Durante casi 50 años la Iglesia de San Jorge, en la localidad de Lukova, en República Checa, permaneció abandonada. La última ceremonia que se celebró, un servicio funerario, había sido en 1968 pero debió suspenderse cuando, de repente, comenzó a derrumbarse parte del techo, mientras los familiares y amigos del difunto comenzaron a escapar para salvar sus vidas.
La iglesia, que había sido construida en el año 1352, fue destruida durante las guerras husitas que se desarrollaron durante la década del 20, en el siglo XV, después del asesinato en la hoguera de Juan Hus, miembro de la Iglesia Católica. Hus había sido un predicador de las ideas de la reforma que había criticado la corrupción que, aparentemente, giraba en torno a la Iglesia.
Luego de ser reparada durante el siglo XVI, la iglesia volvió a ser devastada en un nuevo incendio que se suscitó al siglo siguiente tras lo cual fue reconstruida en estilo neogótico, una forma de edificación que se inspiró en la arquitectura medieval y compitió con los renacimientos neoclásicos de los Estados Unidos y Gran Bretaña. En ese momento al templo se le añadió una torre.
Incendio, abandono y saqueos
El mencionado incendio de 1968, en el que el techo y parte del tejado se derrumbaron, fue interpretado por los feligreses como un mal augurio, lo que motivó que se dejase de oficiar misa en el interior del edificio para pasar a conmemorar los actos litúrgicos en el exterior.
Con el tiempo, la iglesia, considerada maldita por los mismos feligreses, lentamente se fue abandonando. Se sospecha que miembros del partido comunista de por entonces Checoslovaquia saquearon objetos de valor como pinturas, estatuas, la campana y el reloj del templo.
En los años siguientes se llevaron a cabo diversas tareas de mantenimiento con el objetivo de que la iglesia, ya abandonada, no sufriera un deterioro mayor lo que hubiera sido prácticamente irreparable.
¿Fantasmas en la iglesia?
En el año 2014 un profesor del Departamento de Diseño y Bellas Artes de la Universidad de Bohemia Occidental (República Checa) les propuso a sus estudiantes de Tercer Año encontrar una iglesia en ruinas para realizar un trabajo a gran escala como proyecto final de carrera pero con el objetivo, además, de devolverle a la iglesia su esplendor y de esa forma volver a llamar la atención y el interés de los ciudadanos locales y del turismo extranjero.
Jakub Hadrava, uno de esos alumnos, conocía la historia de la Iglesia de San Jorge de Lukova e inmediatamente se puso en contacto con Petr Koukl, responsable de la abandonada iglesia, y se puso a pensar la forma en que podía comenzar a reparar el templo. Más allá de los incendios y de los saqueos mencionados, Hadrava se tomó el desafío como algo personal.
De esa forma pensó una obra constituida por nueve figuras fantasmales realizadas a tamaño natural que colocó aleatoriamente en la sala de oración como si fueran asistentes de una misa perpetua. Su intención fue rendir un homenaje a los alemanes que rezaban allí todos los domingos a principios del siglo XX. El artista colocó en los bancos y en los pasillos estas figuras de yeso cubiertas por telas blancas para representar a los fantasmas de los devotos. Desde el principio, la iniciativa artística atrajo a nuevos visitantes que comenzaron a llegar al pueblo para ver en persona la original puesta en escena.
"Decidí hacer esculturas figurativas de yeso, lo que significa ayudarse con modelos que preparas para esculpir. En mi caso, los modelos eran compañeros de estudio. Hice una figura en la misma iglesia, pero después hice una copia del asiento o banco y modelé las esculturas en la escuela. Significa envolver al modelo en plástico y un impermeable para proteger su piel, añadiendo entonces los diferentes textiles sumergidos en yeso para crear la forma general y sus capuchas. Una sola estatua, con un poco de suerte, llevaba alrededor de media hora completarla", declaró Hadrava en 2014.
Feligreses y turistas
Seguramente el joven estudiante no imaginó la repercusión que tendría su proyecto en el momento en que comenzó a diseñarlo. Para su sorpresa y la de muchos feligreses, la Iglesia Católica tomó la decisión de reiniciar sus actividades religiosas en el momento en que comprobó que los fieles volvían tras casi 50 años para celebrar la misa de los domingos.
No solamente los fieles retornaron a las celebraciones religiosas, sino que turistas de varios países como, por ejemplo, Alemania, Gran Bretaña, Australia, Brasil y Rusia viajaron a República Checa para conocer la misteriosa iglesia.
"Para mí, la obra representa las almas de gente desaparecida que solía asistir a la iglesia. Se refiere al tiempo pasado. Creo que representan a aquellos que solían escuchar al sacerdote hace años y años", dijo Koukl, responsable de la iglesia.
Gracias a toda la revolución que generaron "los fantasmas" de Hadrava la iglesia logró recibir fondos que se utilizaron para la reparación del tejado del edificio, cuyo interior se encontraba a la intemperie desde el derrumbe del techo.
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