La historia de las trillizas siamesas que fueron abandonadas al nacer, operadas con éxito y hoy van a la universidad
Las pequeñas fueron dadas en adopción porque su madre no tenía recursos para cuidarlas; en la actualidad tienen 21 años
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Una de las mayores preocupaciones que tiene una madre en el embarazo es que su bebé nazca sano y que todo esté bien. Sin embargo, cuando son embarazos múltiples, se tienen ciertos desafíos como: parto y nacimientos prematuros, hipertensión gestacional, anemia, aborto espontáneo o defectos de nacimiento, como los bebés siameses.
Esta última condición es una de las más peligrosas, ya que se conoce que puede ser más o menos compleja dependiendo de la cantidad de órganos compartidos que lleguen a tener los recién nacidos. Aunque suene difícil de creer, existen casos aún más complicados, por ejemplo, que no solo haya dos bebés, sino tres.
Este es el caso de Macy, Mackenzi y Madeline, ya que cuando nacieron estas trillizas se dieron cuenta de que dos de ellas eran siamesas. Desde que llegaron a este mundo tuvieron que afrontar difíciles situaciones, no solo con su salud, sino que fueron abandonadas por sus padres como consecuencia de su situación física.
Afortunadamente, Darla Keller y Jeff Garrison aparecieron en sus vidas y, aunque ya tenían tres hijos y su nivel económico era promedio, decidieron acogerlas en su familia.
Desde el momento en el que nacieron, las bebés tuvieron que ser sometidas a grandes cantidades de medicamentos, sondas, cables y demás procedimientos médicos que le permitieran tener unas condiciones físicas estables para tomar una decisión sobre su situación.
Para separarlas, primero hicieron una intervención quirúrgica para estirar su delicada piel con expansores. Luego de 9 meses, el 10 de septiembre de 2003, Macy y McKenzie, las gemelas unidas, se sometieron a una cirugía de 24 horas para separarlas.
Aunque la operación fue exitosa, cada bebé quedó con una sola pierna. Sin embargo, con la ayuda de una prótesis personalizada y sesiones intensivas de fisioterapia, para desarrollar una adecuada tonificación muscular, pudieron caminar.
Cuando terminaron la fase de rehabilitación, los padres adoptivos y sus seis hijos decidieron trasladarse a las afueras de Iowa, en los Estados Unidos, para vivir en una granja cómoda.
Crecieron felices y rodeadas de amor
Su niñez fue bastante normal, a pesar de sus limitaciones físicas. Además, todas las personas a su alrededor procuraban brindarse su apoyo y hacerlas sentir cómodas y seguras. Las niñas pudieron disfrutar de sus actividades favoritas desde pequeñas, como montar a caballo.
En el 2020, Darla Keller, la madre de las trillizas, declaró al medio People que su vida fue normal a pesar de que a veces experimentaban dificultades médicas adicionales. Por ejemplo, Machi y Mackenzi, quienes nacieron unidas, se tuvieron que someter a una cirugía de columna para corregir una escoliosis severa que tenían.
“Fue una cirugía realmente enorme. Pusieron varillas… por toda la columna torácica, desde el cuello hasta la parte baja de la espalda. Fusionaron 10 vértebras”, explicó Keller al medio mencionado. “Esa recuperación fue difícil”, agregó.
Sin embargo, todo salió bien y les permitió a las jóvenes seguir con sus vidas. Actualmente, tienen 21 años y cada una estudia en la universidad.
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