La herencia de Lady Di, clave para la supervivencia de Harry y Meghan
Sin apoyo económico de la corona, la pareja tuvo que usar sus propias fortunas para hacer frente a los gastos
LA NACION
Durante la entrevista con Oprah Winfrey en la CBS, Harry contó que su familia dejó de sostenerlos económicamente en cuanto anunciaron su partida de la casa real. Sobre cómo hicieron para poder concretar su nueva forma de vida, el príncipe dijo: “Tengo lo que me dejó mi madre y sin eso no hubiéramos podido hacer esto”.
La revelación abre las puertas para conocer el patrimonio de la pareja antes de concretar sus contratos millonarios con Netflix y Spotify. Fue justamente gracias a la firma con la plataforma de streaming audiovisual que pudieron pagar la deuda de casi 3,5 millones de dólares por las remodelaciones de Frogmore Cottage. Ayudados económicamente por el príncipe Carlos –a pesar de que Harry haya dicho lo contrario-, pudieron comprar su casa de 14 millones en Santa Bárbara. Otro de los gastos que los duques debieron afrontar solos durante 2020 fue el de la seguridad privada que, de acuerdo con Vanitatis, les cuesta unos US$4millones anuales.
Evidentemente, con semejantes niveles de gastos, el príncipe y Meghan tuvieron que recurrir a sus fortunas personales para sostener su costoso estilo de vida. El patrimonio –de aproximadamente 40 millones de dólares-, viene de tres fuentes principales. Una de ellas es la asignación anual que Harry cobró todos estos años desde que se convirtió en un miembro trabajador de la familia real. Esto en el caso de que haya ahorrado algo. En segundo lugar, está la herencia de casi 20 millones de dólares que les dejó la reina madre a Harry y a William, de la que Harry se habrá llevado la mayor parte debido a su futuro sin los beneficios económicos que implica ser rey. Por último, se encuentra la fortuna de Diana que sería la mayor parte de su patrimonio actual.
Según lo publicado, la cantidad que Diana les habría dejado a cada uno de sus hijos podría ascender a 14 millones de dólares. Además, la pareja contó también con los cinco millones que aportó Meghan al matrimonio gracias a su trabajo como actriz.
La solución para poder vivir como les gusta fue firmar los correspondientes contratos millonarios con Netflix y Spotify, una medida a la que se han visto obligados y que, como ellos mismos confesaron en la entrevista, “no formaba parte del plan”.
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