Jorge de la Vega y las canciones del pintor
No hay más disturbios raciales, baja el dólar, sube el peso, si alguno quiere morirse debe esperar a ser viejo. Se acabó la guerra fría y empezó la de los besos, y la luna, de repente, se hizo de miel en el cielo. Y es muy fácil comprobar que es verdad lo que les cuento, pues quien canta esta canción es mudo de nacimiento. Es la hora de los magos, todo de golpe es perfecto… Como una suerte de reino del revés, el pintor Jorge de la Vega grabó los versos de "La hora de los magos" en 1968. Una visión lúcida, lúdica, delirante e irreverente de los problemas que enfrentaba la sociedad argentina de entonces, con el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía. Cincuenta años después, "La hora de los magos" suena más actual que nunca y gracias a una reedición histórica de aquel primer y único álbum de canciones de De la Vega, El gusanito en persona, que llega a los oídos de toda una nueva generación.
Lado A
Tema uno: "Proximidad". Estar cerca, aproximarse, acercarse, estrecharse y abrazarse, rozarse, bordearse y confundirse. La figura de Jorge de la Vega es reconocida en el mundo por sus pinturas, especialmente por las enmarcadas en los movimientos de la Nueva Figuración y el Pop Art, pero lo cierto es que durante los últimos tres años de su vida –falleció de un ataque al corazón a los 41 años, en 1971– había encontrado en la música todo lo que había buscado como artista y se mostraba convencido de que sus canciones lo iban a acercar a otro público, mucho más masivo que el de la elite de las artes plásticas y la intelectualidad porteña.
Así, en octubre de 1968, De la Vega finalmente presentó su música en público por primera vez, en la galería Bonino, con una invitación que anunciaba: "Jorge de la Vega expone canciones". Dos años más tarde, en la galería Carmen Waugh, el artista mostró Rompecabezas, una de sus series de pinturas más icónicas –cuadros cuadrados de un metro por un metro, en blanco y negro, que se ensamblaban entre sí–, acompañada por una acción performática en la que él mismo interpretaba sus temas en vivo, tres veces por semana. "Lo único que me llevó a hacer esto es que tenía muchas ganas de cantar al lado de mis cuadros. Seguramente, porque cuando pinto, canto; y cuando canto, pinto o me pongo a dibujar", dijo el artista sobre la que sería su última exhibición individual.
Tema dos: "La gata Teresa". Devora pan y bebe vino, traga dulce de tomate con rodajas de pepino, come peras, come uvas, come queso del más fino, como todo lo que encuentra en el plato del vecino. En cierto punto, las composiciones inclasificables de De la Vega se cruzan con las de María Elena Walsh, quien apenas unos meses antes de la salida de El gusanito en persona había debutado como cantautora para público adulto, con el espectáculo Juguemos en el mundo. Como pequeñas piezas existenciales, las canciones del artista beben tanto de la metafísica como del surrealismo, sin dejar de lado la realidad, el amor, las guerras y el mundo del arte.
Tema tres: "Rotativa". Decretose que el dinero para armamentos nucleares, desfiles y propaganda, se ha de usar, en adelante, en construcción de viviendas y obras educacionales. "Protesto cada vez que me dicen que son canciones de protesta. Lo que decía hace poco es que las canciones de protesta se llaman así no porque protesten los cantantes, sino el público que las oye, porque no le gusta nada que le digan esas cosas que le dicen los cantantes de protesta. La protesta no es eficaz, la protesta es siempre esperada... Es mucho más útil darle al público elementos para que se enjuicie a sí mismo, que se proteste él a sí mismo...".
Medio siglo después de la edición de El gusanito en persona, su hijo Ramón de la Vega está sentado en una oficina del Museo Bellas Artes de Buenos Aires y cuenta la misma anécdota en sus palabras. "Mi viejo, cada vez que le decían que él hacía música de protesta, protestaba". Ramón ríe. Está contento y se nota. Luego de quince años de búsqueda fútil de cintas y matrices originales, logró reeditar el único disco de su padre a través de un vinilo de la época conservado en óptimas condiciones. Jorge de la Vega falleció cuando Ramón aún estaba en la panza de su madre, Marta Rossi. No lo conoció, pero recuerda escuchar este disco desde que tiene uso de razón. "Cuando nací, mi viejo ya había fallecido. O sea que convivo con su obra desde que nací, pero la empecé a tocar más de grande, empecé a profundizar más en su obra. Y me estoy dando cuenta de que su música era recompleja", dice Ramón, ahora guitarrista, a punto de tocar por primera vez en público las canciones de su padre, acompañado por Marikena Monti, quien cantó junto a Jorge de la Vega estas mismas composiciones medio siglo atrás, en el espectáculo Canciones en informalidad.
Tema cuatro: "Abracadabra y etc.". "Invocar a Belcebú, Babalú y Abracadabra, hueso en polvo, talismán, enchiridón y pantagra". Con esta reedición –digital, pero también en formato vinilo, respetando el arte original hecho por el mismo De la Vega, con el texto que le dedicó Manuel Mujica Lainez y una lámina inédita con la sesión de fotografías tomadas por Oscar Bony para la portada– son varios los círculos que se cierran. "Para mí es una pieza más del rompecabezas de mi padre", insiste Ramón. "Y es lindo que estemos homenajeándolo por un evento artístico de él y no porque se cumplen tantos años de su muerte. Mi viejo estuvo muy eclipsado por la pintura que hizo, porque se dedicó a la música casi de lleno en sus últimos dos o tres años de vida. Entonces los diez años que produjo pinturas fueron tan impresionantes, que es lógico que haya pasado eso. Pero con esta reedición se le va a poder dar un poco más de valor a esa parte poética de él. Porque él tenía mucho para decir. Decía que estaba enfermo de cultura".
Tema cinco: "Diamantes en almíbar". "Bocadillos de azucena, Mink con moka del micado. Copa melba de diamantes, safari planificado, elefantes de turquesa, madreperlas al limón, los millones de orofino, la gran lucha de neón". "En 1969 nos invitaron al Di Tella para hacer un espectáculo a Jorge de la Vega, Jorge Schussheim y a mí, que se llamó Canciones en informalidad y que fue un gran suceso. Tenía mucho humor", dice Marikena Monti, lista para volver a cantar las canciones de Gusanito en persona en la terraza del segundo piso del Bellas Artes, como corolario de esta celebración de la música de De la Vega. "Creo que en el arte de la Argentina falta humor. Hay poca gente que se haya dedicado como ellos dos a escribir cosas de humor. Pero la particularidad además que ha tenido De la Vega es que ha sido un hombre que ha hablado de la realidad, de lo que pasa, de las cosas más terribles y de las más absurdas y de las mentiras y las realidades argentinas, que no han cambiado mucho desde entonces. Pero lo hizo con un estilo sutil, con una cosa de refinamiento y un manejo del idioma fantástico, con una riqueza de palabras muy grande. Eso es lo que lo hace tan interesante, más allá de sus cuadros maravillosos¨.
Lado B
Tema uno: "La hora de los magos". "Es la hora de los magos, todo de golpe es perfecto y todos por fin consiguen lo que siempre fue su sueño". El gusanito en persona fue hasta aquí un disco de culto, una obra perdida de un pintor enorme que marcó un hito para lo que se conoció a fines de la década del 60 como la Nueva Canción Argentina, enmarcada por la producción artística que se llevaba adelante en torno al Instituto Di Tella. Un disco que a pesar de ello logró instalarse en ciertos círculos intelectuales e inspiró a gente como Andrés Calamaro, que por estos días realiza un programa de radio diario, transmitido online por FM La Patriada, con el nombre La hora de los magos, y también a Florencia Ciliberti, compositora, cantante y artista visual conocida como HaNa, que hace dos años creó el sello Otras Formas, desde donde edita exclusivamente discos de artistas visuales que hacen música. "La idea era visibilizar la obra contemporánea de un montón de artistas plásticos de gran trayectoria que tenían proyectos musicales sólidos. En el mundo del arte la música y el sonido son una herramienta, pero estos artistas tenían el objetivo de la canción, con un formato más del mundo de la música".
Mientras Ramón buscaba las cintas originales de aquel disco perdido de su padre, HaNa buscaba al dueño de los derechos de las canciones de Jorge De la Vega para incluir una de ellas en su primer compilado de artistas visuales, en el que ya estaban involucrados artistas como Dani Umpi, Juan Becu, Alfredo Prior y Lola Granillo, entre otros. "Nos encontramos y nos entusiasmamos mutuamente con poder hacer esta reedición", cuenta Ramón.
Tema dos: "El gusanito". El gusanito va paseando y en el pastito va dibujando un dibujito que es igualito al gusanito. Antes de ser grabada, "El gusanito" era una suerte de hit en el mundillo del arte porteño con su estructura circular, que el historiador y ensayista de música popular Sergio Pujol llegó a comparar con un cuadro de Escher. "Fue lo más cercano a su pintura que De la Vega compuso. No casualmente, Jorge Romero Brest y Manuel Mujica Láinez afirmaron que "El gusanito" debía ser declarado el himno de las bellas artes en la Argentina", escribió Pujol unos años atrás.
Tema tres: "La jaula". Y exclamó por Dios, ¿qué es esto? ¡Qué falta de seriedad! Y así anda el mundo que aún dejan canarios en libertad. Sus letras siempre estuvieron ligadas a la ironía, el juego y el absurdo, pero también a la crítica impiadosa. "Mucha gente que se perdió de conocerlo hoy podrá escucharlo con esta reedición", insiste Marikena, la cantante que se ocupó de mantener vivo el repertorio de De la Vega por más de cuarenta años. "Sería bueno que la gente joven empiece a ver que en la música popular se pueden decir cosas, además de escribir canciones para bailar. De la Vega escribió letras maravillosas en las que ataca al establishment con una construcción poética increíble. Y lo hizo con mucho humor. Creo que acá, en el arte, falta humor. Poca gente se ha dedicado como él a hablar de la realidad con humor". En la aparente estructura simple y lúdica de las composiciones de De la Vega existe una profundidad y una complejidad asombrosas. "Yo emparento su obra musical con la primera época de su pintura, cuando empezó a despegarse de los retratos e hizo arte cubista: esos cuadros tienen un nivel de complejidad impresionante", completa Ramón.
Tema cuatro: "Están ocurriendo cosas". Preguntá a la autoridad y se te encarcelará. Están ocurriendo cosas que ni en broma comentamos y en la pileta del mundo, las dos manos nos lavamos. El sello Otras Formas que dirige HaNa encontró en De la Vega su inspiración. "Él estaba todo el tiempo hablando de la canción, de cómo llegaba a la gente, plantaba la canción y la música de la misma manera en que yo la sentí siempre", asegura HaNa, que por estos días prepara el segundo volumen del compilado de artistas visuales que hacen música, mientras acaba de editar el debut discográfico de Roberto Jacoby. "Jacoby escribió muchas letras para Virus y para otros músicos, pero nunca había cantado. Que a los 80 años decida hacerlo y que coincida con la reedición del disco de De la Vega es muy simbólico".
Tema cinco: "El gusanito en persona". "Y al presentarse así, vestido de sí mismo, desbordante de optimismo, nos hace reflexionar que el gusanito en persona es diferente de casi toda la gente que hay en la vida real. La reedición de este disco descatalogado durante décadas fue presentada en sociedad en el Bellas Artes, acompañada de la primera muestra de Jorge de la Vega dedicada exclusivamente a la música (incluyendo la proyección de una entrevista televisiva, en la que el artista cuenta que estaba trabajando en versiones electrónicas de sus canciones, convirtiéndose así en una suerte de pionero de la música electrónica en el país) y de un miniconcierto al que asistieron tanto su viejo amigo Luis Felipe Noé como los Babasónicos. "Jorge estuvo absolutamente adelantado a su tiempo –concluye Marikena–. Él pintó la Argentina que vino después de los años 70, la de la noche negra y todo lo demás. Se anticipó y eso está en sus cuadros. Es lo que pasa con todos los grandes artistas. Por eso lo maravilloso que tienen estas canciones es que siempre van a ser verdad y hoy nos empujan a levantar la cultura en la Argentina".
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