"Si hoy alguien se metiera en mi cabeza, no encontraría otra cosa que trabajo”, confiesa John Malkovich, y descarta aquella fantasía que Spike Jonze alimentó en la película de culto ¿Quieres ser John Malkovich?
Sin intermediarios, atiende el teléfono desde la habitación de un hotel en Londres, ciudad en la que el pasado 16 de septiembre estrenó Good Canary, su primera obra como director, en el West End.
De pocas palabras y hablar pausado, el actor se entusiasma al comentar su presentación en Buenos Aires, viernes, sábado y domingo próximos, en el Teatro Coliseo. En An evening with John Malkovich se atreverá a penetrar los rincones más oscuros de la mente del delirante y paranoico personaje que Ernesto creó en Informe sobre ciegos [texto autónomo y a la vez capítulo emblemático de Sobre héroes y tumbas]. Junto con la pianista Anastasya Terenkova, Nina Kotova en el cello y acompañado por una orquesta en vivo, Malkovich se internará en una perturbadora atmósfera por la que desfilarán las obsesiones más personales del escritor argentino: locura, incesto, destino, misterio, Dios y metafísica.
Me considero un canalla y no tengo el menor respeto por mi persona. Soy un individuo que ha profundizado en su propia conciencia, ¿y quién que ahonde en los pliegues de su conciencia puede respetarse? Al menos me considero honesto, pues no me engaño sobre mí mismo ni intento engañar a los demás […] Soy un investigador del Mal, ¿y cómo podría investigarse el Mal sin hundirse hasta el cuello en la basura? […] Yo no he dicho en ningún momento que sea un buen sujeto: he dicho que soy un investigador del Mal, lo que es muy distinto. Y he reconocido, además, que soy un canalla. ¿Qué más pueden pretender de mí?, confiesa Fernando Vidal Olmos, el protagonista de esta odisea a los infiernos que tanto cautivó al reconocido actor norteamericano.
¿Cómo llegó a tomar contacto con la obra de Ernesto ?
No recuerdo bien cómo. Lo leí hace 15 años aproximadamente y me impactó de tal manera que pensé en llevar al cine Informe sobre ciegos. Trabajé en la adaptación por varios años, pero no es un libro fácil. La adaptación que hicimos era intensa, pero finalmente la perdimos. Quizá en algún avión, en algún aeropuerto. Esa idea quedó en el olvido, como un pendiente, hasta que conseguimos hacer este trabajo, en el que se combinan todas las piezas, la música, el texto. Cuando escuché el concierto para piano y cuerdas del compositor ruso Alfred Schnittke me transporté a la obra de . Es impresionante y tan sugerente que se adapta al ambiente paranoico del texto, tan de nuestro tiempo.
¿A qué se refiere?
Hoy los tiempos son tanto onerosos e hilarantes. Literalmente el mundo parece ser gobernado por ciegos que no quieren ver, lo que lo hace aún más patético y doloroso. Está latente el temor de que seamos guiados por ciegos y creo que esa es una buena metáfora en varios niveles.
En reiteradas oportunidades sostuvo no creer en la política ni en la religión. Sin embargo, en Informe sobre ciegos se mete con ambas.
No creo en ninguna, ni en la política ni en la religión, soy muy feliz sin ningún dogma. La obra puede explorar sobre ellas libremente y eso es lo maravilloso del teatro y del texto.
¿Qué opinión tiene sobre Donald Trump?
Ninguna.
El espectáculo An evening with John Malkovich se presentó en las ciudades de Seúl, Londres, Berlín y Helsinki. “Tenemos muchas ganas de hacerla en Buenos Aires”, se entusiasma.
¿Qué expectativas tiene?
¿Expectativas? No tengo expectativas, porque uno nunca sabe cómo puede reaccionar la gente, y eso es parte del teatro también, lo que lo hace tan especial, tan único. Sí espero que suceda algo, porque Buenos Aires tiene tanto que ver con Ernesto Sabato y con esta obra. Estoy muy interesado en descubrir cómo será recibida.
¿La música aparece en su vida como un lugar de experimentación?
La música tiene en mí una gran influencia, es un motor que me impulsa. Este será mi octavo, noveno trabajo con intérpretes de música clásica.
Pero no sólo la música clásica motiva a Malkovich.Participó de Phenomenal, el ambicioso corto musical de Eminem, y editó, en noviembre pasado, un disco llamado Like a Puppet Show, una iniciativa integrada por su buen amigo fotógrafo Sandro Miller y el compositor Eric Alexandris. El foco de este trabajo está puesto en el spoken word, una especie de perfomance poética que utiliza elementos musicales, teatrales y cuya vedette es la entonación, el ritmo. Like a Puppet Show cuenta con once canciones de las que participaron Placebo, The Dandy Warhols, Dweezil Zappa y Dolores O'Riordan [The Cranberries]. Su primer corte fue Cryolife 7:14 A.M., donde Malkovich recita la Alegoría de la caverna de Platón acompañado con la voz de fondo de Yoko Ono y el piano de su hijo, Sean Lennon.
“Yoko es brillante, interesante y muy enigmática –confesó el actor a la revista Rolling Stone–. Ha vivido tanto, fue testigo de varios cambios culturales y todavía sigue haciendo cosas. Tengo un gran respeto por las personas que hacen.”
Y si hay alguien que hace, es el propio John. Sus inquietudes lo llevan a ir siempre un poco más allá. Por eso sorprende con proyectos como el de Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los Maestros fotográficos, en el que el actor interpretó para la cámara de Sandro Miller a iconos cinematográficos y culturales, como el Che Guevara, Andy Warhol, Marilyn Monroe, Salvador Dalí y la mítica portada de la Rolling Stone de Lennon y Yoko.
Con Sandro Miller mantiene una relación muy creativa, un cruce más que interesante entre la actuación, la fotografía y el cine.
Es cierto. Hemos hecho varias cosas juntos. Siempre estoy dispuesto para lo que Sandro tiene en mente. Ahora tenemos entre manos el estreno de Psychogenic Fugue [se presentó recientemente en Los Ángeles]. Estamos muy entusiasmados con este proyecto.
Cómo no estarlo. Si Sandro Miller empujó a Malkovich a transformarse en los siete personajes más populares de David Lynch: Frank de Blue Velvet; Dale Cooper de Twin Peaks; el mismísimo The Elephant Man e incluso la señora del radiador de Eraserhead [para ver los cortos es necesario ingresar a la página playinglynch.com y realizar una donación a la Fundación David Lynch].
Si le hubieran dado a elegir, habría sido un lanzador de béisbol profesional. Pero no era lo suficientemente bueno y se dejó tentar por el teatro. Una idea que al principio le resultaba bastante estúpida, pero que finalmente no lo fue y que lo llevó a renunciar a un camino que ya estaba marcado, el de seguir una carrera relacionada con el medio ambiente. A los 19 años dejó su ciudad natal, Benton, Illinois, para iniciar sus estudios, que se ajustaban a una clara herencia familiar. El padre de John era un reconocido conservacionista, por lo que buena parte de su infancia la pasó en el bosque, apreciando la belleza natural y conquistando las aguas del río Ohio a bordo de una canoa.
Realizó cerca de cien películas, integra desde hace cuarenta años la Compañía de Teatro Steppenwolf y es dueño y diseñador de su propia línea de ropa masculina, Technobohemian; tiene un restaurante, Bica do Sapato, en el tradicional Barrio Alto de Lisboa, y un viñedo al sur de Francia que lleva al frente junto con su mujer, Nicoletta Peyran. “Tengo tantos objetos de interés que si no me hubiera dedicado a la actuación, no sería infeliz.”
¿Siempre fue tan inquieto?
Me considero una persona productiva, inquieta. No se trata de ser el mejor, sino de hacer lo que sea que estés haciendo, lo mejor posible.
Así encaró su vida, haciendo lo mejor posible en cada uno de los terrenos que exploró. “En casa se suponía que todo lo que uno hacía lo debía hacer bien o no tenía sentido hacerlo.”
Esta no será la primera vez que Malkovich pise la ciudad porteña. Hace tres años la recorrió como buen turista. Disfrutó de sus comidas, de sus vinos y de sus librerías.
¿Se considera un buen lector?
Solía serlo. Leía mucho, sobre todo cuando era joven. Curioseaba. Hoy siento no poder hacerlo, lo lamento, no tengo ese tiempo en el que me atrevía a buscar, a descubrir a diferentes autores.
Usted se psicoanalizó durante mucho tiempo. ¿Esto influyó en su vida y en su manera de actuar?
Mucho, influyó en mi manera de encarar la vida y también en cada interpretación. El psicoanálisis marcó tanto mi vida como mi trabajo.
La Argentina es uno de los países con más psicólogos per cápita, ¿lo sabía?
No, qué dato curioso.
Imagino que como buen catador de vinos aprovechará esta segunda visita para seguir degustando.
Tienen una muy buena variedad local, conozco muchos vinos argentinos. En estos días, por supuesto, seguiré disfrutando y descubriendo.
¿Qué vinos produce con su bodega LQLC [llamada así por la combinación de los nombres del viñedo Les Quelles y Lacoste, el pintoresco pueblo de montaña donde se encuentra]?
Producimos en cantidades minúsculas cabernet sauvignon, pinot noir y un rosado de cabernet [se venden en California, Rusia y Polonia].
Mide cuidadosamente sus palabras y sus respuestas pecan de ser precisas, sin adornos. Considerado un gran actor camaleónico, Malkovich ha trabajado con directores de la talla de Manoel de Oliveira, Volker Schlöndorff, Michelangelo Antonioni, Paul Newman, Steven Spielberg, Peter Yates, Stephen Frears, Jane Campion, los hermanos Coen, y también ha puesto el cuerpo a villanos que quedaron en la memoria colectiva como En la línea de fuego, además de participar en películas olvidables.
“Muchas veces son más interesantes las personas que están detrás del proyecto, que la película misma –reconoce el actor–. El personaje puede ser desafiante y no necesariamente el film puede resultar bueno. Francamente, cada vez es más difícil encontrar buenos guiones, buenas propuestas y la diversión está en los retos.”
En 2002 estrenó Pasos de baile, su debut como director ¿Tiene interés en volver a dirigir?
Lo he intentado. Como actor todo es mucho más fácil. Sí, produje varias películas. Tuve varios proyectos a punto de dirigir, pero por distintas razones no salieron. No lo descarto, soy consciente de que requiere de mucho tiempo y energía. Por eso me gusta el teatro, todo es más simple. Elegís el texto, pensas cómo llevarlo y lo hacés.
Siempre encuentra la excusa para volver a los escenarios.
Uno puede volar. El teatro es vivo, orgánico, es libre, es efímero como la vida. Uno está ahí, en cambio los personajes en el cine son una cosa fija. Nunca abandoné el teatro, intento siempre hacer algo, ya sea como actor, director o productor. El teatro es mi hogar, es el lugar donde me siento más cómodo, por eso encuentro siempre la excusa perfecta para volver a mi primer amor, ya sea al teatro más puro, a la ópera, o a la propuesta que vamos a hacer en Buenos Aires, donde el texto y la música se combinan a la perfección.
En el último Festival de Cannes presentó simbólicamente 100 Years, The Movie You Will Never See, la película dirigida por Robert Rodriguez que recién verá la luz en 2115, ya que permanecerá guardada en una caja de seguridad especial que se abrirá automáticamente una vez completado el plazo. “Me interesó el proyecto y por eso preferí involucrarme no sólo actuando sino también escribiéndolo –comenta–. Es interesante imaginar la reacción de quienes la vean en un futuro.” Mil invitados de todo el mundo ya recibieron la cita al estreno del film. Será el 18 de noviembre de 2115, en la Casa de Louis XIII en Cognac, Francia. La invitación pasará de generación en generación.
Su regreso a la televisión será con el drama Humboldt, inspirado en el best seller Emily Brady Humboldt: Life on America's Marijuana Frontier [algo así como La vida en la frontera de la marihuana en Estados Unidos]. The Hollywood Report publicó recientemente que Malkovich será el protagonista y productor ejecutivo de esta producción, tras su participación en Crossobones, la serie que fue cancelada y en la que interpretó al pirata Barbanegra. “El de Humboldt es un gran proyecto, con un muy buen guión. Espero poder hacerlo.”
En la actualidad, 26 estados norteamericanos permiten el uso medicinal de la marihuana. Washington, Oregón, Alaska y Colorado admiten el uso recreativo en un mercado regulado. ¿Qué opinión le merece la legalización de la marihuana?
No la consumo, pero creo que está bien. No veo por qué el alcohol y el cigarrillo son de consumo libre y se criminaliza el uso de la marihuana. Soy fumador y empecé a beber ya de grande, en mis 30.
Suele decir que no mira la vida desde el espejo retrovisor y que por eso insiste en mantener la mirada siempre hacia adelante, llevando consigo el aprendizaje de lo vivido y de lo compartido. “Cada hombre es árbitro de sus propias virtudes”, parafrasea el pensamiento que William Faulkner inmortalizó en El ruido y la furia, y que abraza como si se tratara de un apostolado.
1953
Nació el 9 de diciembre en Illinois, Estados Unidos. Tiene tres hermanas y un hermano. En la actualidad está casado y tiene dos hijos
1976
Junto a Joan Allen, Gary Sinise y Glenne Headly fundó la Compañía de Teatro Steppenwolf. Se mudó a Nueva York en 1983 y empezó a trabajar en Broadway
1984
Debuta en el cine con En un lugar del corazón y es nominado al Oscar. Diez años más tarde, fue nominado por En la línea de fuego
1988
Con el film Relacionas peligrosas, de Stephen Frears, consiguió el espaldarazo definitivo. En 2002, debutó como director de cine con Pasos de baile
2014
Junto al fotógrafo Sandro Miller sorprendió con las imágenes de 24 íconos. Recientemente se puso en la piel de los personajes más populares de David Lynch
El futuro
No para de filmar. Pronto lo veremos en Dominion, que narra los últimos días del poeta Dylan Thomas; la comedia Wilde Wedding, que lo volvió a unir con Glenn Close; el drama fantástico Valley of The Gods y el proyecto televisivo Humboldt