Con los pies en la arena y un mate en la mano, Jimena Buttigliengo (35) mira cómo corren sus hijos, Willy Andrea y Lynda Rose (2), cerca de la orilla del mar. Hace apenas unos días España levantó parcialmente la cuarentena –decretada en marzo durante la pandemia del Covid-19–, por lo que aprovecharon para "salir a dar una vuelta" por los alrededores de su hogar temporario en Ibiza.
Si bien la modelo y su pareja desde hace cuatro años, Willy Rizzo (35) –un reconocido desarrollador inmobiliario e interiorista francés– viven en Londres, desembarcaron en Ibiza para cerrar unos trámites y la orden de aislamiento los sorprendió. Instalados en la casa de un matrimonio amigo alemán, la familia Rizzo-Buttigliengo espera con paciencia que la situación mejore en Londres para volver finalmente a su casa. "Hace dos meses que estamos acá y creo que nos vamos a quedar hasta junio. Después de ver que en Londres morían ochocientas personas por día me dio pánico, sobre todo teniendo hijos chicos. Sé que no corren tanto riesgo pero igual, la sensación de inseguridad está muy presente... Y la realidad es que acá me siento como en casa. Hay muchos argentinos, se habla en español y es como estar en Punta del Este", confía la cordobesa.
–¿Qué te dejó esta experiencia?
–Esta cuarentena la viví como un tiempo para disfrutar más a mis hijos y a mi marido y al mismo tiempo tratar de conectarme más conmigo y con mi creatividad. Por ejemplo, ahora estoy copada porque de una galería de Buenos Aires me pidieron hacer un collage y también me llamaron de Madrid para lo mismo. Aproveché que tenía un par de revistas en casa, las recorté y el collage quedó divino.
–Contame cómo viviste el primer día de libertad...
–Fue raro y lindo al mismo tiempo. Pensá que el confinamiento significa también meterse para adentro, cada uno haciendo su propio proceso interno. Al principio me pasó que no quería salir de casa porque de algún modo ya me había acostumbrado a una cierta rutina y por otro lado, seguía sintiendo esa incertidumbre por salir y el temor al contagio que nunca se te va del todo. Creo que la vida ya no es la misma, el mundo cambió y yo cambié con él. Pero por suerte, con el apoyo de Willy, lo vivimos todo con tranquilidad y con mucha alegría también y el primer día de desconfinamiento decidimos ir a tomar un café para ver cómo estaba la gente ahí afuera. No sabés la cara de felicidad de todos.
–El mundo ahora es otro...
–Creo que nadie nunca se imaginó que esto iba a pasar y lo que íbamos a vivir. Siento que, como vos decís, estamos en un mundo distinto. Hoy los fashion weeks se están planificando en formatos digitales y eso es una de las tantas cosas modificadas por el Covid. El mundo ya no será como lo conocimos. Y esta transformación nos toca a todos. Por ejemplo, yo empecé a dar clases de yoga online, algo que nunca antes se me había ocurrido pero que me animé a hacer con mi profesora de Londres. Por eso te digo que a pesar de las cuestiones más complicadas que surgen durante la pandemia, este confinamiento obligado también nos llevó a descubrir cosas nuevas e impensadas.
–¿Cómo es convivir con dos chicos en un departamento cuyos ambientes están impecablemente armados por un decorador de interiores?
–[Risas]. Willy desde el primer momento que nos conocimos me mostró ese costado más puntilloso y nuestros hijos supieron adaptarse a eso también; aprendieron de chiquitos que al salón principal se entra sólo si estamos nosotros. De hecho, cuando vamos a otras casas y les decimos que no se metan en tal lugar, lo respetan. Entienden y saben que no se puede rayar una pared, por ejemplo. Eso sí, en su cuarto pueden hacer cualquier cosa, es su lugar recreativo y su espacio. Pero después cuando bajan a las salas compartidas, se tienen que portar bien y sacarse los zapatos. Por eso, en algún punto, doy gracias a Dios que pasamos acá el confinamiento. Porque encerrados en el departamento en Londres iba a ser un caos para todos.
–Ser madre por partida doble habrá sido todo un desafío...
–Siempre estuvo en mí el deseo de ser madre, con lo cual, cuando sucedió lo viví con mucha emoción, era como algo natural que ya llevaba en mí y que me encantaba ser. Tampoco te voy a mentir, al principio fue duro con los dos bebitos dándoles de mamar cada dos o tres horas. Ahora que ya están más grandes es otra cosa y por suerte, tengo a alguien que me ayuda, si no me volvería loca. La maternidad es intensa, pero así es el amor también, infinito.
–Hace cuatro años conociste a Willy. ¿Qué es lo que te sigue enamorando de él?
–Su personalidad fue lo que me atrapó desde el primer minuto; Willy es muy divertido y también me gusta él, físicamente, me atrae. Amo también su genio creativo, verlo trabajar es una locura; me encanta cuando me muestra una casa antes de su toque mágico y ver después el resultado es impresionante. Es realmente admirable ver en él esa pasión que le pone a las cosas que le gustan.
–Ahora que estás más liberada, ¿cualés son tus próximos pasos?
–El lockdown me empujó a generar cosas nuevas todo el tiempo. Incluso estoy a punto de participar en una película del cineasta franco-argentino Gabriel Otero. Íbamos a empezar a filmar el 14 de abril pero ahora se pasó a junio. Se llama Les Sept Vices (‘Los siete vicios’) y son siete historias donde interpreto a una madama de los años 20 de Chicago; a una galerista y una fotógrafa de los años 60. Esto es lo que más me divierte ahora, descubrirme en nuevas facetas. Y la verdad es que no me da miedo intentarlo, me gusta ser espontánea y ver adónde me lleva la vida. Si planificás mucho no sirve; porque el universo siempre te lleva a un lugar mejor.
Agradecimientos: Mía Britt (fotografía); Javier Torres (pelo); Mili Viudez (producción) y Verónica Hernán; Azul Ibiza Boutique
EL SECRETO DEL ESCRITORIO DE MÁXIMA
Hace unas semanas, la reina Máxima reveló parte de su "búnker" privado en el palacio de Huis ten Bosch donde, tal como se ve en la foto, se destaca un imponente escritorio que lleva la firma Willy Rizzo, la exclusiva marca de diseño creada por el suegro de Buttigliengo. "Lamentablemente no lo llegué a conocer porque murió en 2013. Además de ser un excelente y reconocido fotógrafo –que retrató a Marilyn Monroe, Pablo Picasso y Brigitte Bardot–, de grande sobresalió como diseñador de muebles. En todas las casas de Lenny Kravitz hay mesas de Rizzo, y Elton John también tiene una. Cuando le mandé el artículo de ¡HOLA! Argentina a mi suegra para mostrarle el escritorio de Máxima, se puso muy contenta", confía Jimena.
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