La “ciudad perdida” que científicos hallaron en el fondo del océano Atlántico
Durante este siglo, la ciencia estuvo muy atenta a los descubrimientos que se realizaron en este campo de fuentes hidrotermales que se ubica a cientos de metros de profundidad
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Durante las últimas décadas, los científicos le prestaron mucha atención a la “ciudad perdida” que se encuentra en el fondo del océano Atlántico. No solo hubo mucha investigación sobre el lugar, sino que también se conocieron una serie de imágenes gracias a sofisticados artefactos que fueron enviados a la zona con ese fin.
A lo largo del tiempo, los avances científicos trajeron muchos registros concretos sobre escenarios naturales desconocidos. Desde placas tectónicas intercontinentales hasta misterios en el fondo del océano, la investigación y las herramientas disponibles permitieron conocer muchos lugares y formaciones que permanecían como incógnitas. En este caso, el descubrimiento se dio bajo el agua y las imágenes son impactantes.
Concretamente, lo que existe es un campo de fuentes hidrotermales que está ubicado en el centro del Atlántico. Estos respiraderos están ubicados en la montaña submarina Atlantis Massif y se diferencian de las fumarolas negras porque el ecosistema no depende del calor del magma. Originalmente, el descubrimiento se realizó en diciembre de 2000, cuando un organismo estadounidense realizó una expedición a la zona, según consignó Science Alert. Luego de un nuevo viaje casi tres años más tarde, la información sobre la llamada ciudad perdida se reveló recién en 2005.
Las formaciones están ubicadas a más de 700 metros de profundidad y tienen un altura aproximada de 60 metros, de manera que es el campo hidrotermal más grande conocido hasta el momento. Con un aspecto azul muy atractivo a la vista, lo que ocurre en esta zona es que interactúan el agua y la peridotita, un tipo de roca. Como consecuencia de esto, se producen fluidos ricos en hidrógeno y metano que llamaron la atención de los investigadores.
Sumado a esto, y como bien lo indica su nombre, en este caso las fuentes hidrotermales cuentan con alrededor de 30 chimeneas que están compuestas por carbonato de calcio y que por los elementos que liberan alcanzan a levantar la temperatura a 40°C.
Según explica la publicación, la chimenea más alta, casi como un monolito, se llama Poseidón. Se trata, ni más ni menos, que un
Los respiraderos de calcita de la Ciudad Perdida también son mucho, mucho más grandes que los humos negros, lo que sugiere que han estado activos durante más tiempo, indica Science Alert.
El más alto de los monolitos se llama Poseidón, en honor al dios griego del mar, y se extiende a más de 60 metros de altura.
Se estima que la formación está allí hace al menos 120.000 años y más allá de sus características, hay otros factores que sorprendieron. En los respiraderos del campo se forman grietas y hendiduras y la curiosidad es que hay comunidades de microbios que se alimentan gracias a los hidrocarburos y sin la necesidad de recibir oxígeno.
Sumado a esto, los gases que emiten las mencionadas chimeneas hacen posible la vida también para otros seres. Con estas condiciones pueden desarrollar su subsistencia crustáceos y caracoles y también seres de mayor tamaño como cangrejos, camarones, erizos de mar y anguilas, aunque en menor medida que los anteriores.
Aunque tiene algunas condiciones sorprendentes, lo más llamativo de este campo de fuentes hidrotermales es la cantidad de información y detalles que se recogieron en las dos expediciones realizadas. La comunidad científica cree que deben existir otros cientos de formaciones por el estilo. Sin embargo, esta es la única que pudieron alcanzar los artefactos que la humanidad tiene a disposición y por lo tanto la única de la que se consiguieron imágenes y un buen caudal de información.
LA NACION
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