Dentro de un universo que durante años se manejó bajo la filosofía de “fíngelo hasta que lo logres”, esta joven emprendedora dejó una cicatriz que será difícil de borrar
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Uno de los polos tecnológicos más importantes del mundo, Silicon Valley es la última tierra prometida. Joven, dinámica, de avanzada, con inversiones multimillonarias y algunas de las mentes más brillantes de la industria, es además el escenario ideal para lograr el sueño americano. ¿Y cómo no lo sería? Si pareciera que para ser parte de la mística solo se necesita una gran idea, una muy buena estrategia y la capacidad de construir una red de contactos lo suficientemente robusta como para apoyar aquel plan de acción.
Sin embargo, no todo es color de rosas y, así como es la tierra de las oportunidades también es terreno fértil para las grandes estafas, las fallas épicas, los abusos, la corrupción y los dramáticos tironeos de poder. Es en ese lado B (confesémoslo: bastante menos glamouroso y casi sin brillos) en donde la figura de Elizabeth Holmes toma mayor relevancia. Elegida por Forbes como la mujer multimillonaria “self made” más joven del mundo, su ascenso fue tan épico como su caída.
Miente, miente... que algo quedará
Mirando hacia atrás, la vida de Elizabeth Holmes parece sacada de la cuenta de Instagram de algunas de las influencers más populares del momento. Levantándose antes de las 7AM, su rutina de la mañana incluía yoga, meditación, una oración y un delicioso desayuno nutritivo. Primera en llegar y última en irse, el día a día de Holmes estaba dedicado al 100% en Theranos, la empresea de análisis de sangre que fundó en el 2003.
Pero lo que resulta aún más increíble es que su vida no solo se veía bien en redes sociales, sino que también supo construir toda una mística a su alrededor: con tan solo 30 años y en la cima del mundo, proveniente de una familia acomodada, a los 19 había abandonado sus estudios en la Universidad de Stanford y su empresa -valorada en 9 mil millones de dólares- iba a lograr una revolución en el diagnóstico de enfermedades.
¿Cuál era la gran promesa? Theranos había desarrollado Edison, una prueba de sangre que podría detectar enfermedades como el cáncer y la diabetes sin la molestia de las agujas. Una idea que a los jugadores más importantes de la industria no solo les llamó la atención, sino que además querían ser parte de esa apuesta y no quedar fuera. Y cuando mencionamos a personas poderosas, lo decimos en serio: George Schultz (secretario del tesoro de los Estados Unidos), Rupert Murdoch (el magnate de medios y una de las familias más ricas del país) y hasta los Walton (fundadores de la cadena de supermercados Walmart) estaban involucrados como patrocinadores.
“[Ella] Sabía que había tenido esta brillante idea y que había logrado convencer a todos estos inversionistas y científicos (...) Estaba segura de sí misma, pero cuando le hice varias preguntas sobre su tecnología, parecía que no entendía. [Todo] Parecía un poco extraño, pero no salí pensando que era un fraude”, contó el Dr. Jeffrey Flier, exdecano de la Facultad de Medicina de Harvard, a la BBC.
La cicatriz de su caída y las lecciones aprendidas
Fundada en 2003, fue para 2015 que la situación empezó a complicarse y en tan solo un año el fraude de Elizabeth quedó expuesto. A partir de diferentes denuncias y una nota de investigación realizada por The Wall Street Journal, se dio a conocer que se habían falsificado los resultados de su tecnología para -más tarde- confirmarse que en realidad Theranos nunca llegó a funcionar. Información que provocó toda una bola de nieve: en 2016 los reguladores estadounidenses prohibieron a Holmes operar durante dos años y en 2018 la compañía colapsó. Momento en que también ella fue arrestada por cargos penales de fraude electrónico y conspiración para cometer ese fraude.
Convirtiéndose en todo un hito dentro de la mística de Silicon Valley, hay una cosa en la que todos los expertos coinciden: Elizabeth Holmes marca el cierre de una era en esta tierra prometida en donde -a partir de su caso- los inversores empezaron a moverse con muchísima más precaución y aquella efervescencia creativa que fue clave para su explosión, ahora está atravesada por controles, seguimiento y la necesidad de evidencias. Digamos así: será difícil que alguien se tire de bomba a la pileta sin primero meter un pie y ver la temperatura del agua.
El presente de Elizabeth Holmes
A principios de enero de este año, se tuvieron novedades del juicio que se conoció bajo el título de “United States v. Elizabeth A. Holmes”. Holmes fue encontrada culpable de cuatro cargos de fraude (tres electrónicos y uno de conspiración) e inocente de otros cuatro cargos de estafa a pacientes (tres de fraude electrónico y uno de conspiración). Junto con esto, además, el jurado emitió veredicto nulo en tres cargos de fraude contra inversores, un punto en el que el juez a cargo también declaró la nulidad de dichos cargos.
Hoy en libertad bajo fianza (de unos $500,000), su futuro es muy poco prometedor: enfrenta una sentencia máxima de 20 años de cárcel y una multa de $250,000 dólares, además de la restitución por cada cargo de fraude y conspiración que encabezó. La sentencia final se dará a conocer durante septiembre de este año, 2022.
The Dropout, la serie donde vas a poder conocer su historia
Protagonizada por la talentosa Amanda Seyfried, este 03 de marzo estrena en Star+ The Dropout, la serie que cuenta la historia real de Elizabeth Holmes. Definida como una miniserie, la temporada tiene tan solo siete episodios de los cuales -ese mismo jueves- ya estarán disponibles los primeros tres. Mirá el avance:
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