Paula Seminara conoció a Joaquín en Buenos Aires y estuvieron un año y medio de novios; hoy a los 46 recuerda qué pasó entonces y cómo su pasión por Boca sigue latente
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La piba de González Catán que conoció al cantante Joaquín Sabina de casualidad cuando tenía 20 años y se convirtió en su novia, ya es contadora, madre, y quiere ser presidenta de Boca. Sí, la misma que inspiró al poeta español a escribir “Dieguitos y Mafaldas”. La que como dice la canción, sigue siendo “la niña de los ojos de luna”, y va a la Bombonera todos los domingos. Aunque viva en Berazategui.
Paula Seminara es su nombre. Tiene 46 años. Estuvo más de un año y medio de novia con Sabina. Lo acompañó en giras. Y hasta probó suerte en España a su lado. Pero las largas noches de guitarras, vino y drogas, la trajeron a Buenos Aires de regreso antes de lo que aún hoy se intuye era su deseo. Tras hacer catarsis en un libro, Paulita, vuelve al ruedo y expresa su pendiente. No parece ser Sabina sino Boca Juniors.
Los muchachos de la 12, la respetan. Aunque siguen pidiéndole “a la virgen de los vientos,” como dice Sabina, “que le levante a Paula la pollera”.
- ¿Cuándo arranca tu vida pública?
- Me crie en Gonzalez Catán. Mi barrio siempre La Matanza hasta los 18 años. Hace bastante que no voy ahora pero tengo los mejores recuerdos de ese tiempo. Cuando todavía se podía jugar en la calle. Andar en bicicleta tranquilo. Ahora vivo en Berazategui, más para el lado de La Plata. Una zona bastante rural. Fui a un colegio secundario público. Y a la Universidad de La Mantanza. Soy contadora y hace un tiempito me recibí de coach ontológico. Estoy tratando de dejar un poco los números e ir para ese costado más social, las relaciones humanas y el ser.
- ¿Cómo fue ese primer encuentro con Sabina?
- No era mi ídolo. No tenía mucho conocimiento de quien era Joaquín. Tenía un ex novio que si era un poco fanático. Lo que pasó fue que le había comprado unas entradas para ir juntos y él me deja una semana antes. Me quedé con los tickets en la mano. Y dije bueno…voy…y me acompaño una amiga de mi vieja.
- ¿Te imaginás la canción que haría Shakira con este pedacito de la historia?
- (risas) Por ahí se la podríamos pasar.
- ¿Cómo siguió la historia?
- Después del recital fuimos hasta el hotel donde estaba Joaquín porque ella, Cristina, quería un autógrafo. En ese momento, como estaba estudiado en la facultad y tenía grupos de amigos en Capital, me quedaba a dormir en la casa de mi abuela, y justamente era cerca de ese hotel. Y bueno…como la espera se hacía larga, ella me dice…me vuelvo a Catán. Vos sí podés ir mañana a pedirle el autógrafo. Y bueno, al día siguiente, mientras esperaba que él saliera del hotel, le escribí una carta contando un poco toda la historia. De lo de mi ex que me había dejado, de cómo había sido todo…y que en el recital me había sorprendido porque él había cantado un tango, Mano a mano, y que mi abuelo, que era compositor de tangos, justamente había escrito la continuación de la letra de Mano a mano. Que había llamado “La piba de Mano a Mano”. Sin intención ninguna dejé al pie de la carta el teléfono de mi abuela. Y a la semana me llamó para invitarme al recital siguiente. Ahí empezó un poco todo.
- ¿Cuánto tiempo fueron novios?
- Un año y pico…un poco más de un año y medio. Coincidió que él estaba viniendo a grabar el disco con Fito (Páez) entonces estuvo mucho tiempo en la Argentina. Después viajamos a México a hacer la gira de ese disco. Siguió un viaje a España, donde fui con la intención de quedarme pero bueno…no se dio.
- ¿Por qué? ¿Extrañabas?
- Extrañaba mucho la bombonera (risas). Mentira. La vida de Joaquín por aquella época era un poco revolucionada por el tema de las giras, de las drogas. Como nunca probé, nunca entré en ese mundo, entonces se complicaba. Y además era chica, y en esos tiempos no tenía ni computadora, ni teléfono celular …Hoy tenés mucha más información …Mi mamá y mi papá eran separados. Trabajaban todo el día. Nosotros teníamos una libertad importante, eso también me ayudó a que la relación se tomara bien…no te digo natural …porque por la edad podría haber sido más novio de mi mamá que mío (risas). Pero lo llevaban bien en mi casa, es que el tema de la libertad estuvo presente. Como ahora manejo todo eso con mi hija, que tiene la misma edad que yo en ese momento. Es cierto, a veces me pongo a pensar qué pasaría si viene con un novio como Joaquín…
- ¿Y qué pasaría?
- Siempre trato de tener una buena comunicación con mis hijos, de hablar mucho de las cosas que sienten, que les pasan. Y acompañarlos. Joaquín era una persona que me trataba super bien, el vínculo era sano…Si tienen eso, está todo bien.
- Más allá del romance, escribió una canción para vos (NR: De Dieguitos y Mafaldas). Y ahí aparece tu pasión por Boca…
- Cuando me hizo escuchar la canción, no podía parar de llorar. El momento fue único. La escuché en silencio cinco, seis veces. Lloraba y lo abrazaba. Fue eso. Es el día de hoy que me aparece en alguna playlist perdida y la vuelvo a escuchar. A Joaquín le divertía que fuera bostera. Imaginate que tenía 20 años y no me importaba nada. Y salíamos del hotel y yo con pantalón azul y amarillo y gorro de arlequín. Nunca me acompañó a la cancha pero algunas veces, cuando Boca jugaba en el interior, íbamos a ver los partidos a los bares, en Capital. Y yo me peleaba con el de la mesa de al lado, le gritaba un gol. Desde los 18 ya era socia de Boca eh!!!! Hubo un cumpleaños de él, de esos que arrancaban a las diez de la noche y terminaban a las diez de la mañana, en el que terminamos en la cancha, tomando mate en el kiosco “La glorieta de Quique”, que es un lugar muy típico de la Bombonera. Le encantaba esa veta mía.
- ¿Cómo te metiste políticamente en Boca?
- Y bueno, quiso la vida que un amigo que trabajaba en Boca, se cruzó un día con Jorge Ameal, entonces presidente de la comisión de Interior y Exterior del club que estaba escuchando “Dieguitos y Mafaldas”, y le contó que conocía a la chica de la canción. Me quiso conocer. Y arranqué a laburar para Boca. Primero, en el 2009 armé una filial en González Catán. Hicimos mucho trabajo social, con comedores, hicimos una copa de leche en el predio de unas monjitas que trabajaban con el Padre Mario. Después me ofrecieron organizar la secretaría de la Mujer de Boca en el 2011. Y empezamos nomás: lo primero fue ir por el cupo femenino en la comisión directiva, que aunque no estoy a favor, porque creo que podemos llegar por nuestros propios medios, sin duda era un avance porque Boca aún hoy es bastante machista. Pero se perdieron las elecciones, estaba con José Beraldi, y me fui alejando un poco del club. Pero siempre con la idea de volver.
- Este año hay elecciones ¿vas por la presidencia? Te das cuenta que hasta tenés tu jingle de campaña escrito por Sabina…
- (risas) El otro día fue mi cumpleaños y me regalaron una torta que decía “Seminara presidenta”. No creo en imposibles. Siempre voy por lo que quiero. Es mi deseo, por qué no. Todos los días me capacito, trabajo. Tengo mucho contacto con los socios. En todos estos años he tenido la suerte de ir a la tribuna y a la platea. He hecho un trabajo de hormiga. Vamos a ver qué pasa. Hoy no estoy trabajando con ninguna de las agrupaciones que están en el club pero siempre que llega esta época hay algunos llamados. Está difícil…no solamente en Boca. Hay una falta de humildad, de educación en la dirigencia del fútbol. Por eso no sé si encajo en algún proyecto por ahora. Pero por ahí podemos tener una conversación y para fin de año estoy participando en alguna lista. Por supuesto que siempre quiero estar. Boca es una parte mía. Hace 25 años que voy a Boca. Voy a la cancha, voy con mis hijos.
- ¿Estás en pareja? ¿Te acompaña a la cancha?
- Boca es mi espacio por más que tenga parejas…A lo sumo voy con Ana Paula o Gabriel, mis hijos. Hacía muchos años que estaba sola, me separé hace diez. Y este año estoy empezando una relación con una persona que es periodista y que está en el mundo de fútbol. De hecho presentó mi libro. Pero Boca es mío. Soy muy celosa de ese espacio.
- Escribiste un libro, “De González Catán en colectivo” como dice la canción…
- Empecé a escribir por una necesidad de sanar las historias y las relaciones. Y tenía un poco la ansiedad de entregar todo esto que tenía adentro. Hice el camino de Santiago de Compostela en el 2018 y para mi fue un antes y un después. Una experiencia hermosa. Hay dos Paulas, una antes y otra después. Y empecé contando esa historia y después…todos los caminos…conducen a España…Cuando volví después de tanto tiempo, me reencontré con ese pasado de otra manera, con más años, con otra experiencia. Por supuesto hablo de Boca, de la canción…Cuando terminé me gustó lo que quedó. Narra los tres caminos de mi vida: el camino de Boca. El camino de Santiago de Compostela. Y la historia de amor.
- ¿La historia con Joaquín?
- y si…
- Todos los caminos conducen a él
- Siempre me preguntan. Y era una manera de contar cómo surgió la historia. Y sumarle algunas cositas…Hay algunas cartas inéditas. Algo lindo de la relación fue que con Joaquín empecé a escribir en verso. El me enseñaba cómo tenían que ser los versos. Si asonante, si consonante. La métrica si lo que escribía era un romance o un soneto. Fui aprendiendo todo eso de él y terminamos escribiéndonos en verso. Cuando él se iba yo le escribía en verso. Y el me respondía en verso. También había sonetos que iban y venían. Aunque pase el tiempo, de Joaquín siempre me va a quedar la poesía.
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