En 1971, un paparazzo italiano fotografió a la exprimera dama de los Estados Unidos tomando sol completamente desnuda. El pornógrafo Larry Flint publicó las fotos en Hustler, facturó millones y generó un escándalo que dio la vuelta al mundo
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Settimio Garritano desembarcó en Skorpios disfrazado de jardinero. En caso de ser descubierto, pretendía pasar por uno de los ochenta trabajadores que prestaban servicio cada día en la isla. Era la primera vez que el audaz paparazzo pisaba el paraíso privado de los Onassis solo. En sus incursiones anteriores, al menos dos, contó con la ayuda de algún pescador amigo que lo “cruzó” desde Nidri, el puerto más cercano, por un puñado de dragmas. Pero la publicación de las fotografías tomadas en aquellas incursiones iniciales habían alertado a la seguridad de las isla y los pescadores se negaron a prestarle servicio por tercera vez. Solo accedieron a alquilarle una pequeña barcaza con motor fuera de borda.
En diez minutos, Garritano –que entonces tenía 38 años– navegó los 3,3 kilómetros que separan la isla del continente. Apenas pisó tierra firme, escondió la barcaza entre los matorrales y caminó directo hacia una bahía, alejada de la casa principal, donde solo había una casilla que funcionaba como depósito de reposeras y sombrillas, con una ducha para los bañistas. Sabía dónde iba, corría detrás de un dato preciso. La secretaria de Aristóteles Onassis, una tal Irene, que trabajaba en la oficina de Olympic Airways en Atenas, le advirtió que Jackie estaba en Skorpios. Pero alguien más, cuya identidad Garritano mantuvo en secreto hasta el día de su muerte, en 2012, le hizo una revelación excitante: junto a esa casilla blanca, una construcción típica griega, con una gran puerta arqueada celeste, alejada de las tres villas que hay en la isla (la principal, llamada “Casa Rosada”), distante también de la capilla, la señora solía tomar sol desnuda.
Jackie ya había sido retratada en la isla de mil maneras: sola, junto a sus hijos, en bikini, con malla enteriza, con el agua al cuello, haciendo un picnic… Pero jamás sin ropa. Ni siquiera Ron Galella, el padrino de la cultura paparazzi en Estados Unidos, que viajó especialmente desde Manhattan en busca de una imagen diferente de la ex mujer de JFK, lo había logrado. ¿Cuánto pagarían la agencias internacionales por una imagen de la ex primera dama norteamericana desnuda?
En esta nueva visita a Skorpios, julio de 1971, Settimio renovó la ilusión y apuntó sus dos cámaras Pentax con teleobjetivos de 640 milímetros, a los que había sumado lentes duplicadoras para alcanzar una distancia focal de 1280, hacia la casilla. Esperó paciente más de tres horas hasta que la mujer de Aristóteles Onassis finalmente irrumpió en escena.
Se presentó ante sus ojos –y sus cámaras– completamente desnuda. Estaba sola: tras su boda con el armador griego, había renunciado a la custodia que presta el servicio secreto a sus ex primeras damas. Garritano comenzó a disparar con ritmo frenético. Hizo correr la película con el pulgar derecho hasta terminar un rollo y cambió de cámara. Logró capturar una secuencia en la que Jackie se mostró de frente y de espaldas, con el cabello mojado y recogiendo una toalla azul del piso. Suficiente. “¿Porqué tomaría sol desnuda si ella sabía que era fotografiada en Skorpios? Eso nunca lo comprenderé… Yo me concentré en hacer las fotografías, no en componerlas. Fue cuestión de momentos, ni siquiera de minutos. Apenas dio una vuelta por el patio”, confesaría Settimio a El País en 2009.
El paparazzo regresó a continente aterrado. Temía que la policía griega (en el país gobernaba una dictadura que sobreprotegía a Aristóteles Onassis) descubriera su tesoro. Había escuchado sobre colegas a los que les habían secuestrado rollos en el aeropuerto. Antes de abordar su vuelo de regreso a Roma, Settimio escondió las películas dentro de un cinturón de cuero, en un bolsillo secreto. Recién en el laboratorio, cuando comprobó que la calidad de las imágenes era satisfactoria, respiró aliviado. Volvió a preguntarse: ¿cuánto pagarían las agencias internacionales por las fotografías de Jackie, la mujer más conocida del mundo, completamente desnuda?
Tras las primeras entrevistas, comprendió que no sería sencillo conseguir compradores para sus imágenes. ¿Quién sería el audaz editor que las publicaría? Todas las editoriales importantes del mundo las rechazaron. Finalmente, muchos meses más tarde, en diciembre de 1972, las fotos de Jackie desnuda vieron la luz: aparecieron en un semanario italiano llamado Playmen, de muy baja circulación, inspirado en la revista norteamericana Playboy. El revuelo fue muy menor, contenido, y las imágenes pasaron prácticamente desapercibidas. Pero tres años después, en 1975, las imágenes se convirtieron en la salvación de Larry Flint, el pornógrafo que escandalizó a los Estados Unidos durante décadas.
Flint era un exitoso empresario de la noche, que llegó a administrar ocho clubes de striptease al mismo tiempo. En 1974 se volcó al negocio editorial y fundó Hustler, su propia revista porno, la más explícita dentro del mercado. Era exageradamente lujuriosa, por lo que muchos distribuidores se negaron a venderla. La publicación se encaminaba hacia un cierre definitivo hasta que llegó a manos de Flynt un material que le voló la cabeza: las fotos de Jackie Kennedy Onassis que tomó Settimio Garritano en Skorpios. “Hubiese pagado un millón de dólares por esas imágenes, estaba dispuesto a dar lo que no tenía”, confesaría más tarde Flint. La realidad es que lo pagó “apenas” 18 mil dólares. Y con el nombre de la ex primera dama en su portada, Hustler vendió más de un millón de ejemplares y se convirtió en un éxito editorial.
La traición de Aristóteles Onassis
En 2014, en su libro ‘The Good Son: JFK Jr. and the Mother He Loved’, el periodista norteamericano Christopher Andersen, experto en temas relacionados a la familia Kennedy, pretendió poner luz sobre la historia de las fotos de Jackie O. desnuda y reveló una trama increíble. Escribió que fue el propio Aristóteles Onassis quien le contó a los paparazzi que su mujer tomaba sol desnuda y los invitó a fotografiarla en Skorpios. ¿Porqué lo haría? Según Andersen, el armador griego quería humillar a su mujer. Su refinamiento y estirpe, dos características que lo habían maravillado cuando la conoció, ahora le causaban un profundo rechazo. Además, estaba harto de sus gastos desmedidos. Ya no la toleraba y no se preocupaba en disimularlo: más de una vez se refirió a su esposa, públicamente, como “la viuda”.
Su venganza afectó también a John John y Caroline, quienes contaron que padecieron bullying tras la publicación de las imágenes.
Para respaldar a los fotógrafos, Onassis habría “aliviado” los controles de la isla. Además, dice el autor, les facilitó mapas detallados, con fechas, horas y lugares donde se esperaba que Jackie estuviera. Según esta versión, Settimio Garritano fue uno entre diez fotógrafos que lo intentaron fotografiar a la ex primera dama norteamericana desnuda… Pero el único en conseguirlo.
De alguna manera, con el tiempo, Jackie se reconcilió con “las fotos del escándalo”. Eso quedó en evidencia, por azar, en 1987, cuando archiveros abrieron un contenedor con pertenencias del artista pop Andy Warhol, fallecido veinte años antes. Encontraron diecisiete mil dólares, una porción de torta de bodas rancia, una colección de latas de sopa vacía y una foto de la ex primera dama norteamericana desnuda, nadando en Skorpios, con una cariñosa dedicatoria: “Para Andy, con afecto permanente, Jackie Montauk”. El pretendido apellido “Montauk” era el nombre de la chacra que tenía el artista en Long Island, donde solían pasar varios fines de semana juntos.
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