El 23 de agosto de 1962, hace exactamente 60 años, el líder de Los Beatles se casó en secreto con su compañera de universidad
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John Lennon y Cynthia Powell tenían apenas 22 y 23 años cuando fueron a casarse a la oficina del registro civil en el número 64 de Mount Pleasant, en la ciudad de Liverpool. Estaban de novios hacía un tiempo y ella, embarazada de pocas semanas, estaba a punto de pasar a la historia como la mujer olvidada y sufrida de John.
Sin embargo, ese jueves 23 de agosto de 1962, hace hoy 60 años, todos parecían felices. Los Beatles ya empezaban a conquistar el mundo y se había decidido mantener la boda y el embarazo en secreto para no enojar a las fans. Nadie sacó ni una foto. El testigo fue el manager de la banda, Brian Epstein, y los otros invitados eran Paul McCartney, George Harrison y el hermano de Cynthia, Tony, y su esposa Marjorie.
Apenas comenzó la ceremonia, empezó a sonar un taladro neumático en la calle que no dejó que nadie escuchara nada. Cuando el juez le pidió al novio que diera un paso adelante, lo hizo Harrison en su lugar despertando la carcajada general. Después se fueron todos a almorzar a un restaurante en Clayton Square. Esa noche, su noche de bodas, Lennon tocó junto a Los Beatles en el Riverpark Ballroom, en Chester. Nadie supo que se había casado.
Después vendrían el nacimiento de Julian Lennon y una convivencia desastrosa. La droga, el maltrato y los intentos desesperados de Cynthia por salvar un matrimonio imposible. Y finalmente, la aparición del vendaval Yoko Ono. Lo demás es leyenda.
Una chica tímida
Cynthia Lillian Powell nació el 10 de septiembre de 1939 en la ciudad de Blackpool, condado de Lancashire, Inglaterra. Hija de Charles y Lillian Powell, se crió en un área acomodada de la ciudad de Hoylake y a los 12 años ganó una plaza en la escuela de Arte Junior, cerca de la Universidad de Artes de Liverpool.
Cynthia entró al Liverpool College of Art en septiembre de 1957. A pocos días de llegar, en una clase de caligrafía conoció a John Lennon. Los dos tenían menos de 20 años. Él ya había empezado a escribir canciones con Paul McCartney y muy pronto armaría una banda con George Harrison y otros dos jóvenes para dar los primeros conciertos en Liverpool. En una entrevista publicada en The Sun, décadas más tarde, Cynthia describía al futuro beatle como “un dejado, un teddy boy. Parecía que te iba a pegar si lo mirabas”. Ella, en cambio, era una chica dulce y tímida, quería ser profesora de dibujo y ya tenía esa mirada triste que la acompañaría toda la vida. Estaba de novia con un tal Barry pero apenas se cruzó con Lennon, la atracción entre la inglesita formal y estudiosa y el chico más malo y carismático de la escuela fue un secreto a voces.
Los cortocircuitos empezaron enseguida. Fue famoso un ataque de celos de John en el pub Ye Cracke, que aparentemente terminó en la habitación de un hotel cercano donde hicieron el amor por primera vez. Algunos decían haber visto una noche a Lennon en un boliche, abofeteando a su novia porque había bailado con su mejor amigo, y otro día en la universidad, sacudiéndola a la salida del baño de mujeres. Mientras tanto Cynthia se sacó los anteojos, se tiñó el pelo de rubio como Brigitte Bardot (a John le encantaba), y juntos se lanzaron a un subibaja turbulento, con final anunciado.
¿Sexo, drogas y rock and roll? ¿Un hombre perseguido por sus demonios internos? ¿Ataques de furia por su infancia difícil? La relación de Lennon y Powell estuvo siempre marcada por el destrato, las infidelidades y la naturaleza explosiva de John. Él mismo lo reconoció en una entrevista con Playboy mucho tiempo después, en 1980, cuando ya vivía otra vida: “Solía ser cruel con mi mujer. Pegaba mucho. No sabía cómo expresarme y pegaba. Peleaba con hombres y golpeaba a las mujeres”. Con todo, también hubo momentos buenos. Pasado el tiempo, Cynthia recordaría con placer esos tiempos del nacimiento de los Beatles, la emoción de los primeros conciertos, la experiencia mágica de Hamburgo…
En julio de 1962, Cynthia se enteró de que estaba embarazada (nunca habían usado anticonceptivos) y decidieron casarse. Se fueron a vivir a un piso en 36 Faulkner Street que les había conseguido Brian Epstein, alejado del centro, para que no se filtrasen el casamiento y el embarazo. Cynthia ocultó su panza durante meses y negaba ser la mujer de John.
Nacido Julian en abril del 63, la pareja continuó su ruta hacia el colapso, con infidelidades, drogas duras y sistemáticas ausencias de Lennon. Finalmente, en 1968, un día Cynthia entró a su casa y encontró a su marido junto a Yoko Ono en su cama. Ya no hubo retorno. Con la misma tristeza en los ojos de siempre, Cynthia pidió el divorcio y culpó al ácido lisérgico del fin de su matrimonio.
Años después, Lennon dio su versión de los hechos en una carta pública para su ex mujer: “Como ambos sabemos, lo nuestro estaba ya acabado antes del LSD o de Yoko Ono. ¡Esa es la realidad!”.
¿Paz y amor?
Igual que el matrimonio, el divorcio Lennon Powell también fue conflictivo. Hubo acusaciones mutuas, espías, detectives, y finalmente Cynthia firmó un acuerdo por 100.000 libras y una modesta suma anual para la educación de Julian.
Pronto John y Yoko se instalaron en Estados Unidos, lo que en principio significó un alejamiento importante entre Lennon y su hijo, aunque un tiempo después pudieron comenzar a recomponer muy a cuentagotas. Cynthia, por su parte, en los años siguientes vería escurrirse rápidamente el dinero recibido y tuvo que ganarse la vida y mantener a su hijo dirigiendo restaurantes, diseñando ropa y, muchas veces, vendiendo cartas y objetos de su ex o monetarizando su pasado de esposa de John Lennon con libros, presentaciones y programas de televisión.
No fue fácil para Cynthia correrse del papel de mujer abandonada. Intentó rehacer su vida con muy poco éxito y vivió fracaso tras fracaso. En 1970 se casó con el italiano Roberto Bassanini y se separó tres años después. En 1976 se casó otra vez, con el ingeniero John Twist, pero volvió a separarse en el 81. Ahí conoció a Jim Christie, también de Liverpool, que se transformó en su mánager y convivió con ella hasta 1998. Juntos lanzaron el perfume Woman, que pasó sin pena ni gloria. También abrieron varios restaurantes con el nombre Lennon y menús temáticos de los Beatles, pero ninguno explotó. En 1995 Cynthia grabó una versión del viejo tema Those were the days, producido por Paul McCartney, pero no logró colocarse en las listas de ventas. Divorciada de Christie, en 2002 encontró un poco de paz sentimental y financiera al casarse con el empresario Noel Charles, con el que vivió en Calvià, Mallorca, y de quien enviudó en 2013.
Cynthia escribió dos biografías sobre su ex: A twist of Lennon (un texto bastante ingenuo y liviano, de 1978) y John (2005), la verdadera toma de la Bastilla para Powell, que le permitió sentar postura frente a los biógrafos oficiales de la banda, que según ella maltrataron o directamente borraron a las esposas de la historia. “Me siento obligada a contar mi versión de lo que ocurrió entre John y yo –declaraba en una nota con el diario El país en 2006-. Han salido centenares de libros sobre los Beatles donde yo soy descripta como una tontita, una provinciana de Liverpool a la que John tenía que dejar inevitablemente. ¡Ey! ¡Yo estudié arte, era una mujer culta, cocinaba muy bien! Lo indignante es que los autores de estos libros nunca nos conocieron”. Y luego agregaba: “He aguantado a periodistas que me acusan de seguir aprovechándome de John. A veces, yo misma pienso que desperdicio mi tiempo al escribir estos libros, en vez de concentrarme en mi poesía y en mis dibujos, que me dan más satisfacción. Pero he optado por ser sincera. En John cuento mis negocios fracasados, mis relaciones amorosas menos felices. Yo no me humillaría por dinero. Mi marido tiene negocios en Barbados, nos va bien. Pero no puedo renunciar a mi pasado.”
Cynthia tuvo una piedra en el zapato la mayor parte de su vida: Yoko Ono. Se llevaron pésimo durante años, tuvieron infinitas rencillas por la herencia y la posición de los hijos y Yoko llegó al extremo de no permitirle asistir al funeral de John en Nueva York. Sin embargo, en los últimos años de Cynthia participaron de varios actos de reconciliación pública, por ejemplo la inauguración de un monumento a la paz por el 70 aniversario del nacimiento de John. La “reconciliación” funcionó en beneficio de todos, y muy especialmente de los dos hijos.
La historia de Hey Jude
Paul McCartney venía manejando su espectacular convertible Astor Martin cuando se le ocurrió una melodía. Estaba yendo a visitar a Cynthia Lennon y a Julian, que tenía entonces 5 años. Era una tarde de 1968 y Cynthia y John acababan de separarse. Paul contó después que la separación lo había dejado particularmente desolado y que pensó esa melodía para llevársela al chico y aliviar su dolor, como un mensaje esperanzador. Esa melodía era la parte principal de Hey Jude.
Originalmente la canción decía Hey Jules, pero a McCartney no le gustó cómo sonaba el nombre y lo cambió por Jude. Ya de grande, cuando se subastaron los apuntes de las sesiones de grabación del tema, Julian los compró por 25 mil libras y declaró que para él era muy emocionante “saber que Paul escribió esa canción mítica porque se preocupaba por mi mamá y por mí”.
Hey Jude fue el primer tema lanzado por el sello de la banda, Apple Records. Las relaciones entre ellos no pasaban por su mejor momento. El desgaste, las presiones, los celos, todo anunciaba que la fractura era inminente. En la grabación de Hey Jude, Harrison se enojó con Paul. Una semana después de lanzar el simple, Ringo abandonó la banda y estuvo días sin dar señales de vida, hasta que finalmente lo convencieron de volver. El video de lanzamiento, sin embargo, es maravilloso. Se fraguó una presentación de la banda en un show, se los ve aburridos, cansados, hasta que en la mitad del tema, alguien deja acercar a la gente, y ahí aparece toda la magia de la música de los Beatles y la fiesta con el público. Aun hoy, cuando en cualquier escenario del mundo Paul McCartney arranca con los acordes de Hey Jude, el público entra en un estado de éxtasis y felicidad… Es uno de los grandes himnos de los Beatles, inevitablemente ligado al dolor del hijo de John.
John Lennon murió asesinado a los 40 años, el 8 de diciembre de 1980, y ya no hubo ninguna posibilidad de final feliz. Sin embargo, las partes de esta historia fueron encontrando su cauce. Cynthia y Yoko terminaron entendiéndose con el paso de los años, tanto que a la muerte de Cynthia, el 1 de abril de 2015, Yoko declaró: “Estoy muy triste, ella fue una gran persona y una maravillosa madre para Julian. Cynthia era una gran entusiasta de la vida y me siento orgullosa por la manera en la que dos mujeres logramos mantenernos firmes en la familia de los Beatles”. Julian también terminó fumando la pipa de la paz con Yoko, lo que le permitió cobrar finalmente su parte de la herencia Lennon y sostener una relación más amable con su hermano Sean.
Cynthia murió de cáncer a los 75 años, en la tranquilidad de su casa de Mallorca y acompañada por su hijo. Un tiempo antes, pareció encontrar también algo de paz al afirmar que, a pesar de los dolores y tristezas, lo que importaba era la obra que el padre de su hijo había dejado ya que –dijo- “no se repetirá otro John Lennon”. Y agregó: “Yo formo parte de una de las historias más emocionantes del siglo XX. Y estoy orgullosa de proclamarlo las veces que sea necesario”.
Claudia Dubkin
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