La mujer que quiere salvar al fútbol
Desde su ONG, Mónica Nizzardo propone una idea que parece una utopía: erradicar a los violentos del deporte más popular de nuestro país
Todo empieza por la violencia, por una semilla de odio y miedo. ¿Cuál será la motivación de Mónica Nizzardo para haber creado la ONG Salvemos al Fútbol, que pelea por el amor a los colores y la vuelta de las familias a los estadios? Es probable que la motivación sea la palabra amor. Amor para enfrentar la violencia. Amor por el folclore del fútbol. "Vengo de una familia futbolera. En la cena se hablaba de los deberes, del trabajo y de Atlanta. El fútbol en mi familia era todo. En el año 99, mi viejo escucha que socios de Racing estaban encadenados en la sede para que no cerraran el club. Y se dijo: ¿Dónde estábamos nosotros cuando cerraron la sede? Ahí se fue a las radios a convocar a todos los hinchas del club. Marchamos a Plaza de Mayo, a la Legislatura. Éramos 50 hinchas peleando por un mismo objetivo", cuenta.
El comienzo de todo. "En 2002 comencé a trabajar en Prensa del club Atlanta. Participaba en las reuniones de la comisión directiva, y empecé a ver cosas. Un día dije basta. La primera denuncia que hice fue en febrero de 2004. Denuncié como Mónica Nizzardo a un barra que había entrado a la sede con un martillo buscando al presidente, y rompió computadoras, televisores y ventanas." Enseguida vinieron las presiones para que la retirara. Y ella, firme, fuerte, siguió resistiendo. Después registró salvemosalfutbol.com.ar. Al tiempo empezaron las llamadas intimidatorias, algunas en plena madrugada. No iba a ser un partido fácil. Pero enseguida Mónica se dio cuenta de que no estaba sola. "El periodista Gustavo Veiga me puso en contacto con todas las madres que habían perdido a sus hijos en incidentes en estadios de fútbol. Hablar con ellas me abrió los ojos." SAF no sería lo que es hoy sin uno de los pilares fundamentales en el aspecto legal. En este aspecto, el ex juez Mariano Bergés es una pieza fundamental. "Lo fui a buscar para que me asesore, me estaba metiendo en un terreno que me era desconocido. Él fue quien investigó a la barra de Boca, y el único juez que puso tras las rejas a un dirigente de fútbol. Se sumó desinteresadamente y me dijo que le diéramos para adelante", recuerda. Salvemos al Fútbol trabaja en juzgados, ministerios, comisarías, escuelas, y en el lugar más importante de todos, en los estadios. Pero la violencia y la burocracia pueden adquirir diferentes formas. "Fuimos recibidos en el Ministerio de Seguridad. Hicimos diferentes reclamos: pedimos campañas de concientización y prevención en los estadios. Algo que le corresponde al Estado. Y nos dijeron que tengamos paciencia. Lo que estamos pidiendo es que no se sancione a escudos de fútbol. Queremos que las sanciones sean a personas con nombre y apellido, que busquen a los responsables. No puede ser que el tipo que paga una entrada pague por los violentos. Queremos que se sancionen a los comisarios a cargo de los operativos, a los responsables de las comisiones directivas..."
De exportación. Este año SAF representó a nuestro país en el Viejo Continente. Mónica Nizzardo viajó exclusivamente al Fan’s Weekend, en Londres, y al 5° Congreso de Hinchas Europeos, en Estambul, Turquía. "Fue una experiencia enriquecedora. En Europa es cada vez más común que los hinchas dejen sus rivalidades de lado y se junten en pos de un objetivo en común. Me entrevisté con William Gaillard, asesor de Michel Platini (presidente de la UEFA). No hay dificultades para hablar con ellos. Pero acá es difícil pensar que Grondona o algún dirigente vaya a hablar con nosotros o con los familiares de víctimas." Mónica es actriz y alguna vez fue asistente de Norman Briski. "Me abandonaste por una pelota", le dijo su amigo, cuando ella se metió de lleno en la comisión de Atlanta. "Yo me dije: No voy a ver la vida a través de la ventana, yo no quiero ver cómo la vida me pasa por al lado. Yo quiero ser protagonista de mi vida. Sartre decía que hay dos posibilidades de vivir: o contás o vivís. Y yo elegí vivir." Y en eso anda.