Los jacarandás porteños fueron incorporados al paisaje urbano por Carlos Thays y, según el último censo del Arbolado Público de la Ciudad, hay más de 14.000 ejemplares. Las flores tiñen las calles, avenidas y plazas de la ciudad y las convierten en un verdadero espectáculo visual.
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Durante este mes, no solo estos árboles nativos de las selvas del Noroeste de nuestro país, pintan el aire de azulceleste: los acompañan los resistentes agapantos, los delicados jazmines del cielo, las sutiles verbenas y varias especies más.
Jacaranda mimosifolia
Es un árbol muy ornamental, de gran porte, que cautiva cuando sus flores cubren la copa y, luego, cuando caen y forman una alfombra lila azulada.
Tiene hojas de color verde claro y de textura etérea, florece sin hojas a mediados de la primavera. En verano, ya con hojas, tiene una segunda floración, pero menos llamativa.
Crece a pleno sol, en suelos sueltos, húmedos y bien drenados. Es de climas templados, sensible a las heladas y se reproduce por semillas.
Agapanthus africanus
La habrás visto en jardines y parques, porque es muy usada desde siempre por su intensa floración y su rusticidad.
En canteros tipo isla, aporta un delicado toque de color. Es una herbácea perenne originaria de Sudáfrica, con hojas de color verde intenso y lineares. Las flores blancas o azules se presentan en umbelas y la vara floral puede alcanzar un metro de altura. Florece desde la primavera hasta el verano.
En jardines puede utilizarse combinada con otras herbáceas y arbustos; en parques, suele conformar grandes manchones que durante el verano sorprenderán con su llamativa floración; también se cultiva en maceta.
Durante su floración, los riegos deben ser diarios; después más espaciados. Una vez que la vara floral se seca conviene cortarla. Se multiplica por división de matas después de su floración.
Salvia guaranítica
De aspecto silvestre, es una de las preferidas de mariposas y picaflores.
Es una planta originaria del noreste argentino, hasta Buenos Aires, con follaje perenne, de color verde oscuro. Las flores, en forma de espigas, son de un azul oscuro y aparecen desde la primavera hasta el otoño.
Luce muy bien en canteros junto a herbáceas como achileas, hemerocalis y crocosmias, y gramíneas como Miscanthus sinensis y pasto palmera, entre otras.
Podés cultivarla en macetas en patios y terrazas. Crece al sol pero también a la media sombra, en cualquier tipo de suelo, siempre que esté bien drenado.
Si bien es de clima subtropical, la salvia resiste algunas heladas. Es una planta de fácil cultivo que se propaga por división de matas y gajos.
Verbena bonariensis
Desde hace un tiempo, esta planta es muy utilizada y valorada por su floración abundante de color violeta vivo.
Es una herbácea de fácil cultivo, originaria del centro de la Argentina. Sus flores son muy visitadas por mariposas.
Es muy utilizada en canteros, junto a herbáceas perennes y gramíneas como stipa y carex, también en praderas naturales.
Su aspecto delicado y sutil siempre queda bien donde se la ubique, incluso en jardines formales junto a buxus, entre otras plantas.
Crece al sol o a la media sombra, en suelos húmedos, pero bien drenados. Tolera el frío y requiere riego moderado. Cortar las flores marchitas. Se reproduce por semillas a fines del invierno. Es de resiembra espontánea.
Iris louisiana
De flor elegante, es una planta herbácea originaria de Norteamérica, de porte esbelto por sus hojas largas y erguidas que forman como un abanico de color verde claro.
Aparecen en primavera y se recomienda usarlas en canteros con otras herbáceas, pero es importante tener en cuenta que le gustan los suelos húmedos.
También luce estupenda en los bordes de estanques, aportando estructura y color.
Crece al sol y a la media sombra, en suelos húmedos y algo arcillosos, es resistente a las heladas y requiere riegos profundos y frecuentes. Se multiplica por división de matas.
Duranta erecta
Es un arbusto perenne originario del noroeste argentino, de crecimiento rápido y floración abundante.
Sus ramas son largas y se arquean en los extremos, las flores son racimos de color lila, perfumadas y aparecen en la primavera y el verano.
Otro golpe de color lo dan sus frutos carnosos, naranjas, muy decorativos, que se destacan entre el verde del follaje.
Puede utilizarse para cercos, como ejemplar solo y también crece muy bien en maceta. Puede ubicarse tanto a pleno sol como a media sombra, se adapta a distintos tipos de suelos, es de clima templado y no tolera los fríos intensos.
Plumbago capensis
Está en muchísimos jardines hogareños, en algunos casos, usada como cerco. Es una planta muy versátil que puede utilizarse en diferentes situaciones.
Sus hojas son simples y enteras, de color verde claro. Las flores, que cubren la planta desde la primavera hasta el otoño avanzado, se agrupan en racimos terminales y de forma globosa, y son de color celeste más claro o más intenso.
Crece al sol y a la media sombra, en suelos fértiles y bien drenados. Los riegos deben ser frecuentes. Se propaga por semillas y gajos.
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