Con el objetivo de ponerse en forma para su papel en la película Hustlers y conseguir una buena actuación como pole dancer (bailarina del caño), Jennifer López (50) contrató a Johanna Sapakie, una artista con diez años de experiencia en el Cirque du Soleil, para que le enseñe todos los secretos del oficio. "Se sintió cómoda rápidamente porque estaba decidida a hacerlo bien –contó la entrenadora–. Al final del duro entrenamiento parecía que había hecho pole dance toda su vida", agregó.
Jennifer, que se tomó el asunto tan en serio como para trasladar un caño portátil a cada una de sus casas en Nueva York, Los Ángeles y Miami, corrió con cierta ventaja dado su buen estado físico –al mismo tiempo cambió su rutina de gym para aumentar su fuerza de brazos y lograr un abdomen chatísimo–, no pudo evitar los moretones en piernas y brazos después de cada jornada de práctica. "Es una de las cosas más difíciles que he hecho físicamente", confesó.
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