La nostalgia de Marguerite Duras

PARÍS.- Marguerite Duras tenía la costumbre de llamar casi todos los días a su mítica librería La Hune, a metros de Les Deux Magots y el Café de Flore, para saber cómo iban las ventas de sus libros. Hablaba exclusivamente con su librero y cortaba de inmediato si no era él quien atendía. Sentado frente a la escultura en bronce de Dora Maar en la plaza que linda con la iglesia, Miguel Dupont sonríe cuando recuerda esas llamadas o sus competencias de "quien habla más rápido" con Françoise Sagan cuando la escritora de Bonjour Tristesse se acercaba a la librería.

Después de 25 años entre las paredes de esta librería emblemática de Saint Germain-des-Près, fundada en 1949, a Miguel Dupont le sobran las anécdotas. Esas que podrá contarles a sus nuevos colegas de la librería del Pompidou, que absorberá a los tres empleados fijos cuando La Hune cierre sus puertas.

El anuncio despertó la polémica, pero es finalmente definitivo: referencia para intelectuales y artistas, símbolo cultural y refugio de la literatura, las ciencias humanas y las bellas artes, La Hune dejará de existir el 14 de junio. Gallimard (el holding de este grupo compró Flammarion en 2012, que a su vez había adquirido La Hune en 1976) alega pérdidas irremontables en los beneficios. El espacio se transformará en una boutique de YellowKorner, una cadena de reproducciones fotográficas que propone aumentar la cantidad de ejemplares de una foto artística para así poder llegar, con un precio más accesible, a más compradores. De lejos se escuchan las quejas de algunos habitués: André Breton, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus.

El cierre de esta institución parisiense enciende los proyectores sobre las dificultades de los libreros de barrio. Hay unas 3000 librerías independientes en Francia, pero es un sector frágil aún en esta ciudad, donde el lector atrapado en la lectura es una postal habitual en cafés y transporte público y donde salir a pasear con una novela en el bolsillo se convierte en una costumbre para quien vive en París. Según la asociación municipal Atelier Parisiense de Urbanismo, París cuenta hoy con 756 librerías/papelerías/quioscos de diarios; una cifra en baja de 9,9% respecto de 2011 tras el cierre de 83 establecimientos, de los cuales 20 son puramente librerías. Los libreros independientes siguen liderando la venta de libros, con un 40% del total y por delante de las cadenas, pero la venta online, en particular con Amazon y Fnac, ya alcanzó el 9%. Otra de las razones es el aumento de los alquileres. Cada vez que un contrato termina, la existencia de la librería peligra. Los que más sufren son los arrondissements 5 y 6 (barrio latino y Saint Germain-des-Près, también conocido como Saint-Germain-des-Livres), que cuentan con un tercio de las librerías parisienses. Aquí se concentra históricamente el comercio del libro desde que, en los siglos XVI y XVII, las librerías y editoriales se fueron diseminando en las esquinas de las calles universitarias. Con la desaparición de La Hune se pierde ese momento único de explorar obras en gran formato, ediciones originales y la colección casi completa de La Pléiade. La liquidación de una parte de las obras será la ocasión para adquirir un fragmento de esta institución mítica antes de que se convierta en una anécdota.