La amenaza económica que enfrentaban Meghan y Harry si se quedaban en la realeza
Los duques de Sussex cerraron acuerdos financieros con plataformas de streaming tras el portazo; pero de haberse quedado no hubieran tenido tanta liquidez
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Crecer en el seno de la familia real puede parecer encantador y grandioso pero la realidad es mucho más sombría. Las vacaciones de verano se pasan en Escocia, los abrazos se racionan de manera austera y, si alguna vez, alguien bebe de más en un bar, sale su foto publicada en la portada de todos los diarios del Reino Unido. Pero el asunto más delicado está relacionado con el dinero.
Aunque la casa de Windsor tenga una fortuna incalculable y el soberano reinante esté a cargo de los bienes de la corona, cuyo valor estimado es de 25.000 millones de dólares, cuando se trata de reunir el dinero para pagar un vuelo de cabotaje o realizar la compra de un regalo para un aniversario, la situación puede ser complicada. Porque la monarquía puede ser muchas cosas, pero nunca es justa ya que solo un pequeño grupo tiene acceso a los ingresos millonarios.
Por eso, a un año de oficializarse el Megxit, existe una cuestión fundamental: cuando el príncipe Harry y Meghan Markle tomaron la decisión de renunciar, ¿pensaron en el dinero?
Porque, después de los incesantes meses de cobertura de la espectacular e histórica salida de los duques de Sussex, lo que muchos analistas han pasado por alto en todo el alboroto que se armó es el sufrimiento que podría haber tolerado el saldo bancario de la pareja en el futuro cercano si se hubieran quedado dentro de la corona.
Para entender de qué se trata, hay que rebobinar en el tiempo y volver a los días previos a la aparición de Harry y Meghan junto a Oprah y “dijeran su verdad”. Por aquel entonces, los duques de Sussex disfrutaban de una existencia cómoda porque recibían alrededor de 5 millones de dólares del príncipe Carlos. Sin embargo, una espada de Damocles pendía sobre todo ese precioso dinero.
Desde 1337, el hijo mayor superviviente de la monarquía es también el propietario de una vasta porción de tierra e inversiones llamada Ducado de Cornualles. Bajo la administración del príncipe Carlos, ese patrimonio creció de manera considerable y, en la actualidad, tiene un valor de 1900 millones de dólares.
Y quien está en posesión de la herencia sólo puede recibir los beneficios pero no puede vender nada del ducado. Esto explica, en cierto modo, por qué el príncipe Carlos tuvo que pedirle prestados millones de libras a su madre, la reina Isabel II, para el acuerdo de divorcio con Lady Di.
De los 39 millones de dólares de beneficios que obtiene el ducado anualmente, el heredero al trono, de 72 años, mantuvo a sus dos hijos al desembolsar algo más de 10 millones de dólares para pagar a las familias del príncipe William y su hermano Harry, según las últimas cuentas que se encuentran disponibles de forma pública.
Cuando los duques de Sussex se marcharon en marzo del año pasado, parece que pensaron que esa generosidad paternal iba a seguir siendo un hecho. Pero no es así. Como le contó Harry a Oprah en la entrevista televisiva, después de que la pareja abandonara la vida del Palacio de Buckingham. “Mi familia me cortó literalmente el grifo económico, y tuve que pagar la seguridad de mi bolsillo. Me lo cortaron en el primer trimestre de 2020”, reveló el esposo de Meghan.
En ese momento, un astuto amigo de la pareja les sugirió que consideraran la posibilidad de ganar dinero a través de los servicios de streaming y el resultado fue un estimado de 180 millones de dólares en acuerdos comerciales.
Pero, ¿qué hubiera pasado si Harry y Meghan se quedaban dentro de la familia real? ¿Sus multimillonarios ingresos se habrían reducido en los próximos años?
Mientras el príncipe Carlos sea el heredero al trono, el dinero del Ducado de Cornualles es suyo para hacer lo que quiera, pero eso cambiará en el momento en que la reina fallezca y él ascienda. William se convertirá en el heredero y, por lo tanto, recibirá el control total del multimillonario patrimonio del ducado.
Y en ese momento, dependería totalmente de William que el ducado le siguiera pagando a su hermano menor y a su familia los millones de dólares que le corresponderían cada año. Es decir, que el hermano mayor, con el que Harry se enemistó en los últimos años, controlaría el patrimonio y sería quien decidiera con cuánto dinero tendrían que vivir los duques de Sussex.
En este escenario, Carlos, convertido en rey, podría optar por seguir financiando a Harry y Meghan a través del Ducado de Lancaster, el patrimonio de 973 millones de dólares que asumirá cuando sea coronado como soberano de Gran Bretaña.
Sin embargo, el precedente no era muy alentador para los duques de Sussex. El príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina Isabel II y el príncipe Felipe, recibe unos 450.000 dólares del Ducado de Lancaster al año, una miseria comparada con la asignación que el Ducado de Cornualles le entregaba a Harry y Meghan cada año.
Al dejar atrás el Reino Unido y su vida real, Harry y Meghan también escaparon de ese destino. Después de haber firmado los acuerdos económicos por un valor estimado de 180 millones de dólares desde que cambiaron los cielos grises de Windsor por los climas soleados de California, están en camino de convertirse no sólo en uno de los miembros más ricos de la familia real, sino en los miembros más ricos que se ganaron de manera legítima el dinero.
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