¿Quién es?
Adolfo Rouillón (47) es Licenciado en Administración de Empresas y cofundador de Frizata.
¿Qué hizo?
Junto con su socio, José Robledo (48), creó Frizata, una compañía de alimentos congelados de Rosario que vende y distribuye por su cuenta.
¿Cómo lo hizo?
La alianza societaria entre Adolfo y José se remonta a 1995 cuando se anticiparon al mundo de internet y crearon en Rosario una empresa de software. A los pocos años, la vendieron, pero se quedaron a cargo de la gestión hasta 2005. Desde el corazón de la producción de alimentos del país, la segunda página en su vida emprendedora tuvo relación con el boom de los commodities en los países emergentes. "Estudiamos el mercado de alimentos y nos convencimos de que la Argentina puede ser un proveedor mundial de alimentos con valor agregado", señala Rouillón. Así se toparon con un dato que iluminó su emprendimiento: el consumo de alimentos congelados en Europa tiene un promedio de 40 kilos por persona, mientras que en Estados Unidos alcanza los 37 kilos: en Latinoamérica, no llega a los 5 kilos por persona. "La diferencia en el consumo guarda relación con los precios, que en nuestra región suelen ser muy altos", explica el fundador de Frizata.
Además, durante la investigación previa descubrieron que los latinos destinamos cerca del 25% de los ingresos familiares al consumo de alimentos, mientras que en Europa y Estados Unidos ronda el 10%. En este escenario, el primer paso fue desarrollar una línea de producción de alimentos enfocados en el negocio a otras firmas. Así fue como surgió, en 2007, su empresa Congelados del Sur, que desarrolla alimentos para marcas en América Latina como McCain, Sadia, Swift, McDonald's, Burger King, Día, Grido y Paladini, en una planta industrial con laboratorios de innovación incluidos. Lo hicieron gracias a la venta de su empresa de software y una ronda de inversión.
Con la compañía en marcha, se lanzaron a dar un nuevo paso: en 2018 crearon su propia marca de alimentos. El objetivo era ofrecer productos a precios accesibles y lograr que los congelados ganen protagonismo en la mesa argentina. Con una inversión de US$8 millones, lanzaron Frizata primero en Rosario y recientemente en Buenos Aires y Gran Buenos Aires, incluida La Plata. La compañía llega hoy a los hogares mediante la venta directa en su sitio web y la distribución propia con productos como vegetales, hamburguesas y otros más elaborados, como milanesa de soja, de espinaca y pastel de papa. Rouillón explica que con la venta directa y la distribución propia evita los costos de logística e intermediación. De esta manera, obtiene un precio hasta un 60% menor que los supermercados. Gran parte de la innovación está en el equipo de Investigación y Desarrollo de la compañía que analiza big data e inteligencia artificial para mejorar la productividad: "Tenemos en cuenta variables como experiencias de cocción, texturas, hábitos de consumo, comportamiento de compra, entre otras. Luego, hacemos ajustes y mejoras". Incluso desarrollaron un software para que los pedidos lleguen en tiempo y forma en el caótico tránsito porteño. Pero, la innovación más destacada es FriBurger, una gama hamburguesas elaborada a base de vegetales pero con la textura, el sabor y la experiencia de la carne. "En algún sentido repensamos la forma de producir y distribuir alimentos, una industria que se ha mantenido sin innovación por los últimos 50 años", concluye Adolfo.