La fiesta de Susana. Finger food, bebidas y casa en venta (¿con vestidor incluido?)
PUNTA DEL ESTE. Lo más exclusivo y original de la semana fue la fiesta que hizo Susana Giménez en La Tertulia, su casa de Garzón. La idea es venderla, así que hubo visita guiada organizada por la gente de Sotheby´s.
Mucho cholulismo vip recorriendo cuartos y baños, admirando las obras de Marina Olmi (una divertida versión de Susana semidesnuda, renacentista, rodeada de ángeles y teléfonos) y otra muy pop de Claudio Roncoli, haciendo un ¡shock! en la tapa de Life. También llamó la atención un portarretrato donde se la veía con Menem y Alfonsín.
Cuando bajó el sol hubo música. Su ahijada del alma Juana Mauri, fotógrafa y bandoneonista, arrancó con "Adios Nonino", a pedido de la diva que, vale decir, se la vio muy en línea y regia con una creación de Roberta Freymann. Entre gin tonics, petit choripanes y carnes al asador, todo con vista a las colinas, fue pasando la tarde. A uruguayos, argentinos y brasileros que llegaron en helicóptero se les iba haciendo agua la boca imaginando La Tertulia como hotel boutique y alguno se animó a preguntar si la casa venía con vestidor incluido.
"¿Susana, eso podría suceder"?, le preguntamos. "Pero sí, queridos, con todo lo que tengo", fue su respuesta sonriente, mientras admiraba el sol ya naranja y aceptaba copita de Pinot uruguayo.
Teté Coustarot e Inés Hernández, sus dos amigas adoradas, estuvieron en cada detalle pero siempre en situación relajada. Ponchito y a disfrutar de la luna cuando se fueron los invitados. Y a seguir con las anécdotas, miles seguro. Esas que quedan guardadas con diez llaves, selladas bajo el pacto de la amistad y las estrellas de Rocha.