La increíble historia de una pareja que le regaló su auto a una mujer para que pueda trasladar a su hija con discapacidad

No sucede con frecuencia, pero, a veces, las casualidades se cruzan para cambiar la vida inesperadamente de las personas. Es lo que le pasó a Tania Montenegro, una habitante de Candelaria, Misiones, que, tras una serie de acontecimientos imprevistos, se encontró con dos personas que le cambiaron la vida no solo a ella, sino también a su hija.

La historia se viralizó en las redes a través de una publicación que hizo la misma Tania en Facebook. Allí contó cómo una pareja le regaló su auto al verla ir al jardín en moto con su hija, quien padece de una discapacidad. Se trata de un Toyota Corolla que ya fue entregado con todos los papeles al día.

“Les quiero contar una historia, una historia no muy común, una historia única, una historia que no le pasa a nadie, les quiero contar sobre como un día cualquiera, se me cruzaron dos ángeles con el corazón más grande que el Everest”, así inició contando Tania en su posteo.

Antes de relatar el milagro, Tania contó cómo es su rutina para llevar a su hija Valentina al jardín, quien tiene una discapacidad motriz por la que se mueve con dificultad: “Hace 6 días, para ser exacta, el jueves 28 de junio, yo como todos los mediodías, alisté a mi hija Valentina, la cual muchos ya saben que padece de una discapacidad motriz, la cual la deja con una dificultad para caminar a base de eso usa andadores ortopédicos para desplazarse”, señaló la protagonista de la historia.

Para no tener que llevar a la pequeña en brazos hasta el jardín, Tania siempre utilizaba la moto de su papá para trasladarse: “Cuando ya estaba preparada para ir al jardín, la subí al único medio de transporte que tenía en ese momento que era la moto su papá, siendo consciente de la irresponsabilidad de acarrear a mi hija en una moto, pero también consiente del peso de mi bebé, del andador y sabiendo que la escuela solo queda a 5 cuadras (en subida por eso hablo del peso)”.

Pero a partir de la llegada al jardín, sucedieron una serie de eventos inesperados que generaron que Tania cambiara su rutina diaria: “Al llegar pasa algo muy raro, algo que me sorprende, mi nena no se quiso quedar. No comprendía por qué si ella siempre se queda contenta en el jardín, a fin de esto y aún sin comprender el llanto de mi bebé, decidí volver a mi casa con ella. Salí del jardín con ella alzada y su andador en el otro brazo, crucé la calle, acomodé el andador en la moto mientras Valentina esperaba sentada en un murito, senté a Valentina, me coloqué el casco y salí despacito con ella charlando buscando el motivo de su berrinche. Al avanzar dos cuadras escucho el llamado de una mujer, freno la moto y una mujer me dice ¿Podemos hacerte una pregunta?”, escribió Tania.

La joven no se imaginaba lo que estaba a punto de sucederle. “Respondo que sí, pensé que preguntarían una dirección o algo así, me pide que me estacione, lo hago sin problemas, me quito el casco y espero su consulta, en eso el señor baja del auto para hablar y me hace una oferta – ¿Qué decís si te cambio el auto por la moto? Yo rápidamente respondo, no señor, disculpe, no tengo plata, a lo que rápidamente este hombre me contesta: No te estoy pidiendo plata, te vimos con tu bebé y queremos regalarte el auto para que andes con ella”.

En ese momento, no podía creer lo que estaba escuchando, la generosidad sin trampas, se emocionó y pensó que los milagros existen. En menos de una semana, firmó los papeles de su nuevo vehículo y ahora cuenta con un medio seguro para trasladar a su hija a cualquier parte.

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