La adicción al sexo ya es considerada un trastorno mental
Por estas tierras no se habla de otra cosa que de la serie sobre la vida de Luis Miguel , y es de imaginar que sus fans quedaran sin aliento luego de las sorprendentes escenas de sexo que se vieron a lo largo de varios capítulos. El cantante más amado de América latina aprovechó la plataforma para renovar la fidelidad de su audiencia al describirse (el guión lleva su visto bueno) como todo un semental, un hombre incapaz de dejar títere con cabeza, o quizá, sin proponérselo, como un verdadero adicto al sexo…
Hasta que Michael Douglas, Tiger Woods y la ex spice Girls Mel B (entre otros tantos) no confesaron su debilidad, nadie consideraba que el sexo pudiera alcanzar la categoría de vicio, muchos menos de patología mental. Pero estamos en tiempos de cambios radicales y las etiquetas adquieren nuevos significados. En el mes de junio, según un cable de agencia, el comportamiento sexual compulsivo ha sido clasificado como un desorden de salud mental e incluido formalmente en la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) que realiza cada año la Organización Mundial de la Salud. El documento es el ABC de las patologías, un manual que consultan médicos y científicos de todo el mundo a la hora de diagnosticar.
Hoy cualquier individuo está en condiciones de padecerla, aunque antes de ponernos hipocondríacos vale aclarar que no se trata de con cuántas personas nos acostamos ni de cuántas veces lo hacemos al día, sino de la importancia que le damos al sexo. La promiscuidad y el exceso abarcan mucho más que la práctica desenfrenada. Para la OMS, el comportamiento sexual compulsivo se define como "un patrón persistente de falla para controlar los deseos sexuales o impulsos sexuales intensos y repetitivos que resultan en un comportamiento sexual repetitivo", léase, cuando se vuelve "el centro de la vida de esa persona hasta el punto de descuidar su salud o cuidado personal, u otros intereses, actividades y responsabilidades". En esa línea, al hipersexual nada le alcanza. Se tira al abandono, no trabaja, se lleva mal con los demás y, peor, nunca disfruta de la intimidad. "Durante siglos las personas han tratado de entender la causa de la hipersexualidad. Ha sido llamada con todo tipo de nombres durante años, pero en realidad solo en los últimos 40 hemos tratado de entenderlo desde una perspectiva académica" explica en un artículo de CCN el psiquiatra Timothy Fong, del Instituto Semel de Neurociencia y Comportamiento Humano de la Universidad de California."La comunidad de psicólogos se divide en dos campos diferentes. Algunos dicen que es adicción, y otros que es gente a la que le gusta tener diferentes libidos. Nuestra misión es ayudar a esa persona y ahora tenemos el lenguaje para entender mejor lo que es", agrega.
Según las estadísticas extraoficiales, pues en ningún país se ha tratado hasta ahora como enfermedad, el 5% de la población la sufre. La cifra podría estar en constante crecimiento, habida cuenta de la cantidad de "virus" dando vueltas en la vida real (apps de citas, pornografía, webcams etc). Si bien puede provocar secuelas emocionales y físicas graves (tener relaciones sin protección, perder el trabajo, por mencionar algunas) la buena noticia es que hay tratamiento, y cura, como los demás desórdenes que suelen provocar las ideas fijas.
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