La nueva tendencia para que los empleados dejen el home office: “Vimos mejoras en el presentismo, bienestar y ánimo”

Se trata de repensar los espacios de trabajo como ambientes residenciales, en donde predomina la luz natural, los materiales nobles y cálidos, entre otras cosas.

Una de las consecuencias que trajo la pandemia del coronavirus y que da la sensación de que vino para quedarse, es que los empleados se acostumbraron tanto al home office que, en muchos casos, se muestran reticentes con la idea de volver a la oficina. En otros casos, lo hacen de manera híbrida.

Sin embargo, muchas empresas se vienen planteando de qué manera pueden persuadirlos ofreciéndoles nuevos ambientes de trabajo que, por un lado, propician beneficios para ellos y, por el otro, aumentan la productividad.

Opciones de Home office: cuando el espacio laboral no alcanza

“El home office era una opción que estábamos analizando porque la empresa creció de golpe y de ser 12 personas pasamos a ser 32. Por lo que estábamos analizando la posibilidad de que algunos colaboradores puedan trabajar desde sus casas debido a la incapacidad de espacio físico que teníamos en aquel momento, cuando alquilábamos dos pisos de 120 m2 cada uno. Ahí es cuando con el director de la empresa, nos pusimos a barajar un abanico de alternativas y opciones para poder mejorar nuestro trabajo en equipo de forma consolidada. Además, nos dimos cuenta de que con la separación de los dos pisos se nos hacía aún más difícil la integración”, cuenta Virginia Urquiza, Referente de una desarrolladora inmobialiaria de Neuquén.

Open spaces o espacios abiertos

Para planificar de qué manera se podían construir nuevas oficinas para que los empleados se sintieran motivados, un estudio de arquitectas destacadas de la zona, que estuvo a cargo del proyecto de la torre donde se iban a instalar, presentó su propuesta:

“En este caso planteaban ofrecerles a los empleados un entorno único, ellos decían: ´queremos que nos ayuden a construir las oficinas que nos merecemos´. Decidimos repensar los espacios de trabajo como ambientes residenciales, en donde predomina la luz natural, los materiales nobles y cálidos, asientos cómodos, lugares de relax, reuniones informales y artefactos de iluminación decorativos. Es decir, ambientes distendidos que ayudan a los empleados a sentirse como en casa, pero que a la vez se genere un espacio de trabajo y concentración”, explica la arquitecta Constanza Focaccia que junto con sus colegas Eugenia Eyheraguibel y Sofia Focaccia tienen un estudio de arquitectura y diseno interior.

Para cumplir con el deseo del cliente, las arquitectas eligieron lo que se denomina open spaces o espacios abiertos. El objetivo consiste en desarmar el sistema piramidal antiguo y que la mayor parte de la compañía tenga puestos lo más similares e integrados posibles. Esta propuesta ayuda a la sinergia del equipo de trabajo, interacción, unión e intercambio.

Curvas, texturas nuevas y funcionales, pero elegantes, colores pasteles, elementos de diseño, mucha vegetación natural como parte del espacio laboral (escritorios) son algunas de las novedades que pueden verse en la empresa.

“Tomamos un piso alto a medio terminar, ubicado en una torre nueva de la ciudad, donde aún se veía la losa de hormigón pelada y lo transformamos en una obra emblema de interiorismo corporativo. Todo esto sucedió en tiempo récord porque fueron tres meses de obra a full incluyendo los fines de semana y feriados con el sobre costo que eso implica. Además del proyecto, acá se conjugaron otras cosas como, por ejemplo, el desafío de las curvas, las texturas y los tiempos, la excelente mano de obra y la coordinación del estudio que cumplió un papel muy importante”, dice Urquiza.

Un entorno ameno y ergonómico impacta en el ánimo

Para ello, las arquitectas tuvieron en cuenta la ergonomía de las personas por lo que estudiaron las alturas de mesas y respaldo y adaptadores para monitores, entre otras cosas.

“Un entorno ameno y ergonómico impacta en el estado de ánimo y, por ende, en la producción e interacción social. Por otro lado, para los open space siempre se deben tener en cuenta soluciones de acústica. Es fundamental, al momento del diseño, pensar en materiales acústicos, fonoabsorbentes como parte de la estética de la empresa”, sostiene la arquitecta Eugenia Eyheraguibel.

“Armamos un código de conducta y reglas de convivencia atendiendo a los niveles de volumen de las voces, las conversaciones de más de dos personas derivarlas a las salas pequeñas para tal fin, las pertenencias personales como abrigos, carteras, mochilas las guardamos en lockers especiales para ello a modo de evitar el ruido visual, comemos solo en el comedor y todo funcionó”, comenta Urquiza.

Los directivos están mucho más que conformes con este nuevo concepto que le vienen ofreciendo a sus empleados que dio como resultado mayor integración, mejor comunicación, orden y mayor bienestar sensorial. “Las plantas naturales aportaron mucha calma y buena vibra al ambiente, los detalles hasta en los baños. Hasta el aroma que elegimos en los espacios comunes fue trascendental”, se alegra Urquiza.

¿De qué manera esto puede aumentar la productividad de la empresa?

Enseguida vimos resultados y mejoras en el presentismo, en el bienestar, en la comunicación y en la visibilización del estado de ánimo de cada uno. La incorporación de elementos hogareños dentro del espacio de trabajo fue un gran acierto, le aportó calidez y humaniza totalmente el espacio. Mejoró mucho el nivel de orden y limpieza y los espacios y superficies nuevas invitan a ser cuidadas con mayor compromiso y delicadeza.

¿Cómo tomaron este cambio los empleados?

Todos asumimos una postura superadora. La empresa hizo un esfuerzo muy grande al pensar y materializar un espacio nuevo para recibirlos. Un nuevo hogar laboral pensado para ellos. Queríamos oficinas que nos hagan sentir orgullosos de pertenecer, donde podamos construir relaciones sólidas y de calidad, que el espacio nos inspire a dar lo mejor de nosotros cada día que entrábamos a trabajar. Creemos que el éxito viene cuando se construye una cultura de pertenencia y de cuidado mutuo. Hoy podemos decir que creamos más que un entorno de trabajo, afianzamos nuestra pequeña comunidad laboral, nos sentimos valorados, parte de algo grande, inspirador y motivador.

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