La historia de amor entre dos gatos salvajes que demuestra que las almas gemelas sí existen
Lola y Sad Boy son dos gatos salvajes que, desde el día que se reencontraron tras una breve separación, se volvieron inseparables. Esta es su adorable historia
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Lola y Sad Boy son dos gatos salvajes que vivieron en las calles durante mucho tiempo antes de aparecer en la vida de Fiona, una ávida cat lover de Estados Unidos. Si bien llegaron a su casa en momentos y lugares distintos, la historia de amor de estos felinos te robará más de una sonrisa por su inquebrantable conexión.
“Cualquier cosa que ella perciba como una amenaza, saltará frente a él para protegerlo. Y sin quitarme la mirada de encima. ‘Lola’ es la protectora, sin lugar a dudas. Ella daría su vida por Sad Boy en un instante”, comienza Fiona su relato sobre el rol que la gata desempeña como guardaespaldas de su pareja.
Todo comenzó en 2021 cuando Fiona vio a Sad Boy en su patio. Era muy calmado, pero no muy amigable, ya que mantenía su distancia. Este gato tiene una alergia a los mosquitos, por lo que uno puede ver a veces enrojecimientos y algunas cicatrices en su nariz. Afortunadamente, pudo recibir tratamiento para eso.
Lola y Sad Boy se conocen
Por otro lado, ya era demasiado tarde para que Sad Boy se volviera un gato de casa. Probablemente pasó un mes hasta que volvió a aparecer en casa de Fiona, pero siempre manteniendo la distancia, generalmente desde su lugar favorito: el techo de la vivienda. Fue en este momento que ‘Lola’ hizo su aparición en escena.
“La primera vez que vi a Lola fue en el patio de nuestro vecino. La esterilizamos y empezó a visitarnos con más frecuencia. Fue así que pudimos atraparla y hacerla probar el estilo de vida de una gata de casa con unos dueños temporales; sin embargo, no sabíamos que Sad Boy y Lola habían formado un fuerte vínculo a estas alturas”, dijo en el video viral de su testimonio compartido por The Dodo.
Y es que, de haberlo sabido desde un principio, Fiona cuenta que no los hubieran separado. Lola estuvo lejos por unas semanas, perosu estado de salud empezó a deteriorarse rápidamente. Durante ese mismo tiempo, Sad Boy había dejado de acicalarse y parecía un “desastre”, haciendo que se preocuparan de que algo le estuviera pasando.
Juntos por y para siempre
Cuando trajeron de vuelta a Lola a la casa, Sad Boy estaba esperándola y ella corrió directo hacia él ni bien lo vio. A la mañana siguiente, el gato lucía nuevamente impecable su pelaje blanco, ya que su pareja felina había pasado toda la noche acicalándolo y, desde ese momento, no se han separado el uno del otro.
La rutina diaria de Fiona es alimentar a sus gatos al levantarse. Sad Boy siempre se asegura que ‘Lola’ coma primero y la resguarda hasta que termine. Pero cuando la ven, la pareja salta hacia el techo que es como su lugar seguro y, a veces, se quedan allí mientras se oculta el sol como si contemplaran juntos el atardecer.
Asimismo, se sientan a observar las estrellas ni bien aparecen en el cielo y se acurrucan juntos. Y cuando uno se levanta y empieza a caminar, el otro lo sigue de inmediato.
“Hacen todo juntos, todo el tiempo. Es algo muy dulce. Sad Boy y Lola tienen su pequeño espacio en el mundo y simplemente contemplan todo lo que les rodea”, finalizó.
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