los pies sería casi nula, con lo que se evitaría la “espaguetización” y la persona podría sobrevivir a la entrada en el agujero: “Pasará el horizonte de eventos sin verse afectada físicamente y no se alargará como un fideo. Sobrevivirá y flotará en el agujero sin dolor más allá del horizonte del espacio”, agregaron.
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