El arquitecto Lucas Muñoz tomó como excusa la construcción de su propio hogar para poner de manifiesto dos amores muy distintos: sus hijos y el diseño nórdico.
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La vegetación que rodea este terreno de 900m2 en un barrio cerrado de Benavídez inspiró a Lucas Muñoz, creador del Estudio LAK, a diseñar una “casita del árbol” para sus cuatro hijos, de entre 1 y 12 años. Pero no estamos hablando de pallets, ramas y lianas. Esta es una casa dentro de otra, y se distingue desde la calle por su techo a dos aguas que le sirvió, además, para implementar por primera vez el estilo nórdico que tanto admira.
"Muchas de las viviendas del barrio son viejas, y también tienen techos a dos aguas con altillos. La idea fue retomar lo que proponía el entorno desde una visión moderna."
Arq. Lucas Muñoz, fundador de Estudio LAK y dueño de casa
Ambientes integrados con vista al jardín
Con materiales constructivos a la vista, tonos neutros y gran presencia de la madera, esta familia numerosa se sumergió en la simpleza y calidez de los interiores escandinavos, y aportó su cuota lúdica: un tobogán en el living, ventanas que son bibliotecas y un altillo donde no se guardan valijas, sino que se despliegan juguetes el día entero. Estas últimas ideas en particular fueron aportes de Carola, la dueña de casa. “Fue una figura fundamental en el proyecto, por su exigencia y creatividad”, agrega Muñoz respecto de su mujer.
“Quisimos ser lo más racionales posible con el uso de los materiales, por eso dejamos el hormigón puro, para que en la construcción quedara plasmada la estética de la casa”.
La ventana en forma de cubo (que se reitera como tema), acá se usa como lugar de lectura para toda la familia.
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Para disfrutar adentro y afuera
La mesa se rodeó de un sillón ‘Barcelona’ (Landmark) y un sofá de tres cuerpos (Sin Almidón) con almohadones de diferentes texturas (Romina Guerrero).
La idea del Estudio fue que la salamandra se viera suspendida. El hierro negro y la forma de gota son inspiraciones del diseño escandinavo.
"El tobogán fue idea de Carola y refuerza el concepto general. ¡Pero también lo usamos para bajar la ropa sucia!".
“En este formato de casa integrada, nos gustó la idea de que la cocina se vinculara a través de un cerramiento liviano y transparente. Con ese planteo, no podía haber más que un material para todos los pisos”.
Cocina: vinculada con un cerramiento transparente
En sintonía con el resto de los ambientes, en la cocina predominan los tonos neutros, el negro y la madera. Y, por supuesto, no se renunció a la vista de la vegetación.
Isla y revestimiento en Neolith (Heit Marmolería), a tono con el hormigón gris. Los electrodomésticos (Smeg), también grises, se disimulan entre los objetos de la cocina. El bajomesada y la alacena se laquearon en negro, con estantes en petiribí natural.
Planta alta: home office y sector de descanso
El voladizo de madera laqueada que hace de escritorio fue un diseño de Estudio LAK. Esconde una estructura de hierro que sostiene sus cuatro metros de vuelo.
La suite se extiende hacia una terraza amplia, protegida con barandas de vidrio que se desdibujan y les ceden el primer plano a los árboles. La madera elegida para su piso fue el lapacho paraguayo. Se dejó oxidar durante un mes y luego se le aplicó Cetol sin brillo, para que no se percibiera el tratamiento.
En el baño, piso y el revestimiento de porcelanato ‘Statuario’ (SBG). Las griferías, bachas y bañadera (Winxs) contrastan con el negro de las lámparas colgantes (Omniluz).
El ala de los chicos
El protagonista del baño de los varones es un piso calcáreo azul (Terra Calcáreos). El resto se ambientó en tonos neutros, con un revestimiento "Subway" blanco mate, mesada de mármol carrara (Heit Marmolería), bachas blancas (Duravit) y un vanitory, a medida, enchapado en petiribi. El toque de contraste lo dan las griferías (Robinet) y las lámparas negras (Omniluz).
En el baño y los dormitorios de los chicos se mantiene la esencia de "la casa del árbol": un entrepiso de machimbre hace de cielo raso y sostiene el altillo de la última planta, que se usa como playroom.
Parque verde: sede del verano
El volumen a dos aguas que usan los chicos evoca un perfil arquetípico de eso que desde siempre llamamos hogar. Se conecta con el sector de los adultos, más sobrio, por medio de un bloque vidriado, que el arquitecto apodó "puente-estudio".
Al lado de la parrilla, se instaló un horno a leña (Tromen), y, por encima, alacenas de petiribí natural (diseño de Estudio LAK). Para los patios y galerías se usó Travertino rústico de 60x120. Las aberturas negras (Welttechnik) son de aluminio hidroanodizado.
Hacía falta un árbol para darle aún más sentido a la casa de los chicos. Por eso, Lucas y Carola crearon esta suerte de plaza seca y plantaron un jacarandá, que se ve desde casi todos los ambientes. Dará sombra, pero también color en los días más lindos del año.
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