Un lunes a la mañana, los profesores de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) están preparando sus materiales para arrancar las clases y cuando miran por la ventana se oyen las risas cómplices. Ven llegar a Fabián Wagmister, el único de sus colegas que se traslada en bici desde el Dowtown hasta el campus. Este argentino nacido en Santa Rosa, La Pampa, sale con más de dos horas de anticipación porque siempre agarra un camino nuevo y se pone alguna consigna estética como por ejemplo parar cada vez que ve algo rojo. Su vida cotidiana parece una performance y siempre tiene algún proyecto divertido en mente, como Bicis Blancas, el experimento artístico que ya tiene dos ediciones en Argentina y consiste en pedalear 6 noches llevando una bici enganchada de la suya y regalarla a alguna persona que el destino le cruza durante esa noche.
En efecto, conocer a Fabián le saca una sonrisa a más de uno. Desde el intercambio de mails en el que corrdinamos nuestro encuentro, me sorprendió con un: "no uso WhastApp". Tampoco tiene redes sociales. Su pelo con canas siempre está despeinado por el casco, lleva un arito con forma de bici y unos anteojos que parecen antiparras. Me invitó un sábado a la tarde al Taller Pedalúdico, abierto a la comunidad para aprender a arreglar o armar tu bici, una actividad que se hace en CheLA (Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano), un espacio fundado por Fabián. Es una ex fábrica de arquitectura racionalista ubicada en Parque Patricios, tiene dimensiones enormes y allí funcionan: una residencia para artistas, salas para exposiciones y se realizan eventos culturales.
Difícil definir qué es CheLA, "es una plataforma de conocimiento, de experimentación, tenemos varias herramientas tecnológicas a disposición. Damos espacio a que el investigador busque su financiamiento y vamos sobreviviendo mes a mes con donaciones y alquiler del espacio", dice Fabián, que compró este predio en el año 2001 por una cifra irrisoria y le encanta mostrar cada recoveco como una sala con sensores que van siguiendo el movimiento de los cuerpos que están en una suerte de escenario.
Conversamos en el taller mientras todos arreglaban sus bicis, con las manos llenas de grasa, un bicicletero de Mar del Plata vino a contarle que ya había capacitado a varios sobre el uso de una soldadora y un nene de unos 8 años le pidió que vaya qué linda le había quedado el asiento nuevo. Esta situación ocurría en simultáneo con un verissage en el que servían copas de vino y choripán. Y estos dos escenarios resumen CheLA.
Fabián siempre está pensando nuevos desafíos o challenges, según sus palabras. "Cada año a mi edad le agrego dos ceros y esa cifra en millas es mi meta a pedalear ese año, y así me voy superando". El 2019 le depara 5700 millas. Su esposa nunca imaginó todo esto cuando 8 años atrás decidió regalarle una bici para que se pusiera en forma. Para él andar en bici no es una manera de trasladarse de un lugar a otro sino una herramienta para descubrir el territorio urbano, para empoderarse y transformarse. Estos lineamientos fueron los que guiaron uno de sus proyectos más curiosos: Bicis Blancas. Una performance que consistía en pedalear 6 noches desde la puesta del sol hasta el amanecer. En el proyecto también se mezclaba algo del tango de Piazzola Bicicleta Blanca y la necesidad de concientizar sobre las muertes de ciclistas, "el 80% de las muertes en bici son de noche y al ser embestidos por atrás", dice Fabián y un chico joven se incorpora a la conversación: "yo hago turismo rural en bici y por las rutas, los camiones te pasan muy finito".
De Santa Rosa al Everest
Fue con este proyecto que Fabián volvió a su Santa Rosa natal en 2018, pedaleó desde Parque Patricios hasta La Pampa y lo que más lo entusiasmaba era el reencuentro con sus compañeros de la secundaria. Fabián se fue a los 19 años, cuando terminaba la última dictadura militar y llegó directo a San Francisco en plena liberación sexual. "Yo venía del campo y a los dos días de aterrizar en California vi la Gay Parade, los colores, la gente en la calle, no lo podía creer".
Al llegar a Santa Rosa, a los amigos también les sacó una carcajada porque para la performance se viste de blanco, se tiñe el pelo, y va llevando otra bici atrás de la suya que cada noche regala a alguien. En 2017 había hecho la misma performance en la ciudad de Buenos Aires, y mientras él pedaleaba se iba proyectando un mapping con la georreferencia en el Centro Cultural San Martín.
Hace 25 años que es profesor en el departamento de teatro, cine y televisión de la UCLA, vive entre Parque Patricios y Los Ángeles. Fabián es un apasionado y un pionero en arte digital, de ahí surgen muchos de sus proyectos y su empuje para cruzar a estudiantes de computación con los de disciplinas artísticas. Cada vez que se sube a la bici la inspiración aparece, siempre hay algo para descubrir. Y así fue convenciendo a toda su familia de acompañarlo en sus aventuras, "tenemos auto en Los Ángeles pero nos desagrada mucho usarlo", dice Fabián que desde joven anduvo en moto y siempre pensaba en el camino para más rápido. Hoy cada vez que tiene que ir a algún lado, cuanto más lejos más se entusiasma, sale hasta 3 horas antes para poder explorar y usar lo menos posible las aplicaciones de mapas en el celular, "el andar tiene que ser un juego, algo espontáneo y lúdico, vivir el proceso y explorar también mi cuerpo. La observación, la contemplación se potencian cuando estás arriba de la bici".
Su próxima aventura es el everesting, un desafío que se trata de elegir cualquier colina, repetir subidas y bajadas en bici hasta sumar la altura equivalente el monte Everest. Ahí seguramente sumará millas para varios años.
Bicicletas Blancas from Pedalúdico on Vimeo.
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