Inteligencia argento: cuáles son nuestros superpoderes frente a la IA

¿Qué es la Inteligencia Argento? La respuesta a esta pregunta fue uno de los ejes de la charla que se realizó el lunes pasado en el Auditorio Osde Ingeniero Héctor Amorosi, ubicado en la zona de Catalinas, en el centro porteño. Invitada por Fundación Osde, Rebeca Hwang, científica, empresaria e investigadora en Silicon Valley, ahondó acerca de todo lo que distingue a los argentinos de la IA e invitó a los presentes a cuestionarse sobre esas diferencias.

Nacida en Seúl, Corea, se crió en la Argentina y se formó en el Colegio Nacional de Buenos Aires, el MIT (Massachusetts Institute of Technology) y la Universidad de Stanford en donde obtuvo los títulos de Ingeniera Química, Civil y Ambiental. Hoy está al frente de Kalei Ventures, un fondo inversor en empresas de tecnología en Latinoamérica.

Por su parte, Sebastián Campanario, economista (UBA), periodista (TEA), divulgador y también invitado por Fundación Osde, profundizó sobre el aspecto emocional y la importancia de tomar todas las experiencias por las que pasamos, sean buenas o malas, a nuestro favor. Campanario, con diversos cursos de posgrado en Columbia (Nueva York) y en Florida International University, es consultor sobre temas de futuro del Banco Interamericano de Desarrollo y otras empresas; además escribe dos columnas semanales en el diario La Nación y compite en cinco categorías de speedcubing (cubo Rubik).

Seres únicos

“Cuando pensamos en tecnología, creemos que todas las culturas la adoptan de la misma manera”, señaló Hwang. “Sin embargo, no es así, existe una adopción diferente que pueden hacer distintas culturas, entonces se produce un match, una complementariedad, entre la tecnología y la cultura que la adopta. Esta combinación adquiere características particulares según el lugar”, explicó la investigadora. “Por ejemplo, un barco en manos de los vikingos o en manos de los españoles tiene un significado diferente”, ejemplificó. En ese encuentro que tenemos con la IA, es relevante encontrar o identificar aquellas características en las que los humanos nos sentimos irreemplazables y enfocarnos en ellas. Hwang enfatizó acerca de que todas las personas deberían hacerse ese cuestionamiento. ¿En qué soy irreemplazable?

Campanario, en tanto, manifestó que las experiencias por las que pasamos son las que nos aportan sabiduría. En ese sentido, contó a la audiencia que tenemos que “recablearnos” en lugar de “resetearnos”; no debemos volver a cero, sino que tenemos que tomar todas las experiencias por las que pasamos a nuestro favor. “Ahora se habla de la madurecencia, una revolución senior que ya está en marcha. Por ejemplo, en el equipo de fútbol de la Selección Argentina hay jugadores que tienen más de 35 años, como Ángel Di María o Lionel Messi, y son quienes metieron los goles en la final. En ese sentido, tuvimos una final senior, que implica una sabiduría porque son jugadores que eligen qué batallas dar y cómo administrar o reservar su energía”, explicó el especialista en futuro.

Por su parte, Hwang tomó el ejemplo de los clones digitales y profundizó sobre cómo estos pueden empezar a interactuar con los humanos. Estos mutantes, como los denomina, amplifican las características de los humanos. “Por ejemplo, un clon puede hablar muchos idiomas, además puede tomar las características de un humano e interactuar y volverse casi indistinguible”, explicó. Y mostró a la audiencia un video sobre una entrevista en la que Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, y su clon responden a las preguntas que les hace una periodista, situación en la que incluso ambos se complementan en sus respuestas.

“Pero, ¿qué tenemos los seres humanos que no tiene la inteligencia artificial?”, se preguntó la especialista ante un auditorio colmado. Y profundizó sobre lo que llama Inteligencia Argento, que nos caracteriza a los argentinos y que nos hace flexibles, adaptables y resilientes. “Es un match muy fuerte y con mucho potencial el que puede darse entre la inteligencia artificial y la argento”, advirtió.

Al tiempo que Campanario invitó a pensar en el yo del futuro y en cuánto de ese ser del mañana tiene que ver con nuestra historia y experiencias vividas. Alentó a valorarlas y atesorarlas y ser más benévolos con nuestra versión senior. “Hoy en la Argentina hay más de 15.431 personas que tienen más de 100 años, algo que es cada vez más común. Sin embargo, creo que seguimos teniendo un prejuicio con la adultez. Considero que las personas deberíamos tener más empatía con nuestro yo del futuro. Por ejemplo, existe actualmente una inteligencia artificial que salió hace dos semanas que se llama Future You, que permite que cada persona cree a su yo futuro, por ejemplo, de 70 u 80 años, para que le hable y le dé consejos. Definitivamente, es una buena herramienta para generar esa empatía que, por lo general, no tenemos”, sostuvo.

Un match ideal

Hwang sostuvo que, en un primer momento, las aplicaciones de IA iban a ser asistentes, pero luego vino una segunda revolución de la IA que es la amplificación, esos mutantes con características aumentadas, es decir, la IA utilizada para potenciar las capacidades. “La tercera tiene que ver con el trabajador autónomo, un trabajador que, básicamente puede incursionar en todo el rol de un ser humano en el trabajo. Entonces los seres humanos tenemos que buscar en qué somos irreemplazables y ahí volvemos a la Inteligencia Argento”, advirtió.

La investigadora volvió sobre esta cuestión y sostuvo: “es la viveza, la calle, la manera de atacar un problema desde distintos frentes, porque si uno no funciona, busco otro. En el exterior se conoce al argentino bajo la frase ‘prueba otra vez o try again’, porque siempre intenta nuevas formas y tiene mucha capacidad de adaptarse”, dijo. Esa capacidad de improvisar, esa adaptabilidad que nos caracteriza, es lo que tenemos que combinar con las posibilidades que nos brinda la IA y puede ser un match increíblemente potente.

En ese sentido, Campanario explicó que la estrategia para predecir en qué somos buenos tiene que ver con probar muchas cosas para ver qué nos hace felices. “En este contexto de nueva longevidad está bueno probar y poder encarar nuevos desafíos más allá de la edad. Creo que hay que empezar a pensar a todo nivel, tanto en el financiero, en el entrenamiento y alimentación, hay que pensar en cómo vamos a hacer para llegar bien a los 90 años. Para que a los 90 uno pueda visitar a sus nietos sin problemas y a los 95 subir la valija al avión. Tenemos que tener una rutina incorporada para estar bien, para tener bienestar. Hay que prepararse para ese futuro”, sostuvo.

El impacto de la IA

La charla entre los referentes y José Del Rio dejó algunas premisas para analizar a nivel individual.

• Los humanos tenemos un valor diferenciado, ¿cuál es?
• No vamos a pasar a la próxima etapa si no sabemos cómo vamos a administrar nuestra propia diferenciación por sobre las máquinas.
• No hay que buscar respuestas convencionales a la pregunta acerca de qué nos hace diferentes. Ser perfeccionista, tener atención a los detalles o capacidad de organización no nos hace distintos a las máquinas.
• Se necesita un nivel mayor de profundidad para poder identificar nuestros superpoderes.

Por último, la científica consideró que el punto de encuentro entre la Inteligencia Argento y la IA se define en que esta última no tiene la experiencia mientras que la Inteligencia Argento crea un algoritmo a partir de muchas vivencias. “La creatividad con la que solucionamos problemas tiene en cuenta prioridades, identifica lo importante; tenemos la capacidad de enfrentar problemas. Estamos acostumbrados a seguir adelante, a encontrarle la vuelta y solucionar las dificultades que se presentan”, sostuvo. Finalmente, Hwang y Campanario coincidieron en que va a ser una ventaja tener ese matching, esa complementariedad con la IA a partir de la Inteligencia Argento para crear muchísima innovación.

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