Juan Gatti: el artista de Almodóvar
Artista plástico, creativo irredimible, hizo los afiches de las películas del realizador manchego y fue director de arte de las revistas de moda top. Además, creó las mejores tapas del entonces incipiente rock argentino. De paso por Buenos Aires, habla con la Revista de sus triunfos
Como diría Ultraviolet, musa de Andy Warhol, "si te acuerdas demasiado de lo que pasó en los años 70... es que no estuviste allí". Juan Oreste Gatti recuerda lo necesario de aquellos años en los que se desempeñaba como artista plástico "oficial" de la primera juventud rockera de la Argentina, que por entonces podía reunir en una misma y pequeña habitación a Luis Alberto Spinetta, Norberto "Pappo" Napolitano, Charly García, el dibujante Daniel Melgarejo, el productor Jorge Alvarez, Billy Bond y Javier Martínez. El hombre no sólo estuvo allí, sino que sus obras definieron la estética gráfica del iniciático rock argentino de los 70 y decoraron las psicodélicas piezas de toda una generación.
Recostado en un sillón de una habitación señorial con vista a la plaza San Martín, en Retiro, Gatti acepta el desafío de recordar años vividos sin límite, aunque lo que más le interese sea hablar del presente, conmocionado aún por el Premio Nacional de Diseño 2004, que acaba de recibir en Barcelona.
Un recorrido por su vida y su obra, ajustado a la tiranía del impacto del periodismo contemporáneo, podría señalar: es argentino, artista plástico, íntimo amigo de Pedro Almodóvar y creador de la estética gráfica de todas las películas del director manchego. En cine, además, trabajó para John Malkovich, Fernando Trueba y Alex de la Iglesia, entre otros; y en el mundo de la moda, en tanto, estuvo ligado a nombres tales como Lagerfeld, Sybilla, Loewe, Chloé o Benarroch. Su trabajo es comparado con el de Saul Bass y Peter Saville, hizo las mejores tapas de rock de los años 70 en Buenos Aires, participó activamente de la vanguardia artística madrileña de los 80, fue director de arte de las revistas de moda top del mundo en los 90 y en la actualidad es considerado en España "el abuelo underground" del diseño.
"De alguna manera, creo que he aportado una estética a movimientos en gestación, donde todos los creadores hacen de vasos comunicantes", sostiene y dispara un diálogo que atravesará décadas y océanos sin ningún tipo de control, de la misma forma desaforada en que estalla su arte desde hace más de tres décadas.
Madrid, 1981
"Cuando llegué por primera vez a España, me encontré con un espíritu parecido al que había en Buenos Aires; veía que estaban haciendo una historia que había visto nacer aquí, con el rock. La diferencia fue que en la Argentina, en general, la gente sabía tocar y en España no… Pero la actitud era la misma. Los españoles fueron incluso más inconscientes: subían a un escenario sin haber agarrado una guitarra en su vida. El argentino con eso es más pudoroso; además, en aquel espacio, el punk estaba creciendo y la actitud de la gente con respecto a la música había cambiado."
Por esos días, Gatti se involucró con un grupo de jóvenes artistas (fotógrafos, músicos, videastas, escritores, directores de cine) y hasta filmó videos para los emergentes Miguel Bosé y Alaska. Allí conoció a un aniñado Almodóvar que estaba a punto de redefinir el concepto pop de la España felipista. "Creo que la unión entre el cine y la gráfica que logramos con Pedro tiene un poco que ver con que tenemos la misma edad, que formamos parte de un mismo movimiento, que sentimos y vemos la vida de una forma parecida… Incluso con el hecho de que los dos seamos solteros", dice y sonríe.
De Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) a Tacones lejanos (1991) y de Hable con ella (2001) a la última y sombría La mala educación (2004). Afiches, títulos y créditos por Juan Gatti. "Con Pedro hemos tenido una evolución pareja. Para La mala educación, que fue un trabajo bastante difícil, él tenía esa idea en la cabeza desde hacía tiempo y una vez que la concretó se asustó un poco. Había diseños de afiches y de créditos que eran más arriesgados, pero le dio un poco de temor de que aquello colaborara a centrar el análisis de la película sólo en los curas y la pederastia. Y tampoco quería meterse mucho con la religión, ¿sabes qué te digo? Partiendo de esa base, a mí me interesa ser coherente con el tono de las cosas, de una película, de un disco, de lo que sea. En Tacones lejanos, el personaje Amanda Gris en un momento dice que es una escritora de novelas rosas, pero después asegura que no puede escribir más ese tipo de novelas porque ve la vida en negro. Y eso es un poco lo que le está pasando a Pedro. Cuando apareció era como más frívolo, salía más, pero cada vez se puso más introspectivo y fue pasando de la comedia al drama. A mi trabajo le ocurrió lo mismo."
Buenos Aires, 1973
Un collage con calcomanías para Billy Bond y La Pesada (Vol. 4); la primera tapa triple del rock nacional para Crucis (Crucis); un disco que no encaja en ninguna batea para Pescado Rabioso (Artaud); el Señor Tijeras, la familia de un tal Mr. Jones y un tango en segunda para Sui Generis (Instituciones). Con la chapa de artista ligado al Instituto Di Tella, Gatti se relacionó con la bohemia porteña casi sin darse cuenta. "Fue una etapa absolutamente heroica y creo que ninguno de nosotros tenía noción de que estábamos produciendo un hecho histórico… Por ahí Luis Alberto (Spinetta) tenía eso en la cabeza, porque era tal vez más épico, pero básicamente éramos inconscientes. Y valientes, porque todo el mundo hacía lo que quería y lo hacía sin ningún tipo de red. Nadie pensaba en que se estaba construyendo el gigante que hoy es el rock nacional."
–¿Fue casualidad entonces?
–No sé, pero te aseguro que no fue algo programado por una cosa de marketing, sino una movilización de gente detrás de una gran inconsciencia. Ahora es distinto: el fenómeno musical está programado y todos buscan la fórmula que refleje lo que pide el mercado. El secreto de la música se ha convertido en saber qué funciona en determinado lugar.
–¿En la gráfica ocurre en cierta forma lo mismo?
–Dentro de la gráfica existe un fenómeno de tendencias, de modas. Se usa tal cosa y todo el mundo hace lo mismo, ¿sabes qué te digo? Hay una especie de estética globalizada, por la información y todo eso. A mí me gusta buscar referencias en revistas antiguas de gráfica. Me gusta experimentar; en mi trabajo soy como un científico loco, que está todo el día inventando. No me gusta tener demasiada información; me interesa más desarrollar algo propio.
Barcelona, 2005
"El Premio Nacional de Diseño servirá, sobre todo, para que el público en general conozca y disfrute de la obra y del extraño carisma de Juan Gatti, uno de los talentos más prolíficos y versátiles de España en cualquiera de sus expresiones artísticas. Y más que en cualquiera, en casi todas." Tales las palabras del diario español El Mundo cuando Gatti fue galardonado, por intermedio del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, por "la personalidad que a lo largo de su carrera le ha sabido dar al ejercicio de la profesión gráfica. Su trabajo se destaca por una gran sensibilidad y por un valor cultural que trasciende su probada solvencia profesional".
Por si los halagos se quedaran cortos, la edición reciente del libro Movie posters, que señala que el trabajo conjunto realizado por Gatti y Almodóvar es sólo comparable, en la historia del cine, con el que llevó a cabo la dupla Saul Bass-Alfred Hitchcock, quizá permita una dimensión un poco más acabada de lo que ha producido alrededor del mundo este artista argentino. "A mí me pareció una exageración –agrega Gatti, casi vergonzoso–. Los premios y el prestigio siempre me han parecido algo absurdo. Cuando te dan un premio te parece que se lo tendrían que dar a Madame Curie, una tipa que se quema las pestañas en un tubo de ensayo. La verdad es que me parece irrisorio haber vivido de lo que más placer me da."
¿Buenos Aires 2006?
Venerado tanto por los diseñadores de última generación (Alejandro Ros, el tapista oficial del rock de los 90, guarda como tesoro una copia original de la portada del disco Artaud) como por los artistas plásticos "del palo" (Rocambole, el hombre detrás de la gráfica de los Redondos, dice: "A partir de su obra fue que me puse a trabajar en el tema"), Juan Gatti está pensando en volver al país más a menudo. "Estuve ocho años sin venir, durante toda la época de Menem. Veía que Buenos Aires se estaba transformando en una Miami de cuarta. Hace un par de años, los amigos que todavía viven acá me tentaron y terminé comprando un departamento con la idea de pasar más tiempo aquí. Porque, a pesar de que llevo más de veinte años viviendo en el exterior, sigo extrañando la comida, los humores, y siempre me he sentido un poco extranjero, ¿sabes qué te digo?"
–Quizás hasta vuelva a trabajar para un grupo de rock argentino…
–¿Por qué no? Hacía mucho que no hacía una portada y acabo de terminar una en España, de un grupo que se llama Las Nancy Rubias, unas travestis punks que son un disparate. Ahora, dime tú, ¿qué hace un viejo como yo de 54 años haciendo la portada de unas chicas de 20? No lo sé, pero bueno, ellas igual me dicen: "Nosotras te queremos a vos porque sos el más moderno".
Para saber más
www.desdeabajoweb.com.ar/arte.htm
www.vogue.es/nuevas_pasarelas/29cfa7d6.shtml
Perfil
Gatti, el maestro
- El artista plástico tras la firma Rocambole, genio y figura en la gráfica de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (responsable de todas las tapas de la banda), dice sobre Juan Gatti: "Yo era un admirador de él, y creo que a través de su obra a mí me dieron ganas de trabajar en el tema. Las tapas que más me gustaron fueron las que hizo para Sui Generis, Pappo’s Blues y para el disco de Claudio Gabis. Definitivamente, Gatti les dio a las tapas de discos un carácter distinto, porque en aquella época las portadas eran un desastre."