La pequeña y confortable cabaña que un adolescente construyó en el patio de la casa de sus padres
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Thomas Lear tenía tan solo 17 años cuando decidió echar mano a su hobby de carpintero para construir, en el patio de la casa de sus padres, una pequeña pero increíble cabaña de madera para vivir. Dos años más tarde, terminó su vivienda, con todas las comodidades lo que le permite, fundamentalmente, ahorrarse el dinero que debería gastar en un alquiler. El costo total de su obra fue de 6.000 libras -unos US$8.500.
Lear utilizó para la construcción de su propio espacio madera recuperada, y realizó su obra en el fondo de su casa paterna, en la ciudad inglesa de Bristol. “Lo construí todo desde cero con un presupuesto establecido. Solo quería vivir una vida sencilla sin estrés”, contó el muchacho, que hoy tiene 21 años, al medio británico Daily Mail. “Es maravilloso no tener que gastar a mi edad todo mi dinero en alquiler. Soy dueño de todo y eso me deja tranquilo”, agregó.
En el interior de la cabaña, que ocupa apenas una porción de espacio en el terreno paterno, hay una cocina y una sala de estar de planta abierta que tiene una cama plegable. Según relató el propio Lear, el lugar puede albergar, en caso de recibir visitas, hasta unas cuatro personas. Como la casa no tiene sistema de calefacción central, requiere una estufa a leña para calentarse, especialmente en los fríos inviernos del sur de Inglaterra.
“Lo único que extraño de vivir en una casa normal es el espacio. Tengo muchas cosas que simplemente no encajarían en mi nuevo hogar”, señaló el joven.
Más allá de su confort, el lugar es tan pequeño dentro del inmueble construido por el joven, que ni siquiera hubo posibilidad de poner una puerta para el baño, y debió arreglarse con una cortina de las que se usan en las bañeras. Para ducharse, utiliza un sistema de recolección de agua de lluvia que almacena unos 50 litros. “Puedo darme una ducha de cinco minutos con agua caliente antes de que se enfríe. Se necesitan unos 30 minutos para que el líquido vuelva a templarse”, detalló.
El inodoro, en tanto, es químico, del tipo de los que se encuentran en los motorhomes o en casas rodantes.
Para dormir, Lear utiliza una escalera levadiza de madera que le permite llegar a su cama, que está ubicada cerca del techo a dos aguas del lugar.
Además de encontrarse equipada con todo lo necesario para vivir allí, la vivienda cuenta con el detalle de tener, en su frente, una entrada con un deck con lugar para dos sillas y una pequeña mesa, como para sentarse allí a ver la caída de la tarde o a tomar algo al aire libre.
El muchacho señaló que no tuvo gran ayuda para construir su pequeño lugar en el mundo, que utilizó mucho YouTube o preguntó a sus parientes sobre las cosas que no sabía. “Tengo muy poca experiencia en plomería, por lo que el baño es básico, pero no está mal porque encaja con el ambiente rústico y de granja de la vivienda”, contó Lear.
“Mi abuelo, que tiene 82 años, hizo toda la electricidad y un amigo me ayudó con algunas cosas. Mi papá estuvo a mi lado con el tema de la plomería, pero el resto lo hice todo yo mismo”, concluyó el joven, que dedicó durante dos años todos los fines de semana de su vida a la construcción de su cabaña, que hoy exhibe con gran orgullo.
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