Jujuy: mucho más que 7 colores en la Quebrada de Humahuaca
En la Quebrada de Humahuaca, muchos de los restaurantes y comedores funcionan en las casas y son atendidos por familias enteras. Conocemos a las cocineras de Maimará y salimos en busca de la humita perfecta. Recorremos los pueblos menos difundidos, descubrimos enclaves mágicos al pie de los cerros y sumamos un par de desvíos, como una vuelta por la puna y el Pueblo Auténtico de San Francisco de Alfarcito. ¿Qué comprar? Orfebrería y tejidos que los quebradeños realizan en forma artesanal para los viajeros.
Lagunas de altura
Una zona verde anticipa la Quebrada de Humahuaca apenas se sale de San Salvador de Jujuy: es el Parque Provincial Potrero de Yala, a solo 28 km de la ciudad. Se trata de la primera área protegida de la provincia. Fue creada en 1952 y se caracteriza por su relieve quebrado y sus seis lagunas de altura a 2.200 msnm que bien valen una visita.
Bici-travesías inolvidables
Las bici-travesías representan plan ideal para los visitantes aventureros, con ganas de sentir el paisaje en la piel. Las excursiones en mountain bike se realizan desde la Quebrada de Humahuaca a las Yungas y son asistidas por guías que revelan secretos de cada zona y que van parando a saludar vecinos que siempre suman detalles enriquecedores al itinerario. "Jujuy en bici" (Belgrano 472, Tilcara) es el punto de partida a esta aventura y uno de los lugares más accesibles que se puede visitar pedaleando es Juella, un pequeño poblado de 300 habitantes que se encuentra ubicado a, 6 km hacia el norte. No es un pueblo turístico clásico, se trata más bien de una postal del interior del norte argentino. Su atractivo principal es su Pucará, su fortaleza, que a diferencia del Pucará de Tilcara no ha sido reconstruida. Aquí se puede apreciar cómo vivían los los omaguacas, así como también el paso del tiempo.
Autenticidad norteña
En la puna, a 170 km de San Salvador de Jujuy, a 105 km de Purmamarca y cerca de las Salinas Grandes, San Francisco de Alfarcito, con sus apenas 160 habitantes y pocas cuadras, es también una de esas joyas de autenticidad. De hecho, junto a Purmamarca, forma parte del programa Pueblos Auténticos, una iniciativa que lleva adelante la Secretaría de Turismo de la Nación para promover el desarrollo turístico en pequeñas comunidades de nuestro país, poner en valor la identidad local y revalorizar el patrimonio natural y cultural.
San Francisco de Alfarcito está constituido por la comunidad aborigen coya-atacama que vive en casas de piedra y techados con waya, es decir, de barro y paja. Su actividad económica es la cría de ovejas y llamas y las decisiones del pueblo se realizan en forma conjunta, preservando así las antiguas tradiciones. Actualmente, hay dos posadas familiares y una posada comunitaria. También hay dos comedores, uno es el Chucarrillo, donde el dueño Humberto canta coplas a los turistas mientras brinda el servicio. Fue el primer comedor familiar del pueblo. Dicen que si se come en uno de lo comedores, al día siguiente hay que comer en el otro, para que todos participen de esta nueva apertura a los visitantes.
Walter Leal es chef y nació en la provincia Jujuy. Lleva más de quince años investigando sobre cocina andina y gracias a esta trayectoria, que plasma en su proyecto "Maima, laboratorio & resto", ha obtenido premios en circuitos importantes como el francés. Él es uno de los fundadores del movimiento "Cocina Andina", y está convencido de que en poco tiempo, la provincia comenzará a reconocerse como lo que es: una capital gastronómica del mundo. "Jujuy tiene una cocina que no está influenciada para nada, y contiene tantos biosistemas, que me atrevo a decir que ofrece la misma variedad en productos que un país entero como Perú", revela. "Este último tiempo hemos sido lo suficientemente inteligentes como para valorar y como para atraer un tipo de turismo, tanto interno como extranjero, que lo valora y sabe que este es un destino realmente rico, en absolutamente todos los sentidos de la palabra", asegura.
Al este de la Quebrada de Humahuaca, localidades pequeñas como Santa Victoria Oeste, Suripujio, Lizoite o Vizcachani, proponen un viaje signado por su gente y sus tradiciones. En la Cordillera Oriental y sus valles de transición, hay poca señal de celular y una manera de vivir muy diferente a la que llevamos en la ciudad. Llegamos a Suripujio y nos encontramos con los miembros de la comunidad arreando vicuñas.
La incansable búsqueda de la mejor humita
Resulta un desafío enorme, y tal vez injusto, proponerse buscar la mejor humita de Jujuy, pero para muchos funciona como una gran excusa en definitiva, para ir probando todas las que pueden. La buena noticia es que en la provincia, no es difícil dar con este manjar: ya los que venden las señoras en las calles son deliciosos, y muchos aseguran, los mejores. Pero si se trata de sentarse a cenar, entonces en Tilcara, hay que tener en cuenta La Peña de Carlitos (Rivadavia, Y4624) y en Humahuaca, el restaurante Pinocho (Buenos Aires 450). Dicen, después de todo, que quien saborea el choclo jujeño recién cosechado durante enero, febrero o marzo, no querrá comer otro nunca más en la vida. Los amantes de este plato deben agendar una fecha: alrededor de la tercera semana de enero, a 170 kilómetros de la capital jujeña, en Vinalito, se realiza el festival de la Humita. La ubicación es inmejorable. En este poblado del departamento de Santa Bárbara, la actividad económica dominante es la producción de choclos, de hecho, hay más de 250 familias abocadas a eso que conocen todos sus secretos.
Souvenirs con mucho amor
Los tejidos norteños tienen una alta capacidad de abrigar y también una calidez especial que se comprende mejor cuando se visitan los lugares a donde son producidos. En Alfarcito, el taller "Flor del Viscular y las Águilas" ofrece la oportunidad de conocer el proceso del hilado y tejido de lana de llama de la mano de la comunidad de mujeres que allí trabaja. El proyecto está a cargo de Ernestina Alejo, que a su vez tiene un local en Purmamarca, donde también vende las artesanías que se hacen en Alfarcito. En Tilcara, visitar el taller-museo-escuela de cerámica del artista Haro Galli, llamado Utama (Belgrano 425) es sumergirse en una gran lección de artes plásticas que brinda además, la posibilidad de volver con una pieza única. En Volcán, la feria campesina de artesanías funciona en el antiguo galpón ferroviario.
Antropología culinaria
Maimará es un destino que se encuentra ubicado al margen de la ruta nacional 9 y a orillas del río Grande, a 6 km hacia el sur de Tilcara. Aunque la Paleta del pintor, un paisaje soñado, y el cementerio de Maimará, con su costumbre de adornar con flores secas y adornos de colores, resultan sus platos fuertes, el atractivo gastronómico no se queda atrás. Esta zona concentra la mayor producción de vegetales y frutas de toda la Quebrada de Humahuaca, entre los cuales se puede destacar las diversas variedades de papa que aquí se producen. En Maimará la antropóloga y chef Mercedes Costa brinda clases de cocina andina con condimentos de historia, Ramona Sajama enseña a preparar queso de cabra y Amelia Janco recibe a comensales en una enorme casa rodeada de viñedos..
Siempre Purmamarca
Destino inevitable por ser uno de los más lindos que guarda la Quebrada, hay que tener en cuenta que el pueblito recupera su tranquilidad muy temprano de mañana, o recién a las siete de la tarde, cuando se retiran los puesteros que rodean la plaza, y con ellos, los visitantes. A la infaltable selfie con el Cerro de los Siete Colores le sumamos el paseo de Los Colorados, un clásico que también se volvió ineludible. El recorrido –20 minutos en auto, más de una hora a pie– se interna en los impresionantes cerros rojos que enmarcan el poblado.