Pese a que en los últimos años Karina Rabolini (52) decidió bajar el perfil –cerró sus cuentas en redes sociales, cambió su número de celular, no frecuenta galas ni sale en las tapas de las revistas–, esta semana hizo una excepción y, de la mano de su amor, Ignacio Castro Cranwell (47), dijo presente en la apertura de la tienda Sunglass Hut en Alcorta Shopping, una firma que vende anteojos de sol de marcas como Bvlgari, Dolce & Gabbana, Emporio Armani, Michael Kors, Ray-ban, Prada y Versace, entre otras. Elegante como siempre, posó para los fotógrafos que la esperaban en el local –el anuncio de su visita había generado expectativa mediática– y se probó distintas gafas.
Completamente alejada de la escena política tras su separación del ex gobernador bonaerense Daniel Scioli, hace casi cuatro años, hoy está dedicada ciento por ciento a su actividad como empresaria (sigue al frente de sus líneas de anteojos, cremas y perfumes) y a su vida en pareja con Castro Cranwell. Así, tras haber disfrutado juntos de una escapada de fin de semana a Villa La Angostura –lugar que los dos adoran– con los hijos de Ignacio (fue justo el fin de semana de la tormenta de nieve, así que apenas pudieron esquiar un rato), planea visitar con él Purmamarca y hacer la ruta de las bodegas en Mendoza antes de fin de año.
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