La limpieza en cuarentena: entre mopas con spray y robots que aspiran
No son carteras, zapatos ni el abrigo que se llevará este invierno. Mopas, robots que aspiran y limpiadoras a vapor se transformaron en el objeto de deseo de todas y son temas diarios de conversación en los chats durante la cuarentena.
Se trata de aquellos elementos útiles y prácticos a la hora de simplificar las tareas de limpieza e higiene. En plena cuarentena por el coronavirus y sin ayuda doméstica, en las conversaciones de whatsapp circulan todo tipo de datos: desde guantes que tienen incorporada la esponja en la palma de la mano, hasta repasadores franceses mucho más absorbentes. Sin duda, las estrellas de las conversaciones son la hoy célebre mopa en todas sus versiones, el robot que aspira la casa desde el celular y la novedosa máquina a vapor, que todo lo limpia y desinfecta a fuerza de calor. Encabezan las listas de productos vendidos y, en algunos casos, ya son difíciles de conseguir.
En su mayoría importados, algunos de estos productos aumentaron fuertemente sus precios, al advertir el pico de demanda. Algunos modelos de mopas que, al principio de la cuarentena se conseguían a menos de 2000 pesos, hoy ya superan los 4000. Otros artículos se encuentran sin stock y sin saber cuándo se repondrán, debido a esta situación especial .
A la hora de inclinarse por uno de ellos, tener en cuenta que las calidades de los productos pueden variar entre los diferentes modelos o marcas. La mayoría se consigue por Mercado Libre, donde se puede prestar especial atención a los comentarios de los usuarios, para realizar una compra inteligente y a conciencia. La cuarentena se terminará y es fundamental evaluar si el objeto adquirido seguirá resultando útil una vez finalizada.
El boca en boca es fundamental en la decisión. Pero una vez hecha la compra, se revelan sus virtudes y sus puntos más flojos.
En primera persona
En versión hogareña, las limpiadoras a vapor se están volviendo populares en tiempos de pandemia, en los que desapareció la ayuda en las casas. Estas máquinas premium trabajan en base a vapor y alta temperatura y no necesitan detergente ni otros artículos de limpieza. El agua que se coloca en la limpiadora se calienta hasta hervir, generando vapor. Éste es después despedido, a una velocidad de hasta 170 km por hora, mediante distintos accesorios, para limpiar pisos, mesadas, canillas, vidrios y hasta el horno. Así se elimina toda suciedad presente en las superficies, incluso aquella más difícil que se afloja para ser fácilmente removida.
¿Un beneficio especial para estos días? Debido al calor con el que limpian, promete barrer bacterias y virus. Su fabricante, Kärcher, asegura que, con una limpieza de 30 segundos, una limpiadora a un máximo nivel de vapor, elimina el 99,99% de los virus con envoltura, como el coronavirus o la gripe (excluyendo el virus de la hepatitis B). Andrea Freire se compró una en plena cuarentena y asegura que la limpiadora cumplió con sus expectativas: además de dejar el piso y las mesadas impecables, de una pasada sacó suciedad de difícil acceso en el baño y aflojó el jabón de las mamparas, que después removió fácilmente con un paño. Todavía no se animó con los vidrios ni con el horno, aunque es mucho lo que ya limpió en dos días que hace que la máquina llegó a su casa. ¿Puntos flojos? Casi no le encuentra, aunque reconoce que "después de un rato de usarla es como que se duerme el brazo por la suave vibración que produce"
El robot aspirador ya lleva algunos años de presencia en las casas. Con sólo apretar un botón o, mejor todavía, con una indicación dada desde el celular, su limpieza se volvió indispensable durante la cuarentena, en hogares abrumados por las tareas domésticas a las que se suma el home office. A tal punto creció la demanda de estas máquinas que la firma I Robot se encuentra sin stock. Marcas como Gadnic y Xiaomi se consiguen y llegan rápidamente a los domicilios.
Cualquiera sea la marca, solo en seco o en la versión que incluye trapeador, facilitan y agilizan el tiempo de limpieza. Barren, desprenden, levantan y succionan de todo. Puede manejarse manualmente o mediante una aplicación y, una vez realizado el recorrido del hogar, graba el mapa en su memoria, para repetirlo día tras día. Una vez finalizada la limpieza, el robot regresa al cargador, así queda listo para su próximo uso. Los distintos modelos varían las funciones. Pueden detectar las zonas más sucias para limpiarlas a fondo; ajustar el cabezal de limpieza para adaptarse a distintas alturas, de alfombras o pisos duros; limpian, con distintos cepillos, polvo o desechos grandes, y llegan a los bordes y las esquinas; vacían el recipiente donde se junta la basura de manera automática.
Paola Roggero tiene dos perros y una casa con tres varones que ayudan, pero las tareas parecen multiplicarse estos días. Su robot se volvió entonces imprescindible. "No barro más, me olvidé de la pala y el escobillón. Tampoco paso más la aspiradora", asegura aliviada. Uno de sus perros pierde pelo y el robot es el encargado de levantarlo. "Me deja la casa sin pelusa ni pelos. Además, tiene una escobilla para los rincones. Me acorta los tiempos de limpieza. Mientras el robot limpia los pisos, yo puedo ir limpiando otras partes de la casa. Es un ahorro de tiempo muy importante", añade. Paola no le encuentra desventajas y asegura que su compra superó sus expectativas ya que limpia más a fondo de lo que esperaba. "Hace apenas un poco de ruido, que no es ensordecedor. Y el recipiente donde se juntan las pelusas es medio chico y hay que limpiarlo seguido, pero no todos los días", aclara. Aunque ella maneja todas las funciones desde el celular, advierte que esto puede complicar un poco a las generaciones mayores, menos duchas en materia tecnológica.
Las mopas, por su parte, son la estrella de la cuarentena. Definitivamente, pasada la pandemia, nadie querrá volver al devaluado trapo de piso. En su versión balde con centrifugador, las calidades varían, pudiendo ser de plástico o de metal. El palo con la mopa, redonda, puede o no girar a 360 grados. Conviene cerciorarse de que lo haga, porque esto permite llegar a los rincones y limpiar paredes de baño y cocina. Cumple la función de baldear y de pasar un trapo de piso. El centrifugado se regula, para sacar la mopa del balde más o menos mojada. Más higiénica que un trapo de piso, el sistema evita que las manos entren en contacto con la mopa. Tampoco hay que agacharse más porque se maneja de pie.
Las mopas son lavables y suelen venir con repuestos. Limpian a fondo azulejos, cerámicos y porcelanatos de cocinas, baños y balcones. Bien centrifugada, casi seca, puede repasar el piso de madera plastificado o hidrolaqueado. ¿Contras? "Hay que tener un lugar amplio y accesible para guardarlo, dejándolo, al mismo tiempo, a mano. Pero pesan más los beneficios. Es redonda y gira, por lo que llega más a los rincones que un escurridor", revela Susy Harrington que la recibió con grandes expectativas en los primeros días de cuarentena. Su compra fue a conciencia, no estomacal. Antes de hacerla investigó todos los modelos disponibles y leyó atentamente los comentarios de los usuarios. Se inclinó, finalmente, por un modelo con balde de acero, con opiniones positivas en su totalidad. Su dolor de cadera y de manos, provocados por agacharse para pasar el trapo de piso y luego escurrirlo, desaparecieron. "Una de las causas de mi compra es que estoy desinfectando mucho porque tengo un perro que viene de la calle y quiero que el piso esté muy desinfectado. Estoy más que conforme con los resultados", evalúa.
El otro modelo de mopa viene con forma de palo trapeador. La diferencia es que, en vez del trapo de piso, en la punta se encuentra una mopa, que se pone y se saca para meter en el lavarropas luego de usada. En las mejores versiones, esta punta gira 360° para acceder a todos lados y para limpiar zócalos, paredes y hasta vidrios. Además, cuenta con un spray que se libera desde el mango. Una vez más, las calidades varían y no todas las mopas son de microfibra. Las mejores son de un material rígido y fuerte. "Lo único malo es que cada tanto hay que cambiar la mopa que es como una alfombrita y hay que comprar los repuestos que, ahora, en aislamiento, son más difíciles de conseguir", confiesa Carolina Linares, una fanática del producto. ¿Las ventajas que le encuentra? No es necesario circular con un balde; es fácil de maniobrar; el líquido no se vuelca y dura un par de días; deja todo limpio y desinfectado; tira la cantidad justa de líquido y no deja el piso mojado. "Lo pueden pasar mis hijos porque es súper fácil y a ellos les divierte. Es una de las cosas en las que pueden colaborar en casa", agrega. No reemplaza al escobillón, pero sí al escurridor y al trapo de piso.
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