La abogada de Un gallo para Esculapio
Hay un hotel alojamiento llamado Venus en alguna calle escondida del conurbano. No se llega a este hotel sin quererlo. En la habitación Faraón, una mujer espera sola. Es rubia, alta, viste una pollera ajustada y unos zapatos de taco aguja. Tiene el pelo recogido y tirante y los ojos cargados con delineador azul. Su look habitual para una situación que ya vivió. La puerta que da al pasillo suena. Del otro lado, los miembros de una banda que ya no existe. Pasan y la mujer se sienta en la cama –la misma de otras veces–, despliega un mapa y señala caminos. Baja información: ordena las cosas. Configura el plan.
Ella es Natalia. Estudió abogacía, aunque nunca terminó. A pesar de eso, desarrolló una carrera en las leyes y se hizo fuerte dentro de los tribunales de Morón, donde conoce gente. Usa terminología judicial y se planta con una actitud poderosa. Quizá por esa manera de afrontar las cosas haya logrado meterse en La banda de Chelo y sus negocios. Se convirtió en la encargada de allanar el terreno para hacer y deshacer en el océano de la piratería del asfalto del oeste del conurbano.
Natalia es la abogada en Un gallo para Esculapio , serie de Bruno Stagnaro con el sello de Underground cuya segunda temporada finaliza por TNT el martes 20 de este mes, aunque puede verse completa, on demand, por Cablevisión Flow. Carla Pandolfi, de 36 años, es la actriz que la interpreta. Llegó a través de un casting, sin tener mucha idea de qué iba a hacer. De hecho, fue para interpretar a Vanesa, el personaje que terminaría en manos de Andrea Rincón. "Me empezó a gustar Natalia y a generar preguntas –recuerda Carla –. ¿Qué hace esta mina acá? ¿Por qué no un hombre en su lugar?".
–Que yo sepa, vos estabas carancheando en el hospital.
Loquillo (Ariel Staltari) le habla a Natalia mientras vende facturas en el comedor del penal donde cumple condena. Ella le responde con la voz húmeda, la mirada caída y la postura baja. Le dice que no tiene plata y le pide por favor.
–Estoy en la lona, Loquillo. Por favor.
Así está Natalia en la segunda temporada, intentando recuperar lo que alguna vez tuvo, pero sin Chelo Esculapio, el hombre que le dio ese lugar. Por eso, tal vez, su relación con Loquillo –el hijo de Chelo– adquiere fuerza. Una fuerza extraña y ambivalente, como la propia Natalia.
Es una pieza clave para una trama que pone a las mujeres en escenas definitorias
"Ella sigue cuidando el lugar que tuvo. Aunque se siente insegura, desequilibrada", cuenta. Con momentos de vulnerabilidad –siempre íntima, entre paredes– entrecruzados con esa personalidad fría y pensante, se convierte en una pieza clave para una trama que pone a las mujeres en escenas definitorias. Si en la temporada inaugural Vanesa, Nancy (Julieta Ortega) y Natalia fueron figuras laterales, ahora pasan al centro. Una conexión entre ficción y realidad.
Mujer en ley
El personaje de Pandolfi es una de las últimas versiones que la televisión hizo sobre abogadas. Las mujeres de leyes se convirtieron en figuras de series –sobre todo–, pero también de las novelas del prime time familiero.
En un listado extenso de referencias, la Alicia Florrick de Julianna Margulies en The Good Wife se convirtió en ícono. Una mujer que en el intento de liberar a su marido de prisión descubre quién es en verdad ese hombre. Damages, con Glenn Close y Rose Byrne, pone a una abogada sin escrúpulos contra una chica recién recibida que pretende actuar bajo normas éticas. En Better Call Saul –el spin off de Breaking Bad –, la que se luce es Rhea Seehorn, en el rol de Kim Wexler (con similitudes físicas y de personalidad con Natalia).
Socias es una referencia local. Con Mercedes Morán, Nancy Dupláa y Andrea Pietra como protagonistas, la historia narraba la vida, la relación y el trabajo de tres abogadas que compartían estudio. Bajo el género de la comedia dramática, los momentos disparatados remiten a Ally McBeal, en la que también el personaje se devoraba las leyes. Por estos días, la ficción nacional tiene en pantalla a Laura Contempomi, el personaje de Carla Peterson en 100 días para enamorarse –más enredada en su historia de pareja que en su profesión–, y a la Helena Karsten de Griselda Siciliani en Morir de amor, una mujer que entiende la posición de sus clientes (¿o rivales?) al quedar en ese lugar por primera vez y ser jaqueada por una enfermedad.
Y, claro, está Natalia, que si en la temporada debut de Un gallo... se encargó de limpiar los desechos de la banda y de transar con quien fuera necesario, ahora es clave para que el grupo recupere la posición que perdió en el negocio.
Mientras Carla toma un exprimido de naranja en un bar de Flores –con postura corporal mucho más amable que Natalia: sonriente, de voz suave y mirada tímida–, define a su personaje como una mujer que "no se jacta de su apariencia de rubia ajustada". La describe como hábil, con palabras que cruzan el léxico jurídico con la verba callejera. Natalia parece tener siempre una respuesta. Tira la ley encima o chicanea como en la esquina. "La propuesta al momento de componer a Natalia fue desde algo de la corporalidad. Como masculinizarla un poco desde su actitud".
Pandolfi nació en Leones, un pueblo de unos diez mil habitantes del sudeste de Córdoba. A los 12 años, sus padres, al ver su interés por la actuación, la inscribieron en un taller de teatro en la Casa de la Cultura de Bell Ville, una ciudad distante 37 kilómetros. Al tiempo, ese grupo se desarmó, pero ella no quiso parar. Se fue hasta Villa María, a más de 100 kilómetros de su casa. Agarraba su bicicleta y pedaleaba hasta la estación de tren.
Cuando terminó la secundaria, se mudó a Córdoba capital para estudiar licenciatura en Teatro. Allí vivió con sus hermanos hasta que, a las 21 años, viajó a Buenos Aires para participar del reality de actrices LuxStar: nace una estrella.
"Fui al concurso por una gran insistencia de mis allegados –dice –. Pero no me identificaba con el formato". En Buenos Aires, vivió con otras concursantes en una casa destinada a las chicas del interior. Repartía su tiempo entre las recorridas por una ciudad que la maravillaba y las clases del reality con Claudio Gallardou, Villanueva Cosse y Daniel Casablanca. "Para mí, era una beca de estudio. Nunca podría haber accedido a todo eso de otra manera".
Ganó el concurso y fue la protagonista de la remake del clásico Piel naranja. Ese impulso la llevó a quedarse en la Capital. Terminó la carrera de teatro rindiendo libre y comenzó a trabajar en publicidad y en pequeñas obras de teatro, cine y televisión. Hoy, quince años más tarde, su CV tiene ítems con títulos como Ciega a citas, Un año para recordar, Sos mi hombre y Violetta, en televisión; Erreway, Un año sin amor y Sin hijos, en cine, y Baraka, Rain Man y Parque Lezama, en teatro.
Luego del casting de Un gallo..., Bruno Stagnaro, Ariel Staltari –su coguionista– y Peter Lanzani fueron a verla a Parque Lezama, la obra dirigida por Juan José Campanella en la que Carla interpretaba a la hija del personaje de Luis Brandoni, quien ya sabía que iba a interpretar a Chelo. Carla cree que su rol en la pieza teatral fue clave para su elección, por el tipo de lazo que debía unir a Chelo y Natalia en la temporada inicial.
Luego, armó su propia historia del personaje. Le dio un pasado: era una mujer sin padre y ese espacio vacío iba a ser ocupado por Chelo. Una especie de extensión de Parque Lezama. En ese vínculo se muestra el costado más sensible de un personaje blindado ante los ojos de los demás. También aprendió cómo habla una abogada, qué términos usa, en qué situaciones se aplican. Tomó cafés con abogados, los observó hablar y moverse, leyó sobre derecho.
Así, Carla construyó a Natalia, que podría funcionar como metáfora de su propia historia. La chica que llegó del interior, se metió en la televisión por un medio que no le agradaba tanto y hoy está en un papel central. "Siempre está bueno que haya alguien que se interese en una. Esta es una gran oportunidad".
Otras abogadas de serie
- Glenn Close, en Damages. Ella es Patty Hewes, una abogada dispuesta a todo para ganar sus casos
- Julianna Margulies, The Good Wife. Alicia Florrick retoma su trabajo en leyes cuando su esposo es detenido
- Rhea Seehorn, Better Call Saul. La letrada Kim Wexler es la compañera ética de Saul Goodman
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