Alternativa teatral nació en el 2000 para difundir las obras en las que se vinculaba Javier Acuña, su creador. Inicialmente, apuntaba a las necesidades de los estudiantes de teatro. Hoy la plataforma combina información, venta de entradas y financiación.
Por Jazmín Carbonell
Cuando a los 12 años Javier Acuña pidió de regalo su primera computadora, sus padres no se extrañaron, es que hacía poco tiempo una Atari había llegado a su casa y Acuña se sintió atraído por un juego de programación que figuraba en el catálogo. Sin nadie con quien compartir esta atracción, se encerraba horas y horas primero con una computadora prestada, luego con su primera PC —una Sinclair—, tratando de descifrar ese universo al que accedía por libros y por pura intuición. A esta pasión se le sumó el teatro. “Quería ser actor desde chico, pero recién comencé a estudiar a los 23 años. Pasé por unos cuantos docentes hasta que desemboqué en el Sportivo Teatral de Ricardo Bartís. Ahí aprendí a ver teatro”.
Al estrenarse la obra en la que participó por primera vez sintió la dificultad de salir a difundirla, problema que lo llevaría a pensar en algún sistema que facilite esa tarea. Lo primero que hizo fue generar un circuito informal de gacetillas que sus amigos actores le mandaban, una especie de mailing en el que figuraban todas las obras que andaban por ahí. Y así, tímidamente, fue naciendo este proyecto que hoy visitan 650.000 usuarios al mes.
Alternativa Teatral es el sitio de teatro más importante de Buenos Aires. Tiene varias secciones: la cartelera de espectáculos —con todas las obras en cartel—, la base de datos más completa de actores, directores y teatros, el apartado de castings, los cursos y talleres y, desde 2010, el sistema de venta de entradas. Los usuarios son múltiples, desde los propios artistas al público en general que consulta la cartelera, elige su programa y compra el ticket.
Informática, teatro y astrología
Aunque estos universos suenen alejados, para Acuña confluyen sin problemas en su sitio. Si bien su pasión por la informática lo acompaña desde siempre y el teatro también, lo único que asegura haber terminado es la carrera de astrología. “La astrología me organiza conceptualmente. El logo de Alternativa, aunque parezca un ojo, es un símbolo astrológico, es la luna y el sol. Alternativa nació en julio de 2000 y por eso es de Cáncer. Cáncer es el hogar; la tribu y el sol, el símbolo del artista y, alrededor, el público. Alternativa es la casa de artistas”.
El segundo nacimiento de Alternativa Teatral fue allá por el 2010. Otra vez como un modo de solución a un problema que se le presentó a Acuña primero: la dificultad de vender entradas en el circuito alternativo. Junto con el colectivo Timbre 4 diseñó un sistema de venta de entradas que se extendió y hoy lo tienen 203 teatros independientes —en lo que va del año pasaron 2618 obras— y se siguen sumando salas, musicales por ejemplo. “Este año vamos a superar las 700.000 entradas vendidas entre venta online, reserva y tickets del espectador anónimo de boletería”. Dispara Acuña unos números más que elocuentes.
Pero los horizontes son generosos y el mentor de este proyecto que ya tiene 16 años en el aire va por más. A todo lo mencionado, se suman dos nuevos emprendimientos: Proyecto Archivo y Alternativa Funding. Acuña sabe bien que su página —que toma a IMDB como fuente de inspiración absoluta— representa un sitio sólido de información: biografías de artistas, historiales de funciones, notas de obras y un largo etcétera. Por eso, y a partir de haber ganado este año el régimen de promoción cultural (Mecenazgo) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, iniciaron una tarea de archivo: “Estamos reconstruyendo la actividad de todos los teatros desde nuestra fecha de inicio hacia atrás. Hay teatros que ya están completos, como el Teatro San Martín y el Payró, porque somos conscientes del valor histórico”. El segundo, Alternativa Funding busca alcanzar una financiación colectiva de proyectos artísticos, pero corrigiendo los errores que Acuña encuentra en las plataformas que existen actualmente: “Ideame y las demás plataformas se apoyan en la capacidad del proyecto; funcionan si el proyecto es bueno y si tienen una comunidad que los apoye. Planteo una solución a esto: desde la plataforma se genera una convocatoria previa para generar un fondo común entre todos, sin existencia de proyecto. Una vez que se logra una masa crítica, abrimos una convocatoria, con una curaduría que haga un filtro y ahí empiezan a circular los proyectos entre todos los que aportaron dinero”.
Poco a poco, Alternativa Teatral se fue convirtiendo en el lugar de consulta teatral indiscutido. Prácticamente es el único recopilador de datos y el que reúne, además, al público con el artista a través de los “comentarios” que dejan sobre las obras, transformando al sitio en una verdadera aldea teatral.
LA NACION