Lilia Adela Bolukalo Lemoine es fotógrafa y maquilladora del candidato de La Libertad Avanza; hace diez años se convirtió en una celebridad en el mundo del cosplay; será candidata a diputada
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Su verdadero nombre es Lilia Lemoine. Tiene 43 años y es una celebridad en el mundo del cosplay. Le pagan por disfrazarse de personajes de ficción, generalmente protagonistas de cómics o de películas, aunque también de otros ámbitos culturales. Viaja por el mundo, participa de convenciones, da cursos de confección de trajes y es experta en efectos especiales. Ya interpretó a más de 250 figuras. Puede ser un peluche malhumorado como Alf ó la Mujer Maravilla más sexy. Hay un juego de cartas ilustrado con 50 de sus mejores personajes que se vende por 390 pesos en Mercado Libre.
Antes de cada entrevista, Javier Milei se entrega manso a sus manos expertas en el arte del maquillaje. “Yo soy la fotógrafa y la maquilladora de Milei. Ahora, en campaña, lo sigo a todos lados. Aclaro: no manejo sus redes sociales. Solo él lo hace, por eso son tan auténticas. Sí colaboro con sus canales de youtube, javiermilei.tv y milei.app”, insiste. Lilia goza también de un extraño privilegio: es la única persona autorizada a tocarle el pelo al precandidato a diputado por Ciudad de Buenos Aires del partido La Libertad Avanza. “Apenas le acomodo algún mechón cuando hace fotos. Pero nada más. ¿Si le corto? No, para nada, ahí sólo mete tijeras su peluquero”, define.
Lilia es militante activa del partido libertario. En 2019 fue cuarta precandidata a diputada nacional por el Frente Despertar, de José Luis Espert. Tres veces debatió con Ofelia Fernández: “Nunca me voy a olvidar el momento en que hablaba de la causa feminista y le leí el tuit que escribió Alberto Fernández donde mandaba a una mujer a lavar los platos. Verle la cara fue sumamente placentero”, agrega. Pero muchos medios la descubrieron recién en agosto de 2020 cuando, en plena marcha del “17A”, le tiró tres huevazos al móvil de C5N.
Ahora, será octava candidata a diputada de La Libertad Avanza por la provincia de Buenos Aires.
-¿Cómo se convirtió en una celebridad del cosplay?
-Yo estudié ingeniería. Si bien no me recibí, siempre trabajé en sistemas. Viajé mucho, entre conferencias y bootcamps. A los 30 descubrí el cosplay, que se convirtió en mi fantasía, de lo que quería vivir, era “mi bar en la playa”. Pero no quería dejar de viajar, uno de los privilegios que tenía en mi trabajo. Sin embargo, desde que largué todo y me dedico de lleno al cosplay, viajé mucho más. Fui a Japón, Israel, Mónaco… Ayer mi invitaron a una convención en Ecuador.
-¿Se puede vivir del cosplay?
-Sí. Pero además de viajar a convenciones tuve una escuela de cosplay, di seminarios y fui jurado internacional. Soy fotógrafa, maquilladora, artista plástica, maquetista y estudié efectos especiales. Trabajo desde los 14 años. Creo que jamás estuve más de quince días sin trabajar. Ahora soy independiente, monotributista. Tuve mi deuda en la Afip que no llegué a pagar en 2020 porque, como a casi todos los argentinos, no me dejaron trabajar.
-¿Cómo llega a la política?
-A través del cosplay. Cuando Espert empezó a armar su espacio se dio cuenta de que tenía poca presencia femenina y un amigo cosplayer, que era libertario y militaba con él, me invitó a sumarme. Me involucré en política después de una apatía absoluta y un desprecio total hacia los políticos… y me uní al Partido Libertario en simultáneo después de leer las bases de acción política. Fui candidata a diputada en su lista, en 2019.
-Tras su llegada a la política, ¿alguna vez le pidieron que baje el tono sexy de sus personajes?
-Sí.
-¿Quién?
-Espert. Me sorprendió muchísimo, fue una gran desilusión. Yo no hago desnudos ni pornografía. Lo más jugado es boudoir: fotos en lencería, con sensualidad y elegancia. Es mi forma de mantenerme, porque yo vivo en gran parte del apoyo de mis fans.
-¿Milei no le dijo nada al respecto?
-Absolutamente nada.
-¿Cómo terminó su relación con Espert?
-Digamos que no está bien.
-¿Cómo conoció a Javier Milei?
-Me contacté con él a través de su hermana, Karina. Empecé a trabajar en El Consultorio de Milei como maquetista y experta en efectos especiales. Yo hacía la maqueta del Banco Central que Javier hacía estallar al final de la obra.
-Imagino que usted es responsable de General Ancap (anarcocapitalista), el superhéroe que encarna Milei que dice que viene de Liberland.
-Sí, yo se lo propuse. Vi que en el mundo del cosplay había mucha gente que se identificaba con los valores de la libertad y quería acercar a Javier. Como hago trajes y creo personajes, le propuse convertirse en un superhéroe y le encantó. Después, como actriz, participé en la película Pandenomics, basada en el libro que escribió Javier, la única que se estrenó en 2020 durante la pandemia. Ahí interpreté a la Capitana Ancap.
-Hay un video en youtube donde se muestra furiosa y no ahorra epítetos para el presidente Fernández y su mujer, Fabiola.
-Mi mamá murió en agosto de 2020, en plena pandemia, en mis brazos. Fue lo más doloroso que viví. No pudo recibir la atención que merecía y después no la pudimos despedir como correspondía. Y después aparece el presidente festejando el cumpleaños de su mujer en Olvios con amigos… En ese contexto grabé el video, con un dolor y una indignación enormes.
-En el contexto de la política argentina, su condición de cosplayer es por lo menos llamativa.
-Me gusta que sea así. Muchos llegan por lo que ven, pero se quedan por lo que escuchan o leen. Los que me subestiman no me ven venir. Puedo ser un personaje súper sexy cuando trabajo, pero el resto del tiempo soy una nerd, la mejor alumna. Yo soy una construcción.
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