La calle las impuso y cada pasarela europea las legitimó. Las ojotas fueron las estrellas del último verano boreal y, en tiempos de Instagram, basta con que cualquier celebridad las muestre en sus posteos para que se conviertan en objeto de deseo, aún cuando no tengan nada de exclusivo y se trate de una prenda más bien popular. Las Havaianas -de ellas se trata- acompañan los primeros calores con un nuevo impulso (como si hiciera falta) para ser exhibidas sin culpa en calles, subtes, paseos, supermercados chinos y shoppings por igual. Pero su historia no siempre estuvo ligada a la moda.
Las Havaianas nacieron en 1962 sin que nadie en particular se hiciera cargo de su creación. No hubo un visionario ni un inventor, pero sí alguien que se ocupó de crear un calzado para los humildes y que su legado perdure más que su nombre. Fueron bautizadas como la versión en portugués del gentilicio hawaiianas; y su diseño es una adaptación de las sandalias japonesas zori, cuyas suelas estaban hechas de paja de arroz. De hecho la trama que se ve donde la ojota hace contacto con el pie simula ser un sinfín de granos de arroz, y constituye uno de los distintivos de la marca.
Dos años después prácticamente cualquier trabajador de Brasil las tenía en azul o blanco, los dos colores que se comercializaban. En 1969, con su clásica silueta ya registrada, un error de producción las hizo verdes, y fueron un éxito. Marrón, amarillo y negro fueron los siguientes colores que continuaron con el casero marketing inicial: "No generan olor, no se rompen las tiras, no se deforman", en esas tres promesas se apoyaron sus fabricantes para diferenciar a su producto de las primeras imitaciones que aparecieron en la década del ‘70. Las Havaianas ya podían considerarse moda, aunque no más allá de los límites de Brasil.
Ya en plenos ‘80 las ojotas de colores volverían a recordar su origen humilde: fueron incluidas en las listas de productos básicos, junto a los frijoles y el arroz. Durante los ‘90 -la década en la que el mundo se hizo más chico y menos personal- las ojotas coloridas traspasaron las fronteras e incluyeron la bandera de Brasil junto a su marca. Millones de pares vendidos por más de 30 años ya formaban parte del bagaje cultural brasileño junto al jogo bonito, el carnaval, la caipiroska y la bossa nova.
Ver esta publicación en InstagramThe 3rd place goes to The Havaianas[R] Photo by @asiatypek during Paris Couture
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Hoy reportes fashion y blogueras de todo el mundo las describen como la gran nueva cosa: cómodas, minimalistas, fáciles de poner y de sacar y tan básicas como un jean o una remera blanca. Galerías de imágenes muestran a figuras como Sofia Coppola, Natalie Portman, Kim Kardashian, David Beckham y las gemelas Olsen usando Havaianas, "the brazilian flip-flops".
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En tiempos en el que el principal capital de las marcas son sus historias, la de las ojotas de los trabajadores que se transforman en moda tiene tantos colores como sus diseños. Tantos como que terminaron subidas a la pasarela de diseñadores de vanguardia, como Jean Paul Gaultier.
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