Harry y Meghan: el imponente regalo de la reina que van a conservar por pedido de ella
Cuando el príncipe Harry y Meghan Markle se casaron les pidieron a los invitados a la boda que, en lugar de regalos, realizaran donaciones a sus organizaciones benéficas. Sin embargo, la reina quiso darles un impresionante obsequio que solo ellos pudieran disfrutar: las llaves de su propia casa. Hoy, a pesar de la renuncia, la mudanza, la polémica y las críticas, gracias a la gestión de la monarca, aquel hogar sigue siendo de los Sussex.
Las llaves, claro, no eran las de un chalecito en duplex de dos plantas en los suburbios de Londres, sino que pertenecían a las puertas de una enorme mansión: Frogmore Cottage. De acuerdo con una fuente de la realeza, el diario Mirror cuenta que ese lugar era muy especial para la pareja.
El edificio, que data del siglo XVIII, está catalogado como grado dos que, en Inglaterra, significa que debe ser protegido y que las reformas deben ser aprobadas por un consejo de expertos en arquitectura y construcción. Ubicado en los terrenos del castillo de Windsor, Harry y Meghan aceptaron felices el regalo pero antes de instalarse en el nuevo hogar, ordenaron una restauración completa que costó alrededor de tres millones de dólares.
La enorme suma de dinero provocó una polémica acerca del uso de los fondos que el gobierno le provee todos los años a la familia real que surgen, en definitiva, de los impuestos que pagan los ciudadanos británicos. Sin hacer caso a las miradas ajenas, la pareja se embarcó en la reforma que estuvo a cargo de la diseñadora Vicky Charles.
La idea de los Sussex era convertir Frogmore Cottage en la casa de sus sueños. Entre los trabajos realizados, se destacan un espacio nuevo para la guardería y un estudio de yoga. Pero la discusión sobre el valor que costó la millonaria reforma volvió a surgir cuando, después de vivir unos meses allí, la pareja anunció su retiro de la monarquía británica. Si bien Harry y su esposa declararon que su objetivo era mantenerse a través de fondos privados para conseguir independencia económica, en un comunicado oficial aseguraron que su intención era mantener la casa de Windsor como su hogar oficial en el Reino Unido.
El anuncio no fue bien recibido por la población debido a que no les parecía correcto que los duques siguieran viviendo allí si ya no formaban parte de la realeza. Entonces, con el objetivo de evitar cualquier tipo de obligación pública, Harry y Meghan decidieron reembolsar al estado el dinero utilizado en el reacondicionamiento de la casa.
Sin dejar margen para las especulaciones, la reina aceptó el ofrecimiento de su nieto y, a la vez, aclaró que el duque y la duquesa mantendrían Frogmore en su histórico acuerdo de abdicación. Según el Daily Mail, la decisión de la monarca se basó en la posibilidad de que, sin una casa propia, la familia de Harry no regresara al Reino Unido.
"Es muy revelador y conmovedor que su Majestad haya dejado en claro que fue ella quien les regaló una casa en su propiedad favorita. Su deseo es asegurarse de que dispongan de un hogar en el país para que puedan volver cuando quieran", revelaron desde el Daily Mail.
Antes de casarse, la pareja vivía en la casa de soltero de Harry: Nottigham Cottage en el Palacio de Kesington donde eran vecinos de Wiliam, Kate y sus hijos, además de estar cerca del antiguo hogar de su madre Diana.
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