Aunque en muchas zonas del país los tratamientos en gabinete están postergados por el aislamiento obligatorio, social y preventivo declarado por las autoridades, el invierno es un muy buen momento para incorporar rutinas de cuidado y ácidos que ayuden a renovar la piel. Y también para prepararla para futuros procedimientos en manos de expertos.
Para comenzar, el primer paso es la consulta con el dermatólogo para que realice un examen personalizado. Puede ser presencial o virtual. En esa instancia, el especialista evaluará el tipo de piel y sus necesidades para decidir qué cremas va a recomendar. Además, considerará si la dermis está dañada por factores ambientales, si presenta manchas, si es hipersensible, si tiene acné o si por las actividades cotidianas está muy expuesta al sol, entre otros factores. No es necesario que exista alguna patología para que se indiquen ácidos o se realicen peelings. De hecho, en el mayor porcentaje de casos, la técnica se utiliza para mantener la belleza en pieles sanas.
"El invierno es sin duda el momento ideal para renovar la piel. Antes de realizar tratamientos como peelings o láseres es importante preparar la piel incorporando cremas dermatológicas o antiage con diferentes ácidos. La elección del ácido que contenga el producto va a depender de la edad del paciente, su tipo de piel y también de la problemática a tratar", subraya el Dr. Christián Sánchez Saizar, dermatólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología.
La variedad de ácidos que se recomiendan incorporar en esta época del año es amplia y una de las características es su potencia. ¿Los elegidos? Mandélico, glicolico, retinol y retinoico son los más utilizados. Cada uno de ellos tiene diferentes concentraciones.
Rutinas de cuidado: claves para una piel sana
La rutina de cuidados diarios comienza por la mañana con la limpieza de la piel, seguido de la aplicación de una crema humectante y por último la colocación del protector solar, el mejor antiage que hay que usar siempre, aunque uno se quede en casa o salga poco.
Un buen momento para hacer la rutina es después del baño ya que, de esta forma, la piel atrapa el agua y obtiene una apariencia más joven. Para contrarrestar los efectos del paso del tiempo, retener la humedad es importante ya que ayuda a reducir arrugas finas y brinda luminosidad al rostro. "Por la noche es importante limpiar la piel antes de acostarse. Así se eliminan impurezas, células muertas y se evita que se tapen los poros. Puede ser con jabón y agua tibia. En el caso de las pieles sensibles es importante evitar productos que tengan bases con alcohol. Por su parte, las mixtas se llevan bien con los geles o espumas de limpieza. Luego, con la piel limpia se puede aplicar la crema antiage. Generalmente se distribuye en todo el rostro, excepto en el área de parpados. Para esta zona recomendamos una crema específica para el contorno de los ojos", aclara la Dra. Lilian Demarchi, dermatóloga y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología.
¿Cuál es la crema antiage adecuada para cada piel?
A la hora de elegir una crema antiage que incorpore ácidos, es importante que sean indicada por un dermatólogo. No es lo mismo una persona con piel normal, piel grasa o el que tiene piel sensible o rosácea. "Aunque este tipo de cremas no se usan en forma exclusiva de noche, los dermatólogos educamos a nuestros pacientes de una forma sencilla y metódica para evitar el uso incorrecto", dice Demarchi.
En ese sentido, el protocolo recomendado es:
- De día. Limpieza. Humectación. Foto protección.
- De noche. Limpieza. Producto antiage y contorno de ojos.
En líneas generales, se suele arrancar con los ácidos más suaves y, a medida que la piel los va tolerando, se incorporan los más fuertes. También se pueden combinar o alternar para potenciar su efecto. "Si se tolera el glicólico, se puede pasar al retinoico y seguir avanzando de la mano del dermatólogo en su uso para alternar uno a la noche y otro por la mañana", aclara Sánchez Saizar.
También se pueden sumar a la rutina sueros. Los más conocidos son los que contienen ácido hialurónico y vitamina C. Lo ideal es aplicarlos antes de las cremas para lograr mejor efecto. ¿Cómo? Es sencillo. Por la mañana, luego de limpiar la piel, se colocan 3 o 4 gotas de suero en todo el rostro y luego la crema humectante.
Con esta preparación, la piel queda lista para poder hacerle un peelling en cuanto se habilite la atención personalizada en los consultorios. El peeling es un procedimiento que actúa exfoliando las células muertas de la piel y dejar al descubierto las células nuevas que constituyen la piel fresca y se encontraban debajo de la capa envejecida. El procedimiento aporta claridad, tono homogéneo, color uniforme y mejora la textura.
- Por lo general los peelings requieren de 2 a 4 sesiones, espaciadas y cada 15 días
- Inmediatamente después del primer tratamiento ya se percibe mayor suavidad y mejor textura de la piel.
- Después del peeling hay que mantener la piel humectada, aplicar una emulsión antiinflamatoria, y utilizar protección solar.
- Resultados: en la mayoría de los casos, a partir de la segunda y tercera sesión pueden observase cambios en la calidad y textura de la piel atenuándose cicatrices y manchas.
- Favorece la producción de colágeno y elastina, elementos que contribuyen a mejorar la resistencia y elasticidad de la piel.
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