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Disfrutaba de una mañana al aire libre cuando se dio cuenta de que alguien lo observaba desde lo alto. Levantó la vista y vio una figura inmóvil en la copa de uno de los árboles que dirigía su mirada directamente hacia ella.
Se trataba de un animal, pero no de cualquiera sino de uno que ella había conocido tiempo atrás. De nombre Cookie, la mapache había llegado a Hancock Wildlife Rescue & Rehabilitation cuando fue encontrada junto a su hermano al costado de la carretera. Sin rastros de su madre cerca, los cachorros habían quedado solos y a la deriva.
Fundada en 2022, Hancock Wildlife Rescue & Rehabilitation es una organización sin fines de lucro en el condado de Hancock, Indiana, en los Estados Unidos. Allí rescatan y rehabilitan animales silvestres de la zona con el objetivo final de poder liberarlos a la naturaleza una vez que se encuentren en condiciones para valerse por sus propios medios.
Más espacio para crecer
“Cuando Cookie llegó por primera vez al refugio, ella y su hermano fueron colocados en un recinto separado durante dos semanas. Recién después pudieron conocer a otros mapaches también rescatados y de aproximadamente la misma edad”, recuerda Jen Hancock, fundadora y directora del refugio.
Efectivamente, luego de ganar peso y recibir una alimentación adecuada a su especie que les proporcionara los nutrientes necesarios para salir adelante, Cookie y su hermano se mudaron a un recinto al aire libre, con más espacio para jugar, trepar y deambular.
“Me emocionó ver que estaba feliz”
Mientras ayudaba a Cookie a recuperarse, Hancock había quedado particularmente complacida de haber tenido la oportunidad de conocer a esa peculiar chica. “Cookie era la primera en correr por el túnel, la primera en jugar con juguetes nuevos, la primera en chapotear en el agua cuando yo llenaba su piscina y la primera en agarrar la pala cuando limpiaba su recinto”.
Como miembro de la Federación de Vida Silvestre de Indiana, Hancock trabajó con animales, tanto domésticos como salvajes, prácticamente toda su vida. Por eso se sorprendió gratamente cuando entendió que pronto Cookie estaría lista para retornar a la vida en libertad.
Una vez que estuvieron listos, Cookie y su hermano fueron liberados en la propiedad de Hancock, que incluye tres acres de naturaleza y un pequeño arroyo. Al ver a Cookie nuevamente en lo alto del árbol, Hancock se alegró: su vieja amiga estaba prosperando. “Me emocionó ver que estaba feliz en la naturaleza, donde pertenece”.
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