La agónica muerte de siete ballenas varadas por la contaminación sonora en el océano
Siete ballenas de la especie pico de botella quedaron varadas en una playa de Irlanda y después de horas de agonía murieron. Así lo informó el Grupo irlandés de ballenas y delfines (IWDG) que cree que el origen del trauma que las llevó a su fin se relaciona con un fenómeno acústico provocado por el tránsito humano en el océano.
Las ballenas fueron encontradas en las costas del condado de Donegal. Los primeros que acudieron al lugar para auxiliarlas fueron los especialistas del grupo conservacionista, pero en cuanto las vieron supieron que no podían hacer nada por ellas salvo intentar que sintieran menos dolor. "La eutanasia de animales de este tamaño es muy difícil — pueden llegar a pesar unos 7.500 kilos y crecen hasta nueve metros-, se necesita una droga muy específica no disponible en el país. La opción de un tiro, por otra parte, requiere de un personal altamente capacitado", dijo uno de los voluntarios del grupo.
La única opción posible fue aplicar una serie de cuidados paliativos para que la muerte fuera lo más serena posible. De acuerdo con el Irish Times, los voluntarios permanecieron en la playa hasta la noche con la última ballena viva. "Los guardias nos ayudaron a mantener a las personas alejadas de los animales para evitar los ruidos molestos. Usamos toallas y cortinas húmedas para mantenerlos hidratados. En estos casos, nuestro trabajo es acompañarlas hasta el final", aseguraron desde el grupo conservacionista.
La ballena pico de botella es un tipo de delfín que vive en el océano Atlántico Norte capaz de sumergirse a grandes profundidades y permanecer hasta dos horas bajo el agua para atrapar a sus presas que, en general, son calamares. El grupo informó que actualmente se desconoce estado de la población de la especie pero que se estima una importante reducción debido a la caza comercial de ballenas sucedida en el siglo XX.
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Las siete muertes se produjeron poco después de que se advirtiera sobre el preocupante aumento de especímenes varados en el último año. De acuerdo con el grupo conservacionista, desde enero de 2020 hasta ahora se produjeron 245 varamientos de ballenas afectadas por un trauma acústico ocasionado por la actividad humana: los ruidos de los barcos y el uso de sistemas de radares navales. Las ballenas entran en pánico y huyen del área de navegación en zonas profundas lo que provoca que terminen atrapadas en las costas.