¿Quién es?
Matías Viel: emprendedor y licenciado en Administración de Empresas.
¿Qué hizo?
Fundador de BeeFlow, empresa argentina pionera en ofrecer servicios de polinización para mejorar los cultivos.
¿Cómo lo hizo?
A los 23 años, Matías Viel se encontraba sentado en un escritorio de una oficina en San Pablo. Allí estaba al frente de la gestión de Marketing de Rodati, una startup de argentinos que quería cambiar la forma de comprar automóviles 0KM. El proyecto no prosperó, pero encendió en él las ganas de seguir buscando ideas para desarrollar. En ese camino se topó con una planilla de cálculo donde figuraban 300 proyectos argentinos de base científica con mucho potencial de desarrollo, pero que no tenían vinculación con el ecosistema emprendedor o empresarial, conocimiento que Matías había adquirido en los últimos años. De todas las ideas, hubo una que le llamó la atención por un dato: el 70% de los cultivos necesita la polinización de la abeja para producir frutos y semillas. Y detrás de este dato estaba un grupo de científicos que investigaba el comportamiento de este insecto desde hacía más de 20 años.
"Descubrí que la polinización en Argentina se hacía de manera muy informal, casi como una charla de amigos entre un apicultor y un productor agrario. También que el sistema científico estaba bastante desconectado del mundo real, tanto de los empresarios como de la producción agraria: y ahí vi una oportunidad", explica Matías.
A la abeja se la asocia con la producción de miel, pero además juega un rol fundamental en la cadena frutihortícola porque la polinización es una pieza vital en la reproducción de las plantas para generar frutos: la abeja se encarga de trasladar el polen y, de esta manera, completar el proceso reproductivo de los cultivos. En busca de perfeccionar este proceso surgió BeeFlow, una empresa que combina abejas y ciencia: "Esencialmente, proveemos servicios de polinización en el que hacemos un estudio previo y se define el número de colmenas por hectárea y dónde se ubicarán; luego, antes de la floración, los apicultores les suministran a las abejas un alimento a base de jarabe con moléculas orgánicas desarrollado por nosotros que fortalece el sistema inmunológico y permite que sean más fuertes a la hora de trabajar", detalla. En esta etapa se le suministra una nueva molécula que condiciona la memoria de la abeja y permite que polinice un cultivo específico y que no se distraiga con otras plantas.
El proyecto resultó tan original que obtuvo el mayor premio en el concurso Samsung Innova. BeeFlow hoy se proyecta hacia todo el mundo a partir de las estadísticas de sus ensayos: según el fruto, logra mejorar la producción entre un 20% y un 90% que, llevado a grandes extensiones de cultivos, es una mejora que ningún químico puede alcanzar.
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