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En estos tiempos de redes y recomendaciones del buen vivir, hablar de las bondades y belleza de las playas de la Costa Sur de Portugal no es una gran novedad. Con solo mencionar Algarve, las cuevas con arena que le son tan características y el encanto de los pequeños pueblos portugueses se dibujan fácilmente en la memoria. Atardeceres paradisíacos, clima estable y buena comida lo marcan como un destino para no eludir, claro que, una vez decididos a preparar las valijas con rumbo al paraíso, la gran oferta de la costa algarviana genera más de un interrogante al momento de elegir. Sin embargo, las arenas de Olhos de Agua marcan tendencia y una de sus playas ha sido premiada recientemente entre las 10 mejores del mundo por tripadvisor con sus Travellers’ Choice Best of the Best, basada en la opinión de los viajeros. Distinción que superó a los premios obtenidos en el 2021 y 2022.
Una playa para disfrutar todo el año: relax para exigentes
Los 26 grados de temperatura que reinan a fines de marzo (el buen clima dura hasta fines de octubre y principios de noviembre) en la zona de Albufeira convierten a esta región de Algarve en un destino ideal para cualquier época del año.
De los más de 200 km de costa que ocupa la zona sur de Portugal, y las 100 playas para elegir, hay una que viene arrasando entre las preferencias: la Playa de Falesia, con sus paredes acantiladas -como indica su nombre- de colores rojizos y arena dorada. Una extensión de 6 km de largo, que limita con los campos de golf y las ruinas de una villa romana que distinguen a Vilamoura, y la marina de Albufeira, de donde salen embarcaciones para recorrer las cuevas más famosas y avistar, si el día lo permite, delfines.
Un hallazgo de lujo y con acceso directo a Praia da Falesia -las altas escaleras de madera con descansos son una característica común para acceder al mar en la costa algarviana-, es el alojamiento 5 estrellas Epic Sana, su arquitectura amable con el campo de pinos en el que se encuentra y el entorno marino, ofrece lujo sin desentonar con la naturaleza del lugar.
Disfrutar un trago desde las piletas externas mientras el atardecer se divisa sobre el mar, es uno de los momentos más relajantes del día. Con un diseño que revela el cuidado hasta el mínimo detalle en la elección de materiales, los cuartos con terrazas al pinar, y la modernidad del bar interno y externo aportan una decoración para alejarse de “todos los males de este mundo”.
Un campo de almendros y el mar en la mesa
La región de Algarve no siempre fue conocida como tal, y en la época en que pertenecía a los árabes (el origen de su nombre proviene de esta lengua: al-ʼGharb) vivía un rey moro llamado Ibn Almundim. Cuenta la leyenda que luego de una de tantas batallas, encontró entre los detenidos a una mujer rubia de ojos celestes de la que quedó impresionado. Gilda, o “la bella del norte” como la llamaban, cautivó tanto al joven rey que este la dejó en libertad. El cariño que ella le tomó por tal acto los hizo cercanos. Él le propuso casamiento y ella aceptó. Y aunque no todas las versiones dejan en claro su grado de empoderamiento y felicidad inicial, con el tiempo la tristeza la rodeó y como la causa de tal mal era la nostalgia que ella sentía por sus tierras nevadas, al rey se le ocurrió una idea: plantar almendros por todo el Algarve. Una vez florecidos, llevó a la reina a la parte más alta del castillo y al verlos desde arriba sintió una gran similitud con la nieve de su tierra, recuperando así la sonrisa.
En primavera los almendros florecen y la magia se renueva e inspira, entre otros al Chef de Pastelería nativo de Albufeira, Tiago Nunes, que recreó en chocolate y crema con flores comestibles un almendro para recordar esta leyenda, una gran invitación a conocer los sabores de la zona.
Y el lugar para aprovechar la experiencia es el restaurante Al Quimia, al mando del chef ejecutivo Luis Mourão que, aunque oriundo de Alentejo no tardó en adoptar el Algarve para mostrar sus delicadas creaciones (no vale irse sin probar el postre de queso de cabra con manzanas verdes).
Los pasos que componen el menú y que él atribuye a un “trabajo en equipo” fueron creados bajo una misma consigna: “Ingredientes locales, de estación y sustentables que habitan el mar y la tierra de Algarve”, afirma Mourão sobre los sorprendentes sabores y combinaciones que lo sitúan entre los chefs que mejor representan el concepto de fine dining internacional. Los vinos, carta aparte, se toman en este espacio con mucho cobre y azul, para descubrir lo mejor de los pequeños productores de la zona. Una oportunidad para olvidarse de los antiguos preconceptos de los vinos portugueses y apreciar la variedad.
A 10 km la foto más buscada
Quienes sientan que la experiencia algarviana no puede carecer de conocer las famosas cuevas donde las piedras dan un marco inigualable a las playas -aunque con poco espacios para momentos concurridos-, sin salir de Albufeira y a solo 10 Km de Falesia, se encontrarán con la marina y una gran cantidad de excursiones para pasar un día visitando por mar, en barco, haciendo paddle surf o kayak los must playeros y llevarse, sin dudas, la foto más buscada.
Al momento de arribar a la gran cueva Algar de Benagil, quienes se hayan animado a las pequeñas embarcaciones podrán obtener las mejores fotos y darse el lujo de pisar la arena iluminada por los rayos del sol que se filtran por el lucernario natural. Y claro, comprender por qué el Sur de Portugal sigue atrayendo a los viajeros del mundo.