Recuperar esas casas que forman parte de la memoria de los vecinos y convertirlas en un espacio de puertas abiertas. Esa es la afortunada estrategia de la firma Rapa Nui para su expansión por los barrios. Cuando la obra está concluida, la experiencia es completa y deliciosa: los vecinos pueden recorrer esas construcciones emblemáticas que solo contemplaron por fuera, admirar buenas reformas arquitectónicas con excelente interiorismo y entregarse a exquisitos sabores de helado y chocolates.
"Además de los clientes, los vecinos están contentos. Con cada apertura de Rapa Nui, no sienten que algo se perdió ni que se les impuso de manera prepotente", cuenta la arquitecta Mercedes Sanguinetti, del estudio Pilotto-Sanguinetti, a cargo de la puesta a punto, remodelación y branding de los locales de esta tradicional empresa familiar.
En todas las sedes, más allá de las reformas, las casas se conservaron y se aprovecharon por completo para diferentes funciones desde la chocolatería hasta la fábrica de helados o la tienda al paso.
Entre tantos gustos, también podemos darnos el de saborear una exquisitez en el patio español de la sucursal de la Av. Elcano. Seguramente esta casa está en la memoria de todo el barrio y afortunadamente se pueden apreciar todos sus detalles originales. "Abrir lo privado; mostrar lo artesanal: son conceptos que se vinculan y se concretan con el mismo (y altísimo) nivel de calidad asociado a la marca", dice Sanguinetti.
Estilo Mar del Plata
En Devoto, la firma se instaló en un chalet de tres plantas de neto estilo marplatense que es el centro de todas las miradas porque se encuentra Av. Lincoln y Pareja justo enfrente de la plaza principal, epicentro de toda la movida barrial. Aquí se conectaron todos los ambientes que eran triangulares y estaban muy segmentados para generar espacios abiertos. En el exterior, la casa tiene jardines muy estrechos y largos, que se adecuaron como lugar para sentarse bajo el reparo de los toldos y árboles de pomelos.
Este proyecto es todo lo contrario de arrasar. La gente puede entrar, quizás por primera vez, a una casa referente del barrio, familiar, y ahora recuperada, algo que entusiasma
Casa Chorizo
La sede de la calle Malabia es una típica casa chorizo con jardín lateral y garaje cubierto que se aprovechó hasta el último metro: en el living, la tienda al paso y la chocolatería; en la cocina existente, la cafetería y en el dormitorio, la fábrica. La heladería se instaló en una construcción que estaba en el fondo. Así, para llegar es necesario recorrer toda la vivienda. En el jardín, lejos de hacer un proyecto de paisajismo, dejaron las plantas y fueron agregando otras libremente.
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