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Las cartas estaban echadas. Su relación de pareja había terminado. Y, con mucho dolor, ya había aceptado que lo mejor era seguir adelante. Con ese objetivo en mente se concentró en su trabajo y en lo que deseaba para su futuro. Fue entonces que una tarde recibió una solicitud de amistad por Instagram. Era de Eliana, la hija del pastor de la iglesia a la que asistían sus padres.
La había cruzado en alguna oportunidad, cuando todavía él asistía a la iglesia y se organizaban eventos o cumpleaños de amigos en común. Sin embargo, hacía tiempo que Fabrizio había decidido dejar la religión de lado. Ya no concurría a la iglesia y tampoco frecuentaba a amistades de ese entorno. Por eso le resultó un tanto extraño que ella quisiera agregarlo a su red social.
“La invité a merendar a un departamento vacío”
“Un día ella publicó una historia. Se la respondí con un comentario cortito que dio lugar a una conversación. Y eso terminó en una invitación a charlar. Yo me había mudado solo hacía pocos días. Estaba muy apretado con los gastos y no podía invitarla a tomar algo. Por eso me pareció que la mejor idea era proponerle merendar en mi departamento que estaba prácticamente vacío”.
A Eliana le resultó divertida la propuesta. Aceptó de inmediato y esa tarde visitó a Fabrizio en su nuevo departamento. “La conexión fue instantánea, no hubo momento que no nos riéramos. Disfrutamos tanto la merienda que el encuentro se extendió hasta la cena. Me acuerdo todavía con un poco de vergüenza que le cociné los peores ravioles que alguien hubiera probado. Pero ella dijo que estaban ricos”. Casi a medianoche se despidieron. Él la acompañó hasta la esquina de su casa y allí finalizó la velada.
Regresó a su departamento con la sensación de haber encontrado a la persona indicada. Se mantuvieron en contacto y, a medida que pasaba el tiempo, ambos sentían que lo que había entre ellos podía funcionar. Pero había un problema: los padres de Eliana no aprobaban que su hija saliera con alguien que no estaba dispuesto a cumplir con las exigencias religiosas a las que ellos eran fieles.
“Una de las cosas que más me gusta de ella es que es muy compañera. Recién nos estábamos conociendo pero un día me avisaron que había fallecido alguien cercano. Como nadie sabía de lo nuestro, le dije que no podíamos vernos porque tenía un velorio. Ella me respondió que si quería, me acompañaba. Sinceramente me descolocó. Ahí me di cuenta de que era distinta, ella me esperó en la puerta, y esa fue la primera salida en público -aunque un poco a escondidas- que tuvimos. Todavía en ese momento nadie sabía lo nuestro”.
Entre la espada y la pared
Hasta que ocurrió lo inesperado. Como en una novela romántica, cuando Fabrizio empezaba a sentirse seguro de la relación y a pesar de las dificultades que planteaba la oposición de los padres de Eliana, se cruzó a su expareja en un cumpleaños. Lo que escuchó esa noche lo puso entre la espada y la pared. Su ex estaba arrepentida de haberlo dejado y quería recomponer el vínculo. “Entonces ahí estaba la vida poniendo la decisión en mis manos. Era bastante pronto, los sentimientos todavía estaban presentes pero necesitaba tomar la decisión: ¿debería apostar al futuro o al pasado? ”.
La realidad era que recién habían pasado cuatro meses de su separación. Quizás era poco tiempo, o no. Pensó mucho. La posibilidad de no ver más a Eliana y lo bien que se sentía con ella le hicieron entender que él también merecía ser feliz en una relación sana. “Mi psicóloga me ayudó a comprender que el amor es una construcción y que, si nos dábamos una oportunidad, tal vez esa construcción podía llevar a algo más duradero”.
Una construcción posible
Inmediatamente tuvo claridad y supo que lo que necesitaba era seguir forjando su futuro junto a Eliana y dejar el pasado atrás. “La relación siguió, no fue fácil la situación con los padres para que entendieran que más allá de las creencias, nosotros queríamos estar juntos, pero al final, lo pudieron comprender”.
Un año más tarde, Eliana se mudó al departamento de Fabrizio. Hicieron planes para casarse pero todo se vio postergado por la pandemia del COVID 19. En dos ocasiones tuvieron que posponer su deseo. Hasta que en julio de 2021 concretaron su unión matrimonial. También en ese año él supo el motivo por el que ella le había solicitado amistad en Instagram. “Me dijo que había soñado conmigo y que en el sueño yo estaba triste y ella me visitaba para ayudarme. Recordamos con ternura esa anécdota. Fue un comienzo lindo”. Un año más tarde viajaron a Europa a cumplir el sueño de conocer París. Hoy siguen juntos en Buenos Aires y la historia que comenzó con un mensaje de Instagram la viven sin miedo al qué dirán.
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